Dominique Knuppel y Pablo Defazio

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Defazio-Knuppel: los primeros uruguayos en Tokyo 2020, entre rigurosos controles y un amuleto especial

Pablo Defazio y Dominique Knuppel abrieron el Twitter Spaces de Referí en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 y contaron cómo ha sido su llegada a Japón, su preparación, objetivo y las claves de su disciplina
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10 de julio de 2021 a las 02:59

Pablo Defazio y Dominique Knuppel son los adelantos de la delegación uruguaya en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. Los navegantes, que el lunes arribaron a Japón y fueron los primeros celestes en llegar a la sede de las competencias, contaron sobre sus primeros días donde competirán en veala, en medio de los rigurosos controles sanitarios que tendrá un evento marcado por la pandemia de covid-19.

Los deportistas abrieron el ciclo ElespaciodeReferí de Twitter Spaces de El Observador en el marco de los Juegos Olímpicos y hablaron de todos los temas, desde los exhaustivos tests y la vigilancia en Japón, su preparación y objetivo, cómo es su competencia, hasta la comida que les da la organización y el amuleto especial que llevó Dominique, quien debutará en la cita olímpica.

La dupla competirá en vela, en la modalidad de Nacra 17, una disciplina que tendrá a las 20 mejores parejas del mundo y para la que los uruguayos lograron la clasificación en 2019, cuando se esperaba que la cita olímpica fuera en 2020.

Dominique Knuppel y Pablo Defazio

Controles y vigilancia: casi sin salir

En estos primeros días en Japón, Defazio y Knuppel  y el entrenador Diego Stefani están instalados en un hotel de la organización en Enoshima, ciudad donde se hará la actividad náutica, a la espera de que el 13 de julio se abra la villa olímpica para la vela.

Para llegar a a Japón tuvieron que hacer un riguroso control sanitario que comenzó en dos semanas antes de viajar.

En los 14 días previos al vuelo comenzaron un seguimiento mediante una aplicación en la que día a día debían llenar un formulario con su estado de salud, por si tenían síntomas relacionados con el covid-19, y también con los registros de su temperatura.

Además, tuvieron que hacer una planilla con la planificación detallada sobre los lugares en los que iban a estar en los primeros 14 días en Japón.

Se realizaron hisopados, dos previo a viajar, uno con 96 horas y otro con 72 horas antes del vuelo, más otro test al llegar.

Knuppel y Defazio en el catamarán

Al aterrizar en Japón, dejaron el aeropuerto dos horas después, luego de todos los papeleos. “Por ser de los primeros en llegar los trámites fueron bastante rápidos, pero hoy ya están demorando unas cuatro horas en hacerlo”, indicaron.

Con la aplicación en su celular se fueron moviendo por el aeropuerto en una zona especialmente apartada para los deportistas. Mostrando el código QR al bajar del avión, pasaron a la zona donde le hicieron el test, que demoró una hora en tener su resultado, para luego ir por aduanas, migraciones, hasta salir a la zona en la que los esperó el vehículo para trasladarlos al hotel en el que permanecen hasta el martes.

El seguimiento sobre los deportistas continuó en el hotel. “No tenemos ningún contacto con los habitantes”, contó Defazio. “Solo con el lugar en el que vamos al puerto, a la sede donde vamos a competir y al hotel o la villa”, indicó. “No tenemos permitido salir”, agregó.  Se pasan dentro de sus habitaciones, desyunan, almuerzo y hasta entrenan en ese espacio.

“La impresión cuando llegamos fue que subimos a un bus, atravesamos todo Tokio en dos horas de viaje, vimos varias de las sedes de los otros deportes con los logos de Tokio 2020, y vas palpitando un poco los Juegos”, comentó.

Knuppel y Defazio

“En Hiroshima no tenemos acceso a nada, más que estar adentro del hotel. Y recién hoy (por el viernes a la noche) vamos a poder ir al buffet, porque hasta hoy solo podemos estar en la habitación y salir al pasillo del cuarto y quinto piso”, agregó.

“Hay seguridad o voluntarios que te controlan, no digo que para que no salgas, pero bueno…”, comentó.

En eso días sin buffet, la comida se la llevaban en una caja que les dejaban en la puerta. ¿Qué incluía la vianda? En las bandejas plásticas se les entregó alimentos ricos en proteína, con porciones de carne, pollo, pescado, comidas típicas, algunas ensaladas, más pan y un par de medialunas, mientras que en el desayuno les daban salchichas, hamburguesas y algo parecido a albóndigas, frutas, más pescado y pollo.

“La comida es lo que más se extraña”, señaló Dominique.

El gran inconveniente es que los alimentos de esas cajas siempre estaban fríos, lo que hizo que en una ocasión pidieran comida caliente al delivery, lo que está permitido, pero debían pagar por su cuenta.

