Economía y Empresas > VIVIENDA SOCIAL
Disminuye cantidad de apartamentos nuevos en construcción
La unidades en construcción por la ley de vivienda social no compensa las que ya fueron terminadas
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21 de julio de 2015 a las 05:00
En los primeros seis meses de este año el ritmo de construcción de Viviendas de Interés Social (VIS) experimentó un enlentecimiento por primera vez desde que se puso en marcha esa modalidad a fines de 2011 . Eso se ve reflejado en la cantidad de unidades que se empezaron a construir que no lograron reponer por completo las que se fueron terminando.
A diciembre de 2014, había 6.386 unidades sin finalizar y 1.020 terminadas en todo el país. Pero el panorama cambio en el último semestre porque las terminadas tuvieron un salto hasta alcanzar las 1.826 (826 más), mientras que el número de viviendas en obra pasó a 6.324 (62 unidades menos), según datos de la Agencia Nacional de Viviendas procesados por la Unidad de Análisis Económico de El Observador. Esto no había ocurrido hasta el momento porque el ritmo de obras sin terminar tuvo siempre un comportamiento ascendente.
Ese menor empuje de la construcción implica para el consumidor que la oferta no siga desarrollándose a la velocidad con que lo venía haciendo. No obstante, la disponibilidad del producto en el mercado es amplia y seguirá consolidándose a medida que se vayan terminando más unidades.
Pese al enlentecimiento, la VIS sigue siendo el motor de la industria de la construcción para mantener puestos de trabajos, en momentos en que ese sector experimenta una recesión. Esto se ve reflejado particularmente en Maldonado donde se paralizó la producción de vivienda nueva por la situación de la economía de Argentina y se ha visto postergada la llegada de nuevas inversores y compradores desde ese país. En ese departamento hay actualmente 2.000 viviendas de interés social en construcción.
Tanto desde la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU), como desde la Asociación de Promotores Privados de la Construcción (Appcu) se sostiene que uno de los factores que ha desestimulado la presentación de nuevos proyectos es la fijación de topes en los precios. En este sentido, se argumenta que esa medida frenó la actividad en el interior del país e incidió para que haya un menor ritmo de presentación de nuevos proyectos en Montevideo.
Los empresarios entienden que la única regulación del mercado debe estar dada por la oferta y la demanda. En esa línea es que Appcu ha planteado la eliminación de los topes tanto al ministro de Economía, Danilo Astori, como al vicepresidente Raúl Sendic.Pero hasta el momento, ese planteo no tuvo eco. Entre los integrantes del gobierno que hasta ahora se han expresado públicamente sobre el tema primó la postura negativa .
"No creo que eliminar los topes dinamice (la construcción de nuevos proyectos). Tenemos que estudiarlo con mucho cuidado. El Estado resigna mucho dinero. No queremos que sea un lucro para las empresas", afirmó la semana pasada a El Observador TV la ministra de Vivienda, Eneida De León.La jerarca argumentó que se han construido miles de VIS con el sistema actual y dijo que una posible revisión del sistema de topes deberá contar primero con el aval de la ANV atendiendo los ingresos que percibe el público destinado a ese tipo de solución habitacional.
En tanto, el presidente de la ANV, Francisco Beltrame señaló días atrás a El País que "no está planteado" hacer modificaciones y destacó que hay 3.000 viviendas que fueron promovidas cuando no había topes que no han comenzado las obras. "Lo que hay es un problema de cuál es el mercado existente para la demanda existente y ahí hay algo que no se está acomodando", había dicho. En la capital el techo para los precios de venta está vigente desde fin de 2013 y el inversor tiene que identificar como mínimo en cada proyecto un 25% de las viviendas para ser comercializados a valores que no pueden superar los valores prefijados. De acuerdo a los topes en unidades indexadas (UI) vigentes a julio de 2015 para Montevideo, un apartamento de 1 dormitorio no puede costar más de US$ 86.143, uno de 2 US$ 114.312, el de 3 habitaciones US$ 141.953 y uno de cuatro habitaciones US$ 163.092. En el interior país ese tope de precio es menor y válido para todas las unidades.
A diciembre de 2014, había 6.386 unidades sin finalizar y 1.020 terminadas en todo el país. Pero el panorama cambio en el último semestre porque las terminadas tuvieron un salto hasta alcanzar las 1.826 (826 más), mientras que el número de viviendas en obra pasó a 6.324 (62 unidades menos), según datos de la Agencia Nacional de Viviendas procesados por la Unidad de Análisis Económico de El Observador. Esto no había ocurrido hasta el momento porque el ritmo de obras sin terminar tuvo siempre un comportamiento ascendente.
Ese menor empuje de la construcción implica para el consumidor que la oferta no siga desarrollándose a la velocidad con que lo venía haciendo. No obstante, la disponibilidad del producto en el mercado es amplia y seguirá consolidándose a medida que se vayan terminando más unidades.
Pese al enlentecimiento, la VIS sigue siendo el motor de la industria de la construcción para mantener puestos de trabajos, en momentos en que ese sector experimenta una recesión. Esto se ve reflejado particularmente en Maldonado donde se paralizó la producción de vivienda nueva por la situación de la economía de Argentina y se ha visto postergada la llegada de nuevas inversores y compradores desde ese país. En ese departamento hay actualmente 2.000 viviendas de interés social en construcción.
Tanto desde la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU), como desde la Asociación de Promotores Privados de la Construcción (Appcu) se sostiene que uno de los factores que ha desestimulado la presentación de nuevos proyectos es la fijación de topes en los precios. En este sentido, se argumenta que esa medida frenó la actividad en el interior del país e incidió para que haya un menor ritmo de presentación de nuevos proyectos en Montevideo.
Los empresarios entienden que la única regulación del mercado debe estar dada por la oferta y la demanda. En esa línea es que Appcu ha planteado la eliminación de los topes tanto al ministro de Economía, Danilo Astori, como al vicepresidente Raúl Sendic.Pero hasta el momento, ese planteo no tuvo eco. Entre los integrantes del gobierno que hasta ahora se han expresado públicamente sobre el tema primó la postura negativa .
"No creo que eliminar los topes dinamice (la construcción de nuevos proyectos). Tenemos que estudiarlo con mucho cuidado. El Estado resigna mucho dinero. No queremos que sea un lucro para las empresas", afirmó la semana pasada a El Observador TV la ministra de Vivienda, Eneida De León.La jerarca argumentó que se han construido miles de VIS con el sistema actual y dijo que una posible revisión del sistema de topes deberá contar primero con el aval de la ANV atendiendo los ingresos que percibe el público destinado a ese tipo de solución habitacional.
En tanto, el presidente de la ANV, Francisco Beltrame señaló días atrás a El País que "no está planteado" hacer modificaciones y destacó que hay 3.000 viviendas que fueron promovidas cuando no había topes que no han comenzado las obras. "Lo que hay es un problema de cuál es el mercado existente para la demanda existente y ahí hay algo que no se está acomodando", había dicho. En la capital el techo para los precios de venta está vigente desde fin de 2013 y el inversor tiene que identificar como mínimo en cada proyecto un 25% de las viviendas para ser comercializados a valores que no pueden superar los valores prefijados. De acuerdo a los topes en unidades indexadas (UI) vigentes a julio de 2015 para Montevideo, un apartamento de 1 dormitorio no puede costar más de US$ 86.143, uno de 2 US$ 114.312, el de 3 habitaciones US$ 141.953 y uno de cuatro habitaciones US$ 163.092. En el interior país ese tope de precio es menor y válido para todas las unidades.
