El control de armas no es un tema particularmente controvertido en nuestro país si lo comparamos con otros asuntos. Los debates en torno al castigo penal, a la distribución de la riqueza o al pasado reciente generan disputas mayores. A pesar de ello, hay posiciones opuestas e irreconciliables entre quienes desean poseer armas para fines legítimos y quienes creen que la ciudadanía debería estar desarmada. Se trata de colectivos que suelen pasar desapercibidos hasta el momento de discutir las leyes de control de armas. Entonces los argumentos suelen derivar en un debate polarizado y sin salida, en el que cada uno defiende tópicos conocidos e infundados.
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