Cuando Salvador terminó el bachillerato en diciembre de 2016 supo que la respuesta para seguir con sus estudios estaba dentro de la Facultad de Ingeniería. Sin embargo, al pasar un año desde el comienzo de sus estudios terciarios, vivía una rutina moldeada por el desencanto hacia su carrera y la frustración que le causaba el hecho de no poder aprobar algunas asignaturas iniciales.
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