Dino en Dolores en 2017
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > OBITUARIO

Dino, un pionero de la música uruguaya que se embanderó con la fusión

Gastón Ciarlo supo combinar rock, milonga, candombe y folclore para trazar un camino que seguirían artistas de otras generaciones
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08 de noviembre de 2021 a las 11:18

En el camino de la música popular uruguaya el nombre de Gastón Ciarlo es fundamental. "Dino", como le pusieron de niño por el parecido con la mascota de Los Picapiedra, fue un eslabón clave en esa cadena porque fue el que enlazó el rock con la milonga, el pop con el candombe, el blues con el canto popular. Dino entendió que en el cruce estaba el camino, que la fusión era la guía. Y lo demostró a lo largo de su carrera colaborando tanto con folcloristas como con rockeros. Y con su propia música, la que confeccionó a lo largo de una carrera de cinco décadas que lo convirtió en un referente para distintas generaciones.

El anuncio llegó en la madrugada. "En la noche de hoy, nuestro amado Gastón dejó este plano y se fue de guitarreadas con los que partieron antes". Con esa frase, la familia del músico informó de la muerte del cantautor, a los 76 años. Y lo despidieron colegas de todos los géneros. 

Ciarlo nació en Montevideo, el 30 de setiembre de 1945. A los cinco años ya empezó a estudiar guitarra, pero el despertar vino más tarde, ya en la adolescencia. "Venía de la guitarra clásica, del solfeo. Pero la primera vez que agarré una guitarra con cuerdas de acero no la solté más", contaba a El Observador en 2017. A los 14 años descubrió el rock, y empezó, de a poco, su camino para dedicarse a la música. En paralelo, y ya desde los 12 años, empezó a trabajar en radio Ariel, a cuyo estudio se le permitía acceder libremente, y que usaría tanto para grabar música propia como para ponerlo a disposición de otros artistas.

Con su faceta de comunicador también fue el responsable de la difusión de colegas, y de la realización de eventos claves en la historia musical uruguaya. Fue, por ejemplo, uno de los principales impulsores del Concurso Nacional de la Música y la Canción Beat, que tuvo dos ediciones. La segunda, en particular, realizada en el parque Harriague de Salto, es recordada como "el Woodstock uruguayo", y marcó la consolidación de la banda Psiglo y el surgimiento de Carlos "Pájaro" Canzani, entre otros artistas que participaron en él. 

La guitarra, presente en la vida de Dino desde su infancia

Mientras tanto, Dino ya se posicionaba como una voz diferente y potente dentro del panorama musical uruguayo. A fines de la década de 1960 había debutado en los escenarios con su banda Los Gatos, pero sería 1967 el año clave. Por un lado, recibiría el primer premio en el Festival de la canción beat y de protesta, y por otra parte, emprendería un viaje a Brasil, donde se encontraría con los primeros pasos de la Tropicália, un movimiento que lo influiría con el descubrimiento de la posibilidad de combinar los sonidos típicos de su país con las influencias sonoras de la música pop y el rock internacional.

A su vuelta, en 1969, empezó a aplicar ese camino, incursionando con el candombe en paralelo al camino de Eduardo Mateo, Ruben Rada y El Kinto, y también empezó a combinar la milonga con el rock, una decisión que costó vender a los tradicionalistas. "Como se atreven a decir que eso es milonga", les decían. Al final, las resistencias se vencieron, en parte porque la fusión tuvo el visto bueno del público. Y ahí estuvo una de sus grandes herencias musicales, que retomarían luego artistas como Jorge Nasser, La Trampa, y hasta Jaime Roos.

A lo largo de la década de 1970 Dino terminó de posicionarse como referente musical, gracias tanto a su trabajo solista como a su labor con las bandas Montevideo Blues, Cero Tres y los Moonlights, con quienes terminó de popularizar Milonga de pelo largo (sin demasiadas dudas, su canción más conocida, y que según contaba, había llegado a hartarlo aunque reconocía su importancia para el público), aunque había sido compuesta en la etapa de Montevideo Blues.

El músico y periodista Andrés Torrón destaca en su libro 111 discos uruguayos otro de los méritos de Ciarlo. "Además de las instrumentaciones inéditas y los géneros musicales transitados, es uno de los primeros en cantar con un estilo llano, con un lenguaje de acá y sin afectaciones roqueras ni de cantor 'melódico latino'". Una forma "uruguaya" de cantar que hasta entonces, era también inédita. 

En 1976 grabó uno de sus discos fundamentales, un trabajo acústico que se convertiría en un clásico: Vientos del sur, apoyado por canciones como la que da título al disco. Un disco más cercano a la balada y a la música folk, de tono autobiográfico, y uno de los discos más poderosos de la época de la dictadura, en la que Dino permaneció en Uruguay mientras buena parte de sus colegas debían o buscaban exiliarse.

Después de discos como Los tanos y Punto y raya, en la década de 1990 Ciarlo se radicó en Suiza, de donde volvió en 1997. Se radicó en la ciudad de Dolores, en Soriano, donde vivió hasta su muerte, y se volcó hacia el folclore desde ese momento, aunque siempre manteniendo la veta rockera y el espacio en sus canciones para una guitarra distorsionada. También formó el grupo Los Kafkarudos, acompañado por Walter Bordoni, Tabaré Rivero y Alejandro Ferradás.

En los últimos años publicó varios discos en vivo. Su último disco de estudio fue Memorias nuevas, lanzado en 2017 y compuesto tanto por algunas versiones como por un puñado de composiciones propias, incluyendo 15/04/16, una canción que repasa el impacto del tornado que afectó a su cuidad en 2016. 

Y en ese disco, como en toda su carrera, estaba también la fusión. La que había en su biblioteca, donde la historia uruguaya y las carpetas con letras de Washington Benavides se intercalaban con los clásicos de la fantasía, y también en su escucha musical. "Escucho folk, música clásica, los discos nuevos de los artistas uruguayos, que los llevo a la radio para que los copien y los pasen", decía Ciarlo en 2017.

"La música no tiene que ser folklore para ser nacional", planteaba Dino también en ese momento. Como artista trascendió generaciones y géneros y se terminó perfilando como una figura clave en el camino de la identidad musical nacional, aunque siempre manteniendo un perfil bajo y una modestia que a veces lo dejaban por detrás de otras figuras en el imaginario colectivo. Pero su música, por encima de todo, por encima de fusiones, influencias y sonoridades, era nacional. Dino hizo milonga, hizo rock, hizo candombe, hizo folclore. Hizo música uruguaya.

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