¿Cómo ven desde ADP al sector agropecuario?
Como siempre, muy dinámico. Se volvió al esquema de precios que tuvimos con el boom de la agricultura, pero hoy vemos una agricultura mucho más madura que en aquel entonces.
Los productores somos muy conscientes de que lo importante no es un solo cultivo, sino que la rotación puede potenciar nuestros suelos y nuestro sistema de producción. Rotamos mucho más y eso nos ayuda en los parámetros que medimos en el suelo, pero además ayuda en el control de malezas y a las empresas. Tener muchos cultivos hace que vayamos variando los períodos de actividad. Las empresas en el ciclo de super precios de los comodities tenían la zafra marcada en dos momentos: la cosecha de los cultivos de invierno y la cosecha de la soja, hoy hay sistemas mucho más atractivos. Eso hace que las empresas estén mucho más activas, es movimiento que se dispersa durante todo el año, plantas de silo que se mueven, camiones en permanente movimiento, estaciones de servicio vendiendo.
Se empezó a ver mucho más el derrame de los distintos cultivos dentro de la rotación agrícola. Lo desafiante es encontrar destinos para que esos granos sean competitivos. Al sorgo, maíz, cebada forrajera... hay que buscarle destinos para que traccionen y al productor les gusten y le valga la pena.
¿Cómo está la demanda internacional de granos?
La demanda está muy fuerte y se han desarrollado mercados nuevos. También ha crecido mucho la genética, por ejemplo en cebada creo que es posible alcanzar rendimientos altísimos, de 6.000 kilos, pero hace falta un ajuste muy fuerte de los componentes para poder tener la calidad buscada con tanta productividad, aunque en caso de no alcanzarla también hay mercados alternativos que tientan al productor, lo mismo pasa con el maíz y el sorgo.
Parece que se va a abrir una exportación de sorgo para China y nos tendremos que adaptar a nuevos protocolos y formas de producir, pero seguramente sean productos de mucha calidad. Si logramos la entrada a esos mercados tendremos un desarrollo muy fuerte de la parte agrícola.
¿Ya está confirmado eso?
Aparentemente se está trabajando y China estaría interesado, vamos a ver qué camino recorre. Esto abre una luz de esperanza, porque el cultivo de sorgo se adapta muy bien a distintas regiones. Si el mercado de China se abre, sin duda será algo muy bueno para la agricultura.
¿Cómo se perfila el fin de la zafra de soja?
La cosecha se presenta bastante variable, según cómo fue tocando el clima en las distintas zonas. La producción está marcada por la lluvia y en algunas zonas no tuvimos un año Niña, porque los registros de precipitaciones fueron buenos. Esperamos y estamos confirmando en estos días que los resultados son buenos. En zonas donde el clima afectó más, los rendimientos van a estar por debajo de lo que normalmente tenemos en esas zonas.
¿Qué rendimientos se esperan en soja?
Hacemos una proyección que andaría entre los 2.000 y 2.300 kilos de promedio general.
Comenzamos la cosecha la semana pasada en el noreste del país con rindes de 2.500 y 2.800 kilos.
Además de las lluvias hay otras implicancias. Por ejemplo, en la zona núcleo hacemos mucho cultivo de invierno por un tema de calidad de campos, eso implica que casi toda la soja sembrada allí sea de segunda. Eso impactó bastante en cómo afectó la sequía y en la disponibilidad de agua que tenían esos cultivos. El déficit hídrico venía del invierno, pero si a eso le sumamos que había cultivos que venían muy bien porque pudieron capitalizar toda la lluvia, arrancamos una soja con mucha menos agua que una soja de primera que tenía humedad para capturar.
¿Qué perspectivas hay para la siembra de invierno?
Creo que el área de siembras de invierno va a crecer porque hay opciones y un poco más de avidez por los granos que vamos a producir. Aparecen jugadores nuevos, como la carinata o la cebada forrajera, con mercados más tentadores que antes y eso va a hacer que el productor se largue a producir un poco más.
Cuando hacemos los números para analizar lo que pasó y lo que podemos armar hoy, los números no dan muy distintos a los del año pasado. Tenemos mejores precios por los granos, pero un componente de costos que hace que el rendimiento de equilibrio quede muy parecido al que hacíamos en el invierno anterior. El invierno anterior tuvo rendimientos destacados en relación a la media y el precio se fue recuperando. Cuando el año pasado armábamos el Excel en trigo y cebada nos daba equilibrios de 3.800 o de 3.700 kilos, dependiendo campo a campo y este año nos da igual.
En ADP vamos a tener un crecimiento, pero no mayor a un 10% del área que veníamos haciendo en invierno. El año pasado hicimos unas 13.500 hectáreas y este año es probable que lleguemos a las 15.000. Pero creo que el impacto a nivel nacional va a ser mayor, el área de siembra en todo el país va a crecer como mínimo 10%.
¿Y cómo ve el negocio sojero para 2021/22?
La soja hoy está pasando por un buen momento. En ADP conocemos el cultivo y viene evolucionando muy bien en genética.
Rotada con otros cultivos, tiene la posibilidad de mostrar mayor potencial que cuando es soja sobre soja y sobran ejemplos para poder comprobarlo. La vemos como la cabeza de la rotación, pero es parte de un sistema.
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