Agro > TRIBUNA / PABLO CARRASCO

El debe de nuestra política exterior

A quien le toque gobernar se le planteará un viraje de 180 grados
Tiempo de lectura: -'
23 de noviembre de 2018 a las 05:00

Por Pablo Carrasco, especial para El Observador

Los enfoques de política exterior de las últimas administraciones progresistas han alejado al Uruguay de una rica tradición. Para un país pequeño y exportador este es un tema casi de sobrevivencia y por ello a la hora de rectificar el rumbo, a quien le toque gobernar se le planteará un viraje de 180 grados.

Para comenzar, se deberán abandonar rápidamente las prácticas tóxicas que nos perjudican. Por un lado, no puede mantenerse una relación internacional basada en la afinidad ideológica. Esta política exterior “compañera” nos ha acercado a países complejos, convulsos o marginales y nos ha alejado de la cancha grande en la que los países se juegan la prosperidad de sus ciudadanos. Los gobiernos tienen intereses permanentes, basados en el bienestar de sus pueblos y en el mantenimiento de los valores universales y nunca deben relacionarse por amistad o afinidad ideológica.

Por otro lado, la política exterior es una actividad privativa del Poder Ejecutivo en funciones y nunca de las autoridades del partido político que gobierna.  Es humillante para todos asistir al espectáculo deprimente de una mesa política del Frente Amplio reprimiendo y decidiendo la pertinencia de la política exterior haciendo que unos pocos radicales le impongan a la mayoría del país decisiones suicidas para los intereses de la gente.

Una vez eliminada esta mala praxis, se deberán plantear acciones tan proactivas como realistas y agresivas, porque los US$ 250 millones que el campo uruguayo paga por sus exportaciones son el resultado de estrategias internacionales que han fracasado. De esta cifra, US$ 170 millones salen de la cadena ganadera, bajando en un 10% el valor de la carne exportada y por lo tanto del ganado, tal vez el margen del negocio.

Cuando abrimos la puerta de Uruguay para enfrentar al mundo, el diseño nos impone pasar por el Mercosur, una especie de Free Shop del aeropuerto que no puede ser evitado si queremos llegar al avión. Un Mercosur que ha sido presa de manejos proteccionistas y poco comprometidos con la seriedad del proyecto y que nos ha dejado de manos atadas en materia de comercio internacional. Un acuerdo perforado por el encierro comercial que recién en el año 2016 ha reconocido 76 contravenciones al libre comercio por parte de sus socios. En estas trampas al solitario Uruguay no es ni de cerca la excepción, a pesar de que se ha sembrado la idea de ser la víctima de la mala conducta argentina o brasileña.

Los nuevos gobiernos del Mercosur se van manifestando en el sentido de flexibilizar la jaula que significa el tratado de libre comercio y, por lo tanto, parece haber menos excusas para renunciar a la libertad de negociación. Lo que parecía ser una ventaja de integrar una comunidad 275 millones de habitantes no se concretó y no lo hará debido a que el proteccionismo, fuente de muchas de nuestras desgracias, está fuertemente prendido al ADN de Brasil y de Argentina más allá de cualquier discurso.

Tampoco  es tan claro que la pequeñez del país sea una desventaja a la hora de realizar acuerdos de libre comercio, ya que si bien somos un mercado pequeño, también seremos baratos desde el punto de vista político para la otra parte. A esto se agrega una circunstancia particular y desgraciada: una industria completamente destruida, que por lo tanto no requiere resguardo, no se necesita proteger lo que no existe. Los rubros nacionales que alimentan las carpetas de negociación tiene solo a la producción primaria e histórica del Uruguay y allí somos imbatibles.

Llegan tiempos de cambio y tal vez sea útil un consejo de un viejo amigo con relación a los sufrimientos del corazón que se aplica muy bien a la inserción internacional del Uruguay. Él decía: más vale un final horroroso que un horror sin fin.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...