Seis discos destacados del año que termina
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > LOS DESTACADOS DEL AÑO

Debuts, confirmaciones y discos memorables: la música destacada del 2021

Un repaso por los lanzamientos musicales más destacados del año que termina, de Uruguay y el mundo
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05 de diciembre de 2021 a las 05:05

A pesar de todo, la música siguió adelante. En su faceta más industrial, el sector viene de dos años de idas y vueltas, de incertidumbres y de una reciente reapertura. Los efectos de la pandemia siguen rondando en el rubro, con plazos alterados, lanzamientos postergados y eventos suspendidos, pero en los últimos meses se ha notado un regreso febril: el calendario marca un volumen de shows impresionantes y una avalancha de nuevos discos, canciones y EPs, quizás el segmento de la industria musical que menos se interrumpió a causa del covid-19.

Aún en los meses más complejos, los discos siguieron ahí. Y en 2021 no faltaron los álbumes memorables, tanto uruguayos como extranjeros. Los que sumaron nuevas voces, los que confirmaron los anuncios generados por trabajos anteriores, los de artistas consagrados que que agregaron nuevas perlas a los collares de sus carreras, y otros que van a quedar rondando en los oídos o que tienen un valor particular.

Tres debuts

Estos discos debut llevan un asterisco encima, porque sus responsables no son novatos musicales. Todos ya tienen carreras como integrantes de bandas uruguayas, pero en 2021 iniciaron sus caminos individuales.

Luis Angelero – Lejos

Exguitarrista de Boomerang, y con un currículum cada vez más largo como productor, Angelero se estrenó como solista con un disco que propone una mezcla de rock bien guitarrero, pop, y hasta algunos toques de electrónica y murga. Un trabajo sólido y contundente, con un músico al frente que entiende bien lo que busca y lo logra.

Traverso – El silencio del agua

Fue parte de Santé les amis, e integra el dúo Los Bosques junto a Leonard Mattioli de La Teja Pride, pero fue recién ahora que Diego Traverso se estrenó como artista en solitario. Y lo hizo con un disco luminoso, apto tanto para escuchar con cuidadosa atención como para ponerse a bailar. Un álbum de pop indie que se cuenta entre lo más destacado de este año.

Amigovio – Amigovio

Pop sombrío, sonidos hipnóticos, canciones de amor, y un aura veraniega que rodea todo pintan el panorama del debut del proyecto solista del músico Flavio Lira. Un disco melancólico pero también bailable, con puntos altos como Los dos Colbys y un espíritu dedicado a viejos amores de verano que lo hacen inolvidable.

Tres confirmaciones

Barbara Jorcin – Si canto es porque puedo

La cantautora lanzó este año su segundo disco, en el que agrandó la paleta de sonidos e instrumentos (hay hasta una incursión en la murga), y siguió edificando sobre los cimientos de su debut, Índigo. Con su piano y su voz al frente, Jorcin pasa por canciones más bailables, por otras que hacen reír, por un tema que funciona como una proclama feminista y por momentos emotivos. Un segundo paso más atrevido y disfrutable.

Diego González - Días de fuego y fantasmas

Un disco cálido y agradable, que consolida a González como uno de los cantautores jóvenes más interesantes de la música local. Un álbum eficaz, con canciones bien trabajadas, una impronta pop innegable y temas como Ilusión y La canción que hay que escuchar a los que se puede volver una y otra vez.

Julieta Díaz y Diego Presa - El revés de la sombra

Lo de Diego Presa a esta altura ya no sorprende. Tanto en su trabajo solista como en su camino con proyectos como Buceo Invisible y El Astillero, se ha configurado como uno de los mejores y más talentosos compositores locales. Aquí presenta una nueva faceta, acompañado por la actriz argentina Julieta Díaz, que debuta como cantante en un trabajo de letras poéticas y sonidos cautivantes.

