2004 fue un año histórico para Uruguay por la llegada de la izquierda al poder

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Desde el “Llegó” de la izquierda al “Festejaron” de los blancos

Luces, sombras y grises del periplo de los 15 años del Frente Amplio en el poder
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05 de junio de 2021 a las 05:00

Con un singular “Llegó” y una foto de Tabaré Vázquez con los puños en alto desde el balcón de un hotel céntrico, El Observador retrató en su tapa del 1 de noviembre de 2004 uno de los cambios plurales más trascendentes de la historia política uruguaya. El que llegó a la presidencia fue Vázquez, con él arribó al gobierno el Frente Amplio y, con ello, los partidos tradicionales se fueron a la oposición tras décadas y décadas de ejercer el pase de mano en el poder.

En aquella foto del número 4.275 del diario se adivinaba en un segundo plano al vicepresidente electo Rodolfo Nin Novoa quien representaba el cambio que se había gestado en la interna de una izquierda que ya tragaba “sapos y culebras”, al decir de José Mujica, que provenían de las colectividades fundacionales y empujaban la nave tricolor hacia el centro del cauce.

Porque en el transcurrir de los 15 años en los que la izquierda se perpetuó en el gobierno, se mantuvo muy lejos de la revolución que esperaban muchos de los que la propiciaban, pero también del desastre que vaticinaban una cantidad de quienes se le opusieron.

Con el moderado Danilo Astori a la cabeza del equipo económico, aquel primer gobierno de Vázquez puso en la agenda política algunas muescas que ya marcan la historia del país.

Por ejemplo, el Plan Ceibal celebrado casi unánimemente a izquierda y derecha le otorgó a cada alumno una computadora a la que, de otra forma, les hubiera resultado de muy dificultoso acceso. Vázquez también creó el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) que, más que una simple secretaría de Estado, representó la voluntad de la izquierda de socorrer a los más necesitados con un aporte mensual que si bien era menguado, para muchos fue el salvataje con el que llegaron a ese fin de mes que les resultaba eterno.

Fueron convocados nuevamente los Consejos de Salarios, se echó a andar el Sistema Nacional Integrado de Salud y se aplicó el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas que dejó sin gravar a los salarios más bajos, aunque golpeó otros sueldos que no eran la maravilla.

En esos años empezaba a soplar eso que, entre la meteorología y la economía, se llamó “viento de cola” que, traducido, quiere decir que la situación interna y la externa se conjugaban como para que las exportaciones y otras variables multiplicaran el dinero que se movía en el país.

De esta fiesta se sirvieron grandes empresas que gozaron de importantes exoneraciones impositivas, y los ricos también celebraron. “Boom inmobiliario de lujo en Punta del Este. Edificios de alto valor aún no construidos se vendieron en pocos días; una hectárea de chacra puede costar US$ 100 mil dólares”, informaba El Observador en su portada del 31 de diciembre de 2006.

Porque en el transcurrir de los 15 años en los que la izquierda se perpetuó en el gobierno, se mantuvo muy lejos de la revolución que esperaban muchos de los que la propiciaban, pero también del desastre que vaticinaban una cantidad de quienes se le opusieron.

El 14 de enero de ese año, la tapa daba cuenta con un “Intensificaron los cortes en los puentes binacionales” de las ganas que tenían los activistas argentinos contrarios la instalación de la pastera en Fray Bentos de arruinarle la temporada turística a Uruguay en medio de una tensa relación entre los gobiernos de Vázquez y el del presuntamente izquierdista y seguro peronista Néstor Kirchner.

El progresismo aggiornado de Vázquez lo llevó incluso a pedirle un impensado respaldo al presidente estadounidense George Bush, cuando este visitó el país en marzo de 2007, por si acaso las tensas relaciones con el país vecino se complicaban aún más.

El exdictador Gregorio Álvarez terminó en la cárcel por atentar contra los derechos humanos

El rostro del exdictador Gregorio Álvarez, de frente y de perfil con el número de expediente que lo expone como delincuente procesado por cometer delitos contra los derechos humanos, en la tapa del 18 de diciembre de 2007, revela uno de los resultados de la política de Vázquez tendiente al castigo de protagonistas de la dictadura militar. Además, a partir de las excavaciones en establecimientos militares, se pudieron hallar los restos de algunos desaparecidos, lo que curó una mínima parte de una herida que sigue abierta.

Mujica se hizo fuerte en el impulso de la denominada agenda de derechos que incluyó el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto que había fracasado por obra de Vázquez.

Otros de los hitos de la primera presidencia de Vázquez fueron el veto a la ley de despenalización del aborto aprobada por la propia bancada de gobierno, y una lucha contra el tabaco con la que logró prohibiciones de consumo en lugares públicos, y cosechó coincidencias en todos los partidos.

La segunda

José Mujica se agarra la cabeza en la tapa de la edición del 30 de noviembre del 2009 de El Observador mientras mira la multitud que lo aclama tras ser elegido para presidir el segundo lustro de gobiernos frenteamplistas. Muchos otros repitieron el gesto pero para expresar su preocupación por la llegada al gobierno de un extupamaro que, habiendo empuñado las armas en los lejanos 60 y 70, a finales del siglo XX y principios del XXI supo interpretar como pocos los desvelos de buena parte de los uruguayos.

