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De Josema a Guillermo Varela, el sensible camino de la consolidación para ser de élite

Desde 2014, quiénes aprovecharon sus oportunidades en la selección y quiénes quedaron por el camino
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19 de octubre de 2019 a las 05:02

Las psicólogas Laura Ferrari y Elizabeth Barreiro dibujaron una valija en la pizarra y la dividieron en dos. “De un lado pongan lo que van a llevar y del otro lo que van a dejar acá”, plantearon.

Muy bien chicos, nos vamos a Europa”, dijo una de las psicólogas de la selección uruguaya ante la cara de asombro de los jóvenes que colmaban una sala del Complejo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), en una de las tantas actividades que los futbolistas juveniles realizan con quienes colaboran con el cuerpo técnico desde diferentes lugares de la preparación integral. La decisión de “viajar” obedecía a la respuesta que brindó la mayor parte del plantel juvenil cuando le preguntaron cuál era su sueño en el fútbol, y dijeron jugar en Europa.

Fue entonces cuando a los jóvenes se les planteó un problema. Se encontraron con que estarían solos, lejos de su país, los que son del interior extrañarán la plaza, los asados, el liceo. En algunos países podrán afrontar dificultades con el idioma, y compartirán con compañeros que no tienen las mismas costumbres.

¿Por qué se ha planteado este episodio anecdótico que marcó un momento íntimo de la selección? Para poner en contexto que desde agosto de 2014 a la fecha, cuando después del Mundial de Brasil el técnico Óscar Washington Tabárez realizó la primera renovación profunda del plantel, algunos futbolistas que habían ingresado en la elite de la celeste se encontraron ante la sensación de tocar el cielo con las manos por formar parte del plantel de Uruguay y, en un abrir y cerrar de ojos, echaron todo a perder por malas decisiones, siguiendo la sugerencia de sus representantes o las urgencias familiares.

“Muchas veces las familias no lo piensan y son las que más impulsan el salto social que puede tener el jugador por la ganancia de dinero, que es válido y no es un delito. Pero muchas veces cometen apresuramientos”, expresó el entrenador de la selección en febrero de 2019 en una entrevista que le realizaron en www.fútbol.uy.

Urgidos por irse o aceptar las sugerencias de contratistas que buscan cerrar un negocio, la carrera de muchos jugadores en la selección quedó en suspenso o simplemente se truncó.

El caso Guillermo Varela

En el repaso de los nombres, el último caso y más notorio es el del lateral Guillermo Varela, quien llamativamente debutó como titular en el último Mundial de Rusia 2018 y poco después se terminó perdiendo de la órbita de la selección mayor.

Varela, que a los 18 años debutó en el primer equipo de Peñarol, se fue al poco tiempo con la selección sub 20 de Uruguay al Sudamericano de 2013 y no volvió más. Luego de ese torneo viajó un período de prueba a Manchester United y lo ficharon. 

Con escasas oportunidades en el equipo inglés, Varela se fue a la filial de Real Madrid, Castilla. Allí se encontró con Zinedine Zidane como DT. Finalizado el préstamo volvió al United, debutó en la Premier y en la Champions. La aventura duró solo 11 partidos.

Volvió a salir cedido. Esta vez a Alemania para defender al Eintracht de Frankfurt. A pocos días de la final de la Copa de Alemania ante el Borussia Dortmund, contra la sugerencia de su entrenador, Varela se hizo un tatuaje. Se le infectó y no pudo jugar la final.

El director deportivo del club, Fredi Bobic, declaró: “Su comportamiento es completamente negligente y lastima al equipo. El camino de Guillermo en Eintracht está terminado. El club no puede tolerar que un jugador se pierda un partido tan importante por no seguir las instrucciones del entrenador y los médicos”. Y agregó: “Estábamos pensando en una posible renovación del préstamo, pero por supuesto que esto ya no es una posibilidad. Varela será suspendido y recibirá una sanción por su comportamiento tan egoísta”.

Ante esto y la proximidad del Mundial de Rusia 2018, su representante Pablo Bentancur acordó su retorno a Peñarol. Sus buenas actuaciones determinaron su convocatoria y el privilegio de integrar la lista de 23 jugadores que disputarían el Mundial, torneo en el que comenzó como titular.

Al regreso de Rusia, y cumplido el objetivo de llevarlo a nivel de selección y revalorizarlo, su representante le comunicó a los dirigentes aurinegros que no tuviera en cuenta al jugador porque emigraría.

Sin embargo, dos semanas después, tras no llegar a un acuerdo con ningún equipo español, Varela retornó a los mirasoles.