Seis discos memorables del 2021

Par – Ciclos

Como ya lo había hecho en su disco anterior, Híper, el proyecto de música electrónica de Ignacio Adda es un viaje de ciencia ficción en el que se entra con el primer sonido y se sale cuando se apaga el último track. Si en el disco anterior el viaje era urbano y opresivo, aquí el recorrido es al aire libre, por escenarios extraterrestres que no se pueden dejar de escuchar. Un recorrido de media hora en el que aparecen como guías las voces de figuras de distintas generaciones, como la de Vera Sienra (casi retirada de la música y que tiene aquí un sorpresivo y bienvenido regreso), Lucía Torrón, Camila Rodríguez (vocalista y guitarrista de la banda Niña Lobo) y Pedro Dalton de Buenos Muchachos. Un disco hipnótico y postapocalíptico que está entre lo más distinto de la música producida en este país.

Los Buenos Modales – Vice City

Allá por 2016 un grupo de raperos, DJs y productores se ensambló y se despachó con un disco alucinante que recién ahora, cinco años después, tuvo su secuela. Y la secuela estuvo a la altura. Reconvertidos en una banda estable, los Modales regresaron con un disco en el que buscaron capturar el sonido de su versión de Montevideo, una versión nocturna, fiestera y definida por la fusión. Aunque el hip hop tiene los controles, hay también aires de rock, de tango, de electrónica, de funk. Un disco con más riesgo y con hits asegurados como Casa limpia y Otra liga, que demuestra que aquel primer trabajo no fue un accidente.

Los nuevos creyentes – Planta musical

La mejor experiencia musical psicodélica del año. Los nuevos creyentes se convirtieron en uno de los grupos mimados de la escena indie local con su disco debut, que fue sucedido este año por este trabajo, en el que el grupo se muestra más firme y más aceitado, con la distorsión dejando paso a una mayor limpieza, un mayor nivel de detalle y de trabajo para un disco en el que se hace difícil no perderse. Canciones hipnóticas que llevan a paisajes alucinógenos y un recorrido con vaivenes contenido dentro de una propuesta sólida que lo convierten en un punto alto del año.

Villazul – Música para aprender vol. 1

Agregarle adjetivos a una disciplina suele ser un recurso utilizado para minimizar esa categoría. Decir que este es un disco de “música infantil” es negar que en este trabajo hay mucha música y punto. Y también un plantelazo de figuras de distintos géneros de la música nacional, que prestan sus voces y sus instrumentos para un disco tan entrañable como disfrutable y divertido. El proyecto Villazul fue concebido por el músico y compositor Fabián Marquisio, inspirado por la capacidad de las canciones de servir como herramienta de aprendizaje para su hijo con autismo. Con canciones compuestas por Marquisio y Estela Magnone, este disco pasa por la murga, el rock, la plena y el folklore, y entre sus artistas invitados están Sebastián Teysera, los hermanos Jorge, Diego y Daniel Drexler, Hugo Fattoruso, Monica Navarro, el dúo Spuntone & Mendaro y Cristina Fernández (entre otros), para llevar adelante un puñado de canciones hermosas y variopintas, que conforman a este primer volumen de un proyecto valioso.

Proyecto Islas – Samantha Navarro

Lanzado a través de tres EPs de tres canciones cada uno, la cantautora se despachó con un proyecto que la presenta en tres facetas diferentes, lo que convierte a esta serie en una demostración de rango vocal, musical y compositivo para Navarro. Desde una faceta más pop, bailable y con influencias del reguetón y la música urbana que se encuentra en cualquier radio FM hoy en día, hasta momentos íntimos como Bowie, una canción en la que la voz de la autora está al borde de la fractura, es un proyecto con canciones sólidas e inolvidables.

Real life situations – Juan Wauters

Un disco hijo de la pandemia, este álbum del cantautor uruguayo (radicado en Nueva York) Juan Wauters junta algunas colaboraciones con figuras del indie anglo y latinoamericano, canciones testimoniales, grabaciones hechas en la calle y registros del encierro generado por el covid-19, que hacen de este disco un registro de su tiempo, a la vez que expande el universo del compositor, que aquí soltó la guitarra y se acercó a sonidos electrónicos. Un disco inclasificable para un artista también inclasificable, que logra generar una peculiar combinación de una tradición de cantautores uruguayos con los sonidos del indie del hemisferio norte, así como de lo mexicano.

Grandes nombres

En 2021 también hubo lanzamientos de figuras de primera línea de la música uruguaya. Rubén Rada, que en los últimos tiempos se ha convertido en una máquina de lanzar discos, se despachó con As noites do Río/Aerolíneas Candombe, una carta de amor a la música brasileña y a su propia madre, un disco dulce en el que canta en portugués.