Mujica llegó al gobierno luego de una trayectoria de novela

Contra los pronósticos, la presidencia de Mujica fue menos transformadora que la de Vázquez en las estructuras económicas. Intentó prenderle algunas “velitas al socialismo” con el Fondo para el Desarrollo que apoyó con escasísimo éxito a empresas autogestionadas, y a eso se le sumaron otros fracasos como el fallido proyecto de Aratirí y el de la regasificadora, el irregular remate de la empresa Pluna que terminó con jerarcas procesados por la Justicia, y una gestión en Ancap a la que hubo que capitalizar con US$ 900 millones para que no se desfondara.

En esos años empezaba a soplar eso que, entre la meteorología y la economía, se llamó “viento de cola” que, traducido, quiere decir que la situación interna y la externa se conjugaban como para que las exportaciones y otras variables multiplicaran el dinero que se movía en el país. De esta fiesta se sirvieron grandes empresas que gozaron de importantes exoneraciones impositivas, y los ricos también celebraron

Mujica se hizo fuerte en el impulso de la denominada agenda de derechos que incluyó el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto que había fracasado por obra de Vázquez.

La agenda de derechos de Mujica también incluyó el matrimonio igualitario

En la tapa del 11 de abril de 2017 se ve una foto de la diputada Daisy Tourné abrazada a un hombre con un gorro colorido festejando en la calle la aprobación del casamiento de personas del mismo sexo. Y la portada informa además que por esas horas se estaban realizando “Intensas y reservadas gestiones para que a CFK se le vaya el enojo”, enojo que le había sobrevenido porque en su estilo lenguaraz, Mujica la había tratado de vieja y terca en una conversación que se filtró en un micrófono abierto en un acto público.

Además, Mujica legalizó la venta de marihuana en las farmacias, otro de los hechos que llevó su nombre a las primeras planas de los medios de comunicación del mundo ya extasiados por el periplo que lo trasladó de un pozo carcelario a la casa de gobierno.

La legalización de la venta de marihuana fue uno de los hitos de la gestión de Mujica

Los blancos, negros y grises de la gestión de Mujica –y la promesa del retorno del mejor Vázquez- resultaron una mezcla nada desagradable para la mayoría de los uruguayos que, otra vez, le renovaron el crédito al Frente Amplio en las elecciones de 2014 y, otra vez, con mayorías parlamentarias.

La tercera

“Arrasó”, tituló El Observador el 1 de diciembre de 2014 luego de que Vázquez repitiera el plato y esta vez sacándole a su contrincante Luis Lacalle Pou 12 puntos de ventaja en el balotaje.

La segunda presidencia del oncólogo resultó abúlica. Durante los cinco años se vio tiroteado por las críticas a la gestión de seguridad pública a cargo de Eduardo Bonomi que nunca pudo encontrarle la vuelta a tan acuciante asunto.

Tabaré Vázquez ganó con comodidad el balotaje de 2014

La educación también fue un flanco débil que en algún momento trató de blindar resolviendo, ante la beligerancia de los gremios docentes, la esencialidad del servicio. Las fuertes críticas que recibió de sus compañeros de coalición lo disuadieron de seguir adelante con la medida.

Y luego apareció Raúl Sendic, su compañero de fórmula, quien entreverado en mentiras sobre un título de licenciado inexistente y el uso irregular de la tarjeta corporativa de Ancap durante su gestión en el ente- asunto por el que fue procesado por la Justicia- tuvo que renunciar a la vicepresidencia de la República.

El domingo 10 de septiembre de 2017 en una edición especial de El Observador, la tapa mostraba una foto intervenida en la que Vázquez rodeaba con su brazo el hombro de un Sendic al que solo se le veía el contorno de su silueta.

Raúl Sendic tuvo que renunciar a la vicepresidencia de la República acosado por diversas acusaciones

Sendic se había esfumado y el último tramo del gobierno del Frente Amplio se diluía entre ajustes de cuentas internos. Aquel viento de cola del primer gobierno de Vázquez ya era casi fue una briza y la errática candidatura de Daniel Martínez en las elecciones de 2019 terminó por empujar el final de 15 años de gobierno de la izquierda

Tras 15 años en el gobierno, el Frente Amplio fue derrotado por una alianza liderada por el Partido Nacional

Recién el viernes 29 de noviembre con un “Festejaron”, y la foto de la sede de campaña de Luis Lacalle Pou, El Observador pudo anunciar el fin de esa era frenteamplista puesto que, hasta que no se realizó el escrutinio secundario, Martínez se negó a reconocer una derrota en las urnas que las posibilidades matemáticas ya habían decretado.

Muchas preguntas, -algunas contestadas y otras sin respuesta-, sobre las razones de ese fracaso, son las que ahora inquietan a una fuerza política que busca a tientas las condiciones propicias para que, entre otras cosas, un lunes de noviembre de 2024 El Observador titule en su tapa algo parecido a un “Volvieron”.

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