Eso cambió con la apertura del buffet, donde podrán elegir los platos.

El barco en viaje y los entrenamientos

Los deportes náuticos tienen la particularidad que además del traslado de los deportistas, se debe organizar la logística para hacer llegar el barco de competición a los distintos eventos, los que son enviados en contenedores.

Knuppel y Defazio en acción

Defazio y Knuppel mandaron el suyo el pasado 22 de abril con destino a Japón y aún no ha llegado, debido a que hubo una demora en Hong Kong.

Lo que para cualquiera sería motivos de nervios a días del comienzo de los Juegos, parece no serlo para la dupla celeste que está acostumbrada a estos percances y que sigue la ubicación de su catamarán mediante GPS.

“El contenedor estaba demorado y aún no ha llegado”, dijo Dominique, quien estima que arribe entre el 12 y el 15 de julio a la sede de la vela.

Eso no le generará complicaciones en sus entrenamientos previos a la competencia porque recién el 15 de julio se abrirán las prácticas en agua, aunque deberán tomarse un día para el armado de la embarcación y luego alternar las navegaciones con tiempo para ajustar otros detalles del barco.

“Hay noticias de que a algunos países los contenedores no les llegan para los Juegos”, comentó Defazio.

Knuppel y Defazio

La dupla uruguaya ha sido de las primeras del mundo en llegar a su concentración, a la espera de la apertura de la villa.

Al no contar con su barco, han entrenado exclusivamente en el aspecto físico en estos días para mantener lo realizado en Uruguay. La Nacra 17 ha variado para ser una competencia más extrema, lo que requiere una mayor exigencia.

En sus días de navegación es habitual sufrir golpes, por lo que utilizan cascos. Además, al ir atados al mástil, muchas veces suelen volar por los aires cuando hay una frenada brusca. Las caídas al agua también están a la orden del día.

“El barco es un catamarán, esos barcos que tienen dos cascos y una lona en el medio, con un mástil bastante alto. La particularidad es que cuando va rápido tiene unos timones y las quillas que van bajo del agua, que cuando el barco supera los 20 kilómetros por hora comienza levantarse y va como despegado del agua, como si fueras volando”, contó Pablo.

“El barco va a unos 50 kilómetros por hora. Es como cuando vas en bicicleta a esa velocidad que te parece que vas a 100, en un barco se dice que la sensación es parecida”, comentó.

Así "vuela" el catamarán de Knuppel y Defazio

Para evitar problemas y accidentes se debe contar con los materiales adecuados y en buen estado. “Nos hemos pegado varios golpes”, dijo Defazio, quien una vez se cortó el gemelo en un entrenamiento, mientras que Dominique en una ocasión abolló un barco de un rodillazo.

El amuleto familiar de los Knuppel

Dominique tendrá en Tokio sus primeros Juegos, siguiendo la tradición familiar. Su padre Bernie, reconocido velerista, también fue navegante olímpico en Seúl 1988.

“Es muy emocionante estar acá y poder compartirlo con la familia es lo más lindo. Creo que el día que voy a tener más nervios va a ser cuando empecemos a navegar”, señaló.

Defazio, por su parte, compitió en Río 2016 junto a su esposa Mariana Foglia, quien formó parte del equipo cuando se sumó Knuppel, pero que en los últimos años fue dejando las competencias.

El 28 de julio será el primer día de competición. Luego, irán al agua el 29, el 31 y el 1° de agosto. En esas cuatro jornadas competirán en 12 pruebas para meterse en la medal race, la regata final en la que se definen las medallas con el puntaje acumulado en las mangas anteriores. Pueden descartar una prueba.

Knuppel y Defazio, junto a Mariana Foglia

A esa instancia final acceden las 10 mejores duplas de las 20 que participan. Gana el que suma menos puntos. En cada una de las 12 pruebas se suman los puntos según la posición en que finalizan cada regata, con la opción de descartar la peor regata de esas primeras. Los puntos son acumulados para la última prueba.

“El objetivo es entrar a la medal race, estar entre los 10 primeros. Nos lo pusimos nosotros mismo según lo que hemos trabajado y sería un muy buen resultado, teniendo en cuenta las circunstancias y la preparación en estos cuatro años”, dijo Defazio. “Sabemos que no es fácil”.

Los navegantes uruguayos ya alzaron la bandera en Tokio 2020, la que no puede faltar en cada competencia y que siempre lleva Dominique.

Además, la velerista recibió un amuleto especial para su debut olímpico. Antes de viajar su padre la sorprendió y le dio la acreditación con la que compitió en Seúl 1988, la que ahora guarda en su mochila y va con ella a todos lados, para recordar que continúa el legado familiar en los Juegos en una disciplina que ha sido protagonista en el historial de Uruguay en la cita máxima del deporte mundial.

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