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La historia de Dina Boluarte, la primera mandataria mujer en la historia de Perú
Dina Boluarte, una abogada de izquierda y bajo perfil, quien llegó a la vicepresidenta en julio de 2021 por el partido marxista leninista Perú Libre (PL), juró como primera presidenta mujer en la historia de Perú en una sesión convocada de urgencia por el Congreso, que horas antes había aprobado la destitución del mandatario Pedro Castillo, quien durante la mañana intentó disolver el Congreso.
La postura de Castillo, considerada por todo el arco político, juristas y organizaciones civiles como un "auto golpe de Estado", abrió el camino para que en una sesión especial el Parlamento aprobara la destitución del mandatario y tomara juramento a Boluarte, nacida el 31 de mayo de 1962 en Chalhuanca, una ciudad de 30.000 habitantes ubicada a casi 3.000 metros de altura.
La ahora primera presidenta se graduó de abogada en la Universidad de San Martín de Porres e hizo estudios de posgrado en esa misma casa. Su currículum señala que trabajó como funcionaria en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil desde 2007 hasta que en agosto de 2021 pidió licencia para poder presentarse en las elecciones generales de ese año, ya que su cargo era incompatible con las funciones en el Ejecutivo al que se postulaba, cargo al que finalmente renunció en abril de este año.
Boluarte fue candidata a vicepresidenta en la fórmula encabezada por Castillo y tuvo su primera experiencia política cuando se postuló para la alcaidía de Surquillo, en el distrito de Lima, la zona de clase media en la que reside. En aquella ocasión obtuvo menos del 3% de los votos y, como no tenía partido, se postuló por el PL, del que fue expulsada el año pasado, ya siendo vicepresidenta, por criticar públicamente a su jefe, Vladimir Cerrón.
Boluarte fue la primera ministra de Inclusión Social de Castillo. A diferencia de la mayoría de los funcionarios del presidente destituido, no estuvo involucrada en escándalos ni sospechada de corrupción. Incluso así, la oposición legislativa pretendió destituirla por haber seguido figurando como presidenta de un club privado de paisanos limeños de su tierra natal. Discreta y recelosa de su vida privada, aunque conocida en el ambiente político, seguía siendo hasta hoy casi desconocida por el grueso de la sociedad.