Con Cantorcita, Laura Canoura demostró una vez más sus dotes como intérprete, esta vez con un repertorio compuesto por algunas obras propias y también por versiones de Eduardo Darnauchans, Juan Falú y Chabuca Granda.

Luego de 23 años, Peyote Asesino estrenó nuevo disco. El tercer álbum de su carrera, Serial, actualizó el sonido de la banda, pero sin perder sus señas de identidad, y marcó un regreso fresco y contundente para un grupo señero de la música uruguaya.

Y No Te Va Gustar estrenó su décimo trabajo de estudio, Luz, grabado durante la pandemia en José Ignacio, un disco radiante en el que la banda se despacha con nuevos clásicos como Austro (en colaboración con Ricardo Mollo).

De afuera

C. Tangana - El madrileño

El rapero español se despachó con una verdadera obra maestra, que lo convirtió en un fenómeno internacional, y que dejó plasmadas un puñado de canciones que se convirtieron en parte de la banda sonora ineludible del año que ya está terminando. Rodeado de ilustres de la música tradicional de su país, además de por figuras de la canción latinoamericana (desde el brasileño Toquinho hasta Andrés Calamaro, con el que interpreta la muy rockera Hong Kong) incluyendo a Jorge Drexler, con el que canta Nominao, una de las mejores canciones del disco, y con quien volvió a colaborar para la canción Tocarte. Un disco en el que todos los temas tienen algo memorable y que hace de la fusión una de sus principales banderas. Una genialidad.

Lorde – Solar Power

Este fue un año de regresos. Sobre fin de año, Adele tuvo su retorno con su nuevo disco, el anticipado 30. Más temprano en el calendario, la neozelandesa Lorde presentó este álbum, el tercero de su carrera, llegado cuatro años y un período de largo silencio después. Un disco cool, tan monumental como mínimo, con reflexiones de la artista en sus letras sobre el peso de la fama, el amor, y el fin del mundo. Un disco que con la escucha en el inminente verano se hará más significativo, y que tiene en Solar power, la canción que le da nombre, un himno folk pop del año que termina.

Sufjan Stevens & Angelo De Augustine – A begginer’s mind

El estadounidense Sufjan Stevens es uno de los nombres ilustres del indie estadounidense, responsable, por ejemplo, de la hermosa banda sonora de la película Llámame por tu nombre. Y con el cine también tiene que ver este disco, hecho a dúo con su colega Angelo De Augustine. Cada canción que lo integra está inspirado por una película, una lista que incluye títulos como El silencio de los inocentes, Point break, La noche de los muertos vivos y Mad Max. Un disco de canciones delicadas, bellas y etéreas, armadas con instrumentaciones sencillas, que lanza un hechizo que es imposible sacarse de encima, aunque tampoco habrá muchas ganas de hacerlo, de tan bello y armónico que es.

Bo Burnham – Inside

Uno de los mejores productos de Netflix de este año fue el especial de comedia/musical/drama llamado Inside, obra del humorista y actor Bo Burnham. Encerrado en su casa durante la pandemia, el comediante reflexionó sobre el cambio de vida generado por la pandemia, sobre las redes sociales e internet, sobre el humor y sobre sus propias experiencias padeciendo ataques de pánico y ansiedad. El resultado son este brillante puñado de canciones, que incluyen desde una oda burlona al magnate tecnológico Jeff Bezos –imposible de sacarse de la cabeza una vez que se la escucha– hasta una canción sobre los hallazgos que se pueden tener en internet. Algunas son hilarantes, otras devastadoras, todas geniales.

Billie Eilish - Happier than ever

Con canciones que hablan del impacto de la fama en su vida adolescente, de la sexualización a la que fue sometida, y de las relaciones abusivas, uno de los íconos de la música pop de estos últimos años tuvo en 2021 el estreno de su segundo álbum, que la confirma en ese rol y que se plantea como una reflexión honesta y confesional sobre los cambios que ha tenido en su vida a raíz de su popularidad. Acompañada en el rol de instrumentista y productor por su hermano Finneas, la cantante estadounidense retomó los ritmos hipnóticos de sus obras anteriores para apuntalar un disco más maduro y cautivante.

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