En Irán se efectuaron este martes varios arrestos vinculados con el derribo involuntario de un avión civil ucraniano por uno de sus misiles, pero estas detenciones no pusieron fin a las manifestaciones que se producen desde el sábado en el país por la gestión gubernamental de esta tragedia.
Las fuerzas armadas iraníes reconocieron el sábado su responsabilidad en la catástrofe del vuelo PS572 de Ukraine International Airlines, derribado por error el 8 de enero por un misil iraní muy poco después de haber despegado de Teherán, causando la muerte de sus 176 ocupantes.
Previamente, Teherán había negado durante al menos dos días la hipótesis de que el avión hubiese sido derribado por un misil.
El anuncio tardío del error provocó una ola de indignación en el país contra las autoridades por su forma de haber gestionado este incidente, según videos colgados en las redes sociales. En esas protestas se habrían coreado consignas contra las autoridades de la República Islámica, incluyendo al clero chiita.
En un hecho extremadamente raro, la agencia de prensa Fars, cercana a los ultraconservadores, informó que los manifestantes del domingo habían gritado "¡Muerte al dictador!" y clamado eslóganes contra los Guardianes de la Revolución, el ejército de élite iraní.
Una treintena de personas fueron detenidas entre los manifestantes, anunció el martes en una rueda de prensa el portavoz de la autoridad judicial, Gholamhosein Esmaili.
Durante la mañana, se produjeron varias protestas, al grito de "los estudiantes iraníes en duelo" o "ustedes no tienen moral", delante de las universidades de la capital, según videos difundidos en las redes sociales.
En la universidad de Teherán, unos 200 estudiantes, la mayoría con el rostro recubierto, mantuvieron un tenso cara a cara con jóvenes miembros de Basij, movimiento paramilitar de voluntarios islámicos, constató la AFP.
Las fuerzas de seguridad mantuvieron a distancia los grupos, que acabaron por dispersarse.
Varios artistas e intelectuales se sumaron a las protestas.
El diario Hamshahri (publicación del Ayuntamiento de Teherán) informó de una "ola de protestas de artistas ante (la tragedia) del avión y la manera de la que se informó". También indicó que habían cancelado su participación en los festivales de Fajr, que se celebran cada año en febrero, con motivo del aniversario de la Revolución Islámica.
La agencia oficial Irna publicó los nombres de varios artistas famosos (grafistas, calígrafos, escultores...) que renunciaron a ser miembros del jurado del festival.
El lunes, una expresentadora de la televisión pública pidió disculpas en su cuenta Instagram por haber "mentido durante 13 años en la televisión".
Este martes, a través de la televisión, el ministerio de Justicia anunció varios arrestos en el marco de una "exhaustiva investigación" para determinar las responsabilidades en la catástrofe aérea. No se precisó el número de personas detenidas.
Poco antes, el presidente iraní, Hasan Rohani, había estimado que se debe "castigar" a todos los responsables de la tragedia.
"Para nuestro pueblo es muy importante que cualquier persona que haya tenido culpa o haya sido negligente en este asunto" sea llevado ante la justicia, dijo Rohani en un discurso retransmitido por la televisión. "Todos los que deban ser castigados lo serán", insistió.
"El sistema judicial debe formar un tribunal especial con magistrados de alto rango y decenas de expertos (...) El mundo entero nos está mirando", agregó el presidente.
"No puede ser solamente la persona que apretó un botón la que cometió la falta. Hay otros, y quiero que ello sea explicado claramente al pueblo", precisó Rohani.
Mehdi Rahmanian, director de la publicación del diario reformista Shargh, entrevé un nueva "mirada de la sociedad iraní" de las autoridades. "Lo que podríamos llamar 'disimulo' (tendría que ocurrir) menos en el futuro", dijo a la AFP. "Los responsables estarán obligados a hablar a la gente de forma más honesta", estimó.
Según él, la actitud de las fuerzas de seguridad en estos días "mejoró respecto al pasado". El mes pasado, la represión de las manifestaciones se saldó con al menos 300 muertos, según Amnistía Internacional.
Irán está sometido a presión internacional para que se lleve a cabo una investigación exhaustiva sobre la tragedia aérea.
La mayoría de las 176 víctimas mortales eran iraníes y canadienses. Ottawa creó un grupo de coordinación de los países de los que eran oriundos los fallecidos. El jueves se reunirá en Londres para organizar la repatriación de los restos y pedir una investigación transparente.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, aunque siguió manteniendo la presión contra Teherán también declaró el lunes que sin la reciente escalada de tensiones activada por Estados Unidos, los pasajeros del avión estarían ahora con vida.
El avión ucraniano, que se dirigía a Kiev, fue derribado mientras las fuerzas iraníes se hallaban en alerta tras haber lanzado una serie de misiles contra bases en Irak que albergan a soldados estadounidenses.
Irán lanzó estos misiles en represalia por el asesinato, pocos días antes, del general Qasem Soleimani, jefe de las operaciones exteriores de los Guardianes de la Revolución, abatido el 3 de enero en Bagdad por un dron norteamericano.
Fuente. AFP
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