Las circunstancias en que se desarrolló aquel proceso y una lesión llevaron a que Varela observara el Torneo Clausura desde las tribunas.

Finalmente, cuando el jugador se recuperó de la lesión y pudo estar a la orden del técnico Diego López, su representante apareció con una oferta para jugar en Copenhague de Dinamarca y pese a la negativa de algunos dirigentes, volvió a emigrar.

Varela se terminó perdiendo en un mercado de segundo orden, y regaló un espacio privilegiado que había ganado en la selección.

Maxi Gómez, la contracara

En este mismo proceso de selecciones nacionales desde 2014 a la fecha, el ejemplo inverso de lo que sucedió con Varela fue el caso del delantero Maximiliano Gómez quien descartó una millonaria oferta del mercado chino y decidió seguir jugando en España. El 27 de noviembre de 2017, el presidente de Celta de Vigo, Carlos Mouriño, reconoció la existencia de una oferta por el uruguayo.

“Es cierto que hay una oferta encima de la mesa por Maxi Gómez pero ahora mismo no sabemos lo que va a pasar. Pero que hay una oferta en firma y la estamos estudiando todas las partes sí es verdad”, declaró el máximo accionista del club gallego a los periodistas tras la junta de accionistas.

Según la prensa española un club chino estaba dispuesto a desembolsar 20 millones de euros por el uruguayo.

Aquella información tuvo repercusiones en el mercado local porque Defensor Sporting tenía el 20% del pase del sanducero.

La presión a la que quedó expuesto el jugador, por los intereses comerciales del fútbol, lo llevaron a un lugar difícil, pero fue el propio futbolista el que decidió y prefirió permanecer en Celta de Vigo para seguir avanzando como futbolista.

“No quería ir, porque el fútbol de España me gusta mucho y es mi primer año. Si me decís a los 30 o 40 años capaz que voy, pero ahora no porque tengo mucho camino por delante y lo estoy haciendo de buena manera”, aseguró en mayo de 2018 en el aeropuerto de Carrasco en oportunidad de venir a Uruguay a defender a la selección.

El propio jugador reconoció tiempo después que Tabárez le había sugerido que lo más conveniente para su futuro era no ir en ese momento a jugar a China. Su presencia en el fútbol de elite le permitiría mantener su desarrollo y crecimiento internacional, que lo mantendría con nivel de selección.

Los casos de Varela y Gómez son dos de los ejemplos de futbolistas que desde 2014 a la fecha ingresaron y se consolidaron o se perdieron en la órbita de la selección.

En el listado surgen nombres (ver aparte) de futbolistas que se perdieron por irregularidad futbolística o decisiones contractuales (Diego Rolan, Emiliano Velázquez, Federico Rica, Diego Polenta), otros que se consolidaron (José María Giménez, Giorgian de Arrascaeta, Nahitan Nández, Federico Valverde, Rodrigo Bentancur) y finalmente los que se reciclaron (Jonathan Rodríguez, Brian Lozano), para volver a permanecer en la elite del fútbol mundial.

El crecimiento de Vecino

Uno de los casos más notorios de evolución en la selección es el de Matías Vecino, surgido de un club humilde como Central Español, pasó a Nacional y emigró a Europa. Fue a la Fiorentina donde se consolidó y le llegó la posibilidad del pase a un cuadro grande como Inter de Milán.

Antes de su consolidación las tuvo que pasar y sobreponerse a la adversidad. En nota con Referí del 11 de mayo de 2019, el jugador reveló que en su primer temporada en Italia (2013/2014) jugó apenas siete partidos y la segunda parte en Cagliari con Diego López como director técnico lo hizo en nueve encuentros. La segunda temporada fue a préstamo a Empoli donde jugó 38 partidos. “El período previo que estuve entrenando sin poder jugar me sirvió mucho para adaptarme al idioma, al modo de entrenar, iba al estadio a ver todos los partidos, fue un gran aprendizaje”, reveló Vecino.

Volvió a Fiorentina como jugador consolidado. 

En su pasaje por la selección sub 20 de Uruguay, en el año 2011, jugaba como media punta. El técnico celeste dijo que con el paso del tiempo se sorprendió de su crecimiento. “Un día lo veo en Fiorentina recuperando pelotas, esforzándose físicamente y dije: ‘Está pronto para citarlo’”.

Vecino admitió que su cambio futbolístico se produjo en su regreso a la Fiorentina, en la temporada 2015/2016 con Paulo Sousa como DT. “Empecé a jugar de doble 5, en una posición más retrasada”.

