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Dominicana anunció la reapertura parcial de su frontera con Haití para reactivar las exportaciones
República Dominicana anunció la reapertura parcial de sus fronteras terrestre, aérea y marítima con Haití bajo un "estricto control policial" con el objetivo de reactivar las exportaciones hacia el país vecino, pero precisó que mantendrá "de manera indefinida" el bloqueo a la inmigración.
Los pasos fronterizos se abrirán en las próximas 24 horas, informó el vocero del gobierno, Homero Figueroa, luego que el Consejo Nacional de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) aprobara el envío de una misión internacional a Haití.
Si bien el despliegue no estará amparado bajo bandera del organismo internacional, se espera que la fuerza liderada por Kenia y apoyada con dinero y logística principalmente por Estados Unidos sirva para aliviar la grave crisis sociopolítica y económica que afecta al país, unos de los más pobres y violentos del mundo.
"Reforzaremos la militarización de la frontera para hacer más difícil aún el acceso a nuestro territorio a los pandilleros haitianos que huyan de la fuerza multinacional", indicó Figueroa en un video publicado en la red social X.
El funcionario agregó que la habilitación parcial de los pasos fronterizo se implementará mediante "corredores comerciales provisionales con estrictas medidas de control militar y registro biométrico obligatorio en las provincias" con el fin de "facilitar el comercio de productos esenciales dominicanos, como alimentos y medicinas especialmente para los infantes".
Figueroa también precisó que su gobierno ampliará la seguridad en los mercados binacionales ubicados en las fronteras, en un contexto en el que Haití es el segundo socio comercial de Dominicana, receptor del 8,4% de sus exportaciones, que rondaron los US$ 1.040 millones de dólares en 2022.
El presidente dominicano, Luis Abinader, que busca la reelección, ordenó poco tiempo atrás el cierre de las fronteras, además de bloquear la inmigración desde la nación isleña, incentivada por la violencia de las organizaciones criminales que se disputan el control del territorio haitiano y la crisis humanitaria que azota al país.
Abinader ha venido presionando para limitar el número de haitianos que migran a Dominicana y ha expulsado a decenas de miles, incluso a los de ascendencia haitiana. Según las organizaciones civiles, sólo en agosto, unos 22.000 haitianos fueron deportados, el doble de la cifra mensual habitual.
El cierre de las fronteras se inició en el paso Dajabón y se concretó como represalia por la construcción de un canal en suelo haitiano para desviar aguas del río Masacre, compartido por ambos países, en el marco de un impresionante despliegue militar, situación que disparó una crisis diplomática en un contexto de relaciones ya muy tensas por la inmigración haitiana.
Las autoridades de Puerto Príncipe señalan que la construcción tiene como objetivo ayudar a aliviar una sequía que azotó la llanura de Maribaroux en Haití y recordaron que el cauce lleva el nombre de un sangriento enfrentamiento entre colonizadores españoles y franceses en el siglo XVIII, lugar que además fue escenario de una matanza masiva de haitianos por parte del ejército dominicano en 1937.
El gobierno haitiano defiende la construcción argumentando su "derecho soberano a explotar sus recursos naturales" y llamó al diálogo, lo que no impidió que helicópteros militares y decenas de camiones con centenares de soldados dominicanos se apostaran en Dajabón, que comunica con Juana Méndez del otro lado del límite internacional, donde se construye el canal.
Los integrantes de las agencias internacionales de ayuda humanitaria que trabajan en el territorio no descartan que la militarización de la frontera aumente la cantidad de personas que cruzan ilegalmente, lo que podría aumentar también el número de casos de trata de personas y contrabando, lectura que enfatiza que Haití y Dominicana son naciones cuya historia está entrelazada.
(Con información de AFP)
