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Dominique Knuppel, la olímpica que corre regatas extremas y que ya piensa en París 2024

Tras su estreno olímpico en Tokyo 2020, donde corrió con Pablo Defazio en la clase Nacra 17 de vela, Dominique Knuppel corre regatas de larga distancia en Europa y tiene un nuevo compañero para iniciar en octubre una campaña olímpica rumbo a París
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01 de mayo de 2022 a las 05:01

Treinta y dos horas sin dormir arriba de un barco de nueve metros para completar un recorrido de 700 kilómetros bajo una noche fría y olas pasándole por arriba. Para cualquier mortal ese escenario sería aterrador. Pero para la regatista uruguaya Dominique Knuppel no solo es "divertidísimo" sino que una bolsa de maní con chocolate es la mejor receta para pasar ese rato. 

Knuppel, de 28 años, compitió en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 -disputados en julio de 2021- con Pablo Defazio en la clase Nacra 17 de yachting. 

Luego de ese evento, Defazio decidió ponerle fin al equipo tras dos desgastantes campañas (en Río 2016 compitió con su esposa Mariana Foglia) y recientemente anunció que volvía a competir en clase snipe. 

Knuppel, por su parte, se fue a Europa a correr en categoría ORC con un barco uruguayo y en su tiempo libre disputa regatas offshore, de largas distancias y en condiciones más extremas a las que solía competir. 

Desde Badalona, España, haciendo una pausa en su trabajo de puesta a punto del barco Lady, Knuppel charló café mediante con Referí para contar sus nuevas experiencias y anunciar que en octubre comenzará, con un nuevo timonel, una nueva campaña olímpica apuntando a París 2024 o en su defecto a Los Ángeles 2028. 

"Hace un tiempo me vine a Barcelona a la casa de una tía y primas y me muevo en bicicleta todos los días a Badalona donde está el varadero y nuestro barco", contó. 

El barco es propiedad de Nicolás González, un uruguayo de vasta trayectoria náutica, tiene 40 pies (12 metros), corre en categoría ORC y cuenta con nueve tripulantes donde figuran otros uruguayos: Federico Calleros, Fernando Taboada y Rodrigo Larrosa. 

"Actualmente le estamos haciendo ajustes que nos permitan competir en la Serie 3, la semana que viene lo vamos a probar a Palma de Mallorca y a fines de junio tenemos el Mundial", explicó. 

Knuppel es contratada y corre por dinero en este proyecto. Es vivir de la pasión. 

Pero cuando la pasión es grande, en los ratos libres se puede ir por más. Y así surgió la posibilidad de correr regatas offshore, fuera de la costa, mar adentro y en largos recorridos. 

En noviembre del año pasado hizo la Vuelta a Italia con el español Guillermo Altadill. Partió de Venezia y llegó a Génova. El plazo mínimo para completar el recorrido era de 100 horas, pero la dupla no llegó a tiempo: "Tuvimos muchas calmas", explicó lamentando la falta de vientos. Fueron 12 días de navegación haciendo guardias para dormir alguna siesta, con ingestas de comida liofilizada y luego seguir compitiendo. 

Las regatas de ultramar se hacen en veleros de cruce, que provee la organización y son de diseño único, clase Beneteau Figaro 3. Hay un circuito establecido y hace un par de semanas Knuppel volvió a la carga, esta vez con la campeona mundial de la clase 470, la española Patricia Cantero. Ahí estuvo en juego el Campeonato Europeo femenino y la dupla hispano-uruguaya terminó en el segundo lugar sin sobrepasar el plazo máximo de llegada que fue de 32 horas. 

"Patricia nunca había hecho regatas offshore y yo tenía poca experiencia, pero generamos una muy buena energía, pegamos buena onda porque somos parecidas para actuar en el barco y eso hizo fácil la convivencia", manifestó la uruguaya. 

"Al ser una regata de 32 horas no da para dormir, usamos la noche para recortar ventajas pero en el día las que tienen más experiencia, con detalles técnicos, nos hicieron la diferencia", agregó. 

Con dos prendas de ropa polar y con buenas pilchas impermebales y botas encima ("la primavera europea viene muy fría"), las regatas implican trabajar arriba del barco siempre con amarre porque una caída al agua es fatal. 

En una de esas noches, con un viento imponente y las olas que pasaban por encima del barco, con Patricia sintiéndose mal y reponiendo energías, Knuppel quedó con el barco bajo control comiendo la bolsa entera de maní con chocolate. 

Del 10 al 15 de mayo, Knuppel correrá con el uruguayo Federico Waksman una nueva etapa del circuito, el Europeo, donde partirán de La Maddalena, en Cerdeña, hasta llegar a Génova, en un recorrido de entre 300 y 400 millas náuticas. "Hay tres recorridos posibles y dos días antes de competencia, de acuerdo a los pronósticos meteorológicos, se define por cuál se va". 

Federico Waksman, otro navegante aventurero

Waksman se convirtió el año pasado en el primer uruguayo en correr la Mini Transat, una regata de cruce al Océano Atlántico

El nuevo proyecto olímpico

"Me encantaría poder seguir hacer otra campaña olímpica", adelantó Knuppel quien reveló que Álvaro Scalabrini, de 22 años, con quien corrió en Ilhabela, en un barco de 47 pies y que navega en kite foil, por lo que tiene sentido de la velocidad, será el nuevo timonel del Nacra 17. 

"Tiene mucho por aprender y el período para París 2024 es corto, pero lo vamos a tomar con calma y sin enloquecernos, por lo que si no llegamos a estos Juegos apostaremos a ir a los siguientes", reveló Knuppel.

Así como pasó tras los Juegos Olímpicos de Río 2016, tras Tokyo 2020 se hicieron modificaciones en el barco: "Ahora los timoneles son regulables y el barco puede ir foileando todo el tiempo", explicó. Foilear es básicamente volar con el catamarán (tipo de barco que es el Nacra) por sobre el agua. 

"Ya me había planificado este año para correr en Europa, en octubre, cuando vuelva a Uruguay empezaremos", dijo y también reveló que le ofrecerán a Pablo Defazio que sea su entrenador: "Es la primera opción", adelantó. 

Knuppel-Defazio, olímpicos en Tokyo 2020

"Hacer campaña en Uruguay en este barco es muy dura por el factor económico, nos dimos un montón de golpes incluso llegando a Japón donde vimos que nuestra preparación era ínfima en comparación con otros equipos y eso es agotador, por eso entiendo que Pablo haya dejado", analizó Knuppel. 

"Aprendí un montón en el camino recorrido, así que ahora me daré contra una pared ya conocida", concluyó la navegante. Pasión en estado puro. 

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