En los últimos dos años –consecuencia de la pandemia– se instaló en Uruguay una tendencia que llegó para quedarse; cada día es más frecuente el uso de la aromaterapia. Durante los meses en los que el confinamiento apretó más, los uruguayos empezaron a experimentar mayor estrés, dificultad para dormir y ansiedad. Muchos empezaron a probar este tipo de solución complementaria a la medicina tradicional.
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