El banquete de las barricadas, una novela que satiriza el mayo francés de 1968

Pero como buena integrante de la burguesía francesa, lo que más define a Pauline Dreyfus es su resquemor con la aristocracia de su país, a la que ya fustigó en la citada Son cosas que pasan (donde denunciaba el papel de los más ricos durante la ocupación alemana) y vuelve a castigar en este último libro que desde el humor y la sátira retrata los vicios y virtudes de una raza hoy en vías en extinción, pero todavía influyente en 1968, donde la autora sitúa la historia que marca, justamente, el principio de su caída.

Porque si bien, como explica Dreyfus, el mayo francés fue una revolución que no prosperó, si logró que se produjera un cambio cultural a nivel europeo que no tuvo vuelta atrás. Un cambio que dejaría en orsay de allí en más a los considerados de sangre azul. A su forma de vida y a su forma de vincularse con el resto de la sociedad.

Pero, a diferencia de su novela anterior, en El banquete de las barricadas la aristocracia está representada por el lujoso y legendario Hotel Meurice, decorado como si fuera el Palacio de  Versalles, en cuyas entrañas se desarrolla esta historia que con personajes reales como Salvador Dalí, Patrick Modiano o el multimillonario estadounidense J. Paul Getty, revela con eficacia el clima que se vivía en la calles en esos días y como este se colaba en todas partes, incluso en un lugar tan exclusivo.

La sublevación impensada de los trabajadores del hotel al influjo de la revuelta estudiantil en las calles pone en jaque a una de las estructuras más sólidas del deber ser parisino, donde el cliente es lo primero, la ganancia lo segundo y la apariencia lo tercero. El bienestar de los trabajadores no figura en esa lista hasta que el director es apartado de su cargo y los subalternos toman el control del establecimiento.

Lo bueno es que la crónica de esa ocupación repentina está descrita con mucho buen humor. El maitre, el conserje, el barman o la mujer de la ropería, son protagonistas de un sinfín de aventuras delirantes, ya que para dar la talla, la asamblea de trabajadores decide dejar el establecimiento abierto y celebrar un banquete con entrega de premio literario incluido a un joven Patrick Modiano, que estaba previsto para esas fechas.

Si además el ocelote de Dalí se come a uno de los perros de la rica anciana estadounidense que apadrina el evento, un hombre a punto de morir se cuela al evento gracias a los empleados y J. Paul Getty piensa que hordas salvajes vienen a matarlo a su habitación, la fiesta está servida.

Dreyfus aporta en paralelo un montón de información valiosa sobre el mayo francés, donde revela su lado periodístico y una gran capacidad para amalgamarlo todo. Desde la frase de un líder estudiantil que proclama que hay que rasgar la bandera francesa y dejar solo la franja roja, hasta los movimientos políticos de De Gaulle para no caer en medio de la tormenta, todo resulta interesante.

Hay momentos muy buenos como la asamblea paralela que realizan de los directores de hoteles lujosos de la capital francesa que ven venir el apocalipsis, donde Dreyfus se luce porque no los presenta como el enemigo, sino más bien como gente honrada y trabajadora que simplemente está del otro lado de la valla, lo que le da ecuanimidad a todo el asunto.

Editado en 2018 para festejar los 50 años del mayo francés, El banquete de las barricadas es una lectura agradable y educativa. 

Ficha

El banquete de las barricadas
Editorial: Anagrama
Páginas: 197
Precio: $ 1.050