Este miércoles se anunció la confirmación de Brisbane, Australia como sede de los Juegos Olímpicos de 2032. Por lo general, la designación de esas sedes se lleva a cabo siete años antes de los Juegos, pero en este caso fue anunciada 11 años antes .
Poniendo fin a un casi inexistente suspenso, Brisbane fue elegida por los miembros del COI (Comité Olímpico Internacional), reunidos en su 138ª sesión en la capital japonesa, y sucederá por tanto a París 2024 y a Los Ángeles 2028.
"Me gustaría que puedan ver mi sonrisa en este momento", señaló el alcalde de Brisbane a la prensa en Tokio, mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo de su ciudad y la multitud aplaudía y gritaba de alegría.
Cada dos años, las ciudades más preparadas del mundo envían sus propuestas para obtener la sede del evento deportivo más grande del mundo. Luego de entregarlas, se someten a una rigurosa auditoría de 10 meses que busca garantizar que tengan lo necesario para organizar un evento deportivo internacional.
Nunca antes la cita deportiva más importante del mundo había sido confiada con 11 años de antelación, y sin competencia, cuando la lucha entre países candidatos ha sido titánica durante décadas.
Pero la capital del estado de Queensland estrenó un nuevo procedimiento introducido en 2019, que permite asegurar la organización de los Juegos: el COI puede desde ahora iniciar un "diálogo" con una candidata "preferencial", lo que equivale a limpiarle la ruta hasta su designación oficial, con el objetivo de disminuir las reticencias crecientes a organizar los Juegos, reducir los gastos y constituir un vivero de futuras ciudades organizadoras.
Adiós al costoso trabajo de hacer lobby, a los escándalos de compra de votos —como en los Juegos de 2002 de Salt Lake City—, a las delegaciones conteniendo la respiración, a los abrazos y a las lágrimas retransmitidos al mundo entero.
Este miércoles, el presidente del COI, Thomas Bach, alabó "el amor apasionado que manifiestan los australianos por el deporte", así como su proyecto de "Juegos durables", "absolutamente conforme" a la voluntad del COI de limitar el impacto de la cita deportiva en el medioambiente.
Australia, entre los raros países que han estado presentes en todas las ediciones de Juegos de verano, es "una inmensa villa olímpica" con sus múltiples nacionalidades, orígenes étnicos y unos 300 idiomas hablados, señaló este miércoles el primer ministro del país, Scott Morrison, por videoconferencia.
Esta designación que tenía poco de suspenso había disgustado a Doha (Catar), que deseaba también albergar los Juegos de 2032, igual que Seúl y Pionyang, que habían presentado una candidatura conjunta de las dos Coreas en abril.
Es la tercera vez en la historia que Australia albergará los Juegos de verano, tras Melbourne en 1956 y Sídney en 2000.
Ayudada por la influencia del vicepresidente australiano del COI, John Coates, Brisbane era favorita desde febrero para obtener la sede.
La región de Queensland, ya candidata en los Juegos de 1992 atribuidos a Barcelona y organizadora en 2018 de los Juegos de la Commonwealth, promete también "84% de sitios ya construidos", un criterio clave desde que la instancia olímpica inició su caza para evitar la construcción de instalaciones que luego son infrautilizadas.
Su designación confirma también la tradicional rotación continental decidida por el COI, con Tokio 2020 (Asia), París 2024 (Europa) y Los Ángeles 2028 (América), mientras África aguarda todavía sus primeros Juegos Olímpicos.
La ciudad de 2,3 millones de habitantes espera ganar notoriedad internacional con los Juegos, ya que para muchos turistas es considerada una simple puerta de entrada hacia la Gran Barrera de Coral.
"Es increíble. Es muy excitante y estos Juegos van a transformar la ciudad", confiaba este miércoles a la AFP, una ciudadana en las calles de Brisbane, Heath Parsons, de 39 años.
"En todos los sitios a los que viajo, la gente me pregunta dónde está Brisbane y me veo obligada a sacar un mapa para mostrar que está a una hora de Sídney en avión —afirmó la presidenta del Consejo Olímpico de Queensland, Natalie Cook—. Eso va a cambiar y me entusiasma".
La candidatura de Brisbane prevé un presupuesto de 4.500 millones de dólares australianos (US$ 3.297 millones, € 2.800 millones), justificado por las infraestructuras existentes y netamente inferior a los € 13.000 millones (US$ 15.300 millones) gastados por los Juegos de Tokio.
Sin embargo, Millicent Kennelly, catedrática de Turismo y Deporte en la universidad Griffith (Brisbane), estimó en declaraciones a la AFP que estas previsiones deben ser "tomadas con pinzas", vistas las dificultades recurrentes de los organizadores para ajustarse a los presupuestos previstos.
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