Esa transformación se concretó a partir de las decisiones que tomó el jugador. “Tuve que poner predisposición y ganas de aprender. Pero eso nunca fue un problema para mí. El querer mejorar tiene que estar siempre en la cabeza de un jugador, y a los 23 años como tenía en ese momento, aún más”, dijo en su momento a Referí.

Desde que llegó a la selección, Vecino se transformó en un titular inamovible en el mediocampo.

En estas tres historias de jugadores de la selección que se integraron en los últimos cinco años al ciclo de la mayor, surge un muestreo sobre las variables que plantea el fútbol y la forma en que los jugadores se transforman en dueños de sus destinos.

“El crecimiento como persona y deportista muchas veces no se lo proporciona el hecho de ir hacia Europa y ganar más dinero, porque a veces la consecuencia de ese apresuramiento es la vuelta con tiempo perdido”, reflexionó Tabárez en una de sus exposiciones ante los medios.

 

... LOS QUE SE PERDIERON

En el proceso de maduración y ese ciclo que lleva a dar el salto para consolidarse en la selección mayor, algunos jugadores citados quedaron por el camino.

En 2012, en las Eliminatorias para Brasil 2014, en la peor racha de la era Tabárez, el entrenador reservó a cuatro nuevos jugadores: Mauricio Pereyra, Alejandro Silva, Christian Stuani y Gonzalo Castro. A través del tiempo, solo Stuani mantuvo su vigencia.

Camino a Rusia 2018, contaron con chances los defensas Mauricio Lemos, Emiliano Velázquez, Federico Ricca y Diego Polenta, sin embargo, ninguno se estabilizó en el plantel.

Un caso emblemático de jugadores por los que apostó Tabárez y se perdió en el camino fue el de Diego Rolan, quien llegó a ocupar el lugar que dejó Diego Forlán y surgió como el punta titular ante las ausencias por suspensión de Suárez y Cavani, en 2015.  Rolan jugó 22 partidos con la selección.

 

... LOS QUE SE CONSOLIDARON

Las renovaciones que fue introduciendo Tabárez a lo largo de su proceso en la selección uruguaya, dejaron en la superficie a aquellos jugadores que se consolidaron.

Desde su llegada a las selecciones juveniles (en algunos casos sub 15, otros sub 17), algunos jugadores fueron confirmando un crecimiento paulatino hasta transformarse en integrantes de la selección mayor. Entre ellos: José María Giménez, Rodrigo Bentancur, Federico Valverde, Nahitan Nandez, Lucas Torreira y Giorgian de Arrascaeta.

El caso más notorio de futbolista que subió toda la escalera y se consolidó en la selección absoluta fue Giménez.

El futbolista de Danubio debutó con 18 años en la selección mayor, y le bastaron pocos partidos para consolidar su crecimiento como zaguero derecho junto a Diego Godín. Su carrera a nivel de clubes estuvo acompañada con decisiones claves: su traspaso a Atlético de Madrid, donde maduró bajo el ala del capitán de la selección nacional.

 

... LOS QUE SE RECICLARON

En el plantel de Uruguay existe, finalmente, un grupo de futbolistas que en determinado momento de su crecimiento, contaron con posibilidades de sumarse a la selección y por distintas circunstancias no lograron consolidarse. Sin embargo, pasado un tiempo el cuerpo técnico los volvió a convocar y están aprovechando segundas y terceras oportunidades. Ejemplos: Jonathan Rodríguez y Brian Lozano, ambos jugando en el fútbol mexicano. Jonathan había aparecido como una alternativa para Suárez y Cavani en 2014. Fue citado a la Copa América de Chile 2015, y luego desapareció por tres años.  Coincidió con el espacio que Rolan y Stuani se ganaron en la Celeste. No volvió a ser convocado hasta 2018. Lozano pasó más tiempo en las sombras: estuvo cuatro años sin volver a ser citado. Debutó en 2015 en un amistoso contra Panamá y cuatro días después jugó ante Costa Rica. Lozano no volvió a ser citado hasta este año.

 

 

CASO LEMOS

La situación que se planteó con el defensa Mauricio Lemos fue curiosa El jugador defendía a Defensor Sporting y sus representantes lo mandaron a Rusia, sin entender que estaba en pleno proceso de crecimiento. Fue a un país que en invierno la temperatura es de -30º y con un idioma diferente. Lemos, que era líder en la sub 20 en ese entonces y jugó los Panamericanos, se perdió. Recién cuando regresó a España fue citado por Tabárez a la mayor. 

 

LA FRASE

"No es irse a Europa y ya está. Irse a Europa tiene que pasar por una cosa muy meditada y programada, y tiene que ser importante para el jugador”

Óscar Washington Tabárez

Director técnico de Uruguay

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