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El día que el Loco Abreu se puso de titular, no se sacó, y le anularon un gol

El Loco vivió una experiencia distinta al jugar los 90 minutos y cerrar el juego sin su ayudante técnico debido a que fue expulsado
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19 de agosto de 2020 a las 16:37

Y llegó el día que el Loco se puso de titular. Después de seis fechas y tres partidos sin marcar goles, el técnico de Boston River decidió que era momento de entrar en la oncena. Y, vaya paradoja del destino, en su debut como titular le anularon un gol, metió la asistencia para el empate final 1-1, expulsaron a su asistente, terminó dirigiendo el preparador físico, y no se sacó.

Los jugadores de Boston River saltaron al campo de juego con su técnico vestido de jugador. Pese a ello, nada cambió en cuanto a liderazgos ya que la cinta de capitán lució en el brazo del zaguero Carlos Valdez.

De todos modos, el Loco sorprendió jugando con un brazalete negro que tenía el escudo de Boston River y decía: Agustín Nº2.

Un detalle que no pasó desapercibido fue que, curiosamente, los dos equipos jugaron sin sus entrenadores principales en el banco.

El conductor del equipo del Prado, Jorge Fossati, estaba suspendido tras la expulsión sufrida en la fecha anterior ante Nacional. Su lugar lo ocupó su asistente Gonzalo Gutiérrez, al tiempo que a Boston lo dirigió desde el banco Claudio Pérez.

A los 15 minutos la voz del Centenario anunció el tiempo de juego, y, vaya curiosidad, su información no fue presentada por ningún esponsor como suele ocurrir.

Otro tanto aconteció en el entretiempo, donde era habitual escuchar por altoparlantes una tanda comercial. Esta vez se emitió música.

Mientras el partido se miraba desde el palco en medio de innumerables golondrinas que sobrevolaban, sobre la media hora apareció otra vez la reconocida voz del Centenario surcando el frío de la mañana.

Esta vez para recordarle a los presentes sobre la obligatoriedad de utilizar el tapabocas, que los alcanzapelotas debían desinfectar “cada balón que salga del perímetro de juego” y que los camilleros debían hacer lo propio en caso de utilizar la camilla y cambiarse los guantes.

El primer tiempo se fue con triunfo parcial de River Plate 1-0 con gol convertido por Matías Alonso.

Abreu se mostró poco participativo. Cualquiera hubiese apostado que se sacaba. Pero no ocurrió. Los equipos salieron al complemento sin cambios.

Apenas se llevaban disputados seis minutos cuando se disparó la polémica. Pablo Álvarez lanza un centro desde la derecha, el Loco va por la pelota con Salaberry, se tira en palomita y mete el cabezazo abajo, contra un palo. Inalcanzable para Olveira. A simple vista quedó la clara sensación de que Abreu empujó. El Loco se paró y se fue a abrazar con los suplentes. Todo River se fue arriba del árbitro Daniel Rodríguez. Y en eso el línea Sebastián Silvera llama al árbitro y le dice algo al oído. Rodríguez anula el gol por falta del Loco.

La bronca en Boston fue notoria. El línea pasó a ser blanco de todos los gritos.

A los 20 minutos Boston movió el banco. El Loco ni miró el cartel. Tenía claro que no se sacaba. Ocho minutos después hizo debutar al argentino Alejandro Martinuccio en su regreso al fútbol uruguayo. Justo es decir que el Loco no estaba para salir porque su aporte era importante bajando balones.

Hasta que sobre la media hora de juego Boston logró el empate. Abreu, que elevó considerablemente su nivel de juego en el complemento y se aburrió de bajar pelotas de cabeza, puso a Rigoleto de cara al gol. El delantero no falló.

Allá abajo, en la platea, un directivo de Boston le gritaba de todo al línea que había anulado el gol y se retiraba solito del Centenario: “¡Que me saquen del Estadio ahora!”, le gritaba mientras caminaba rumbo a la puerta.

Sobre el cierre, Boston se quedó sin su entrenador en el banco ya que, nuevamente a instancias del línea, fue expulsado Claudio Pérez, asistente técnico de Abreu. Entonces el profe Jorge Hernández se paró en el lugar del entrenador.

El cierre llegó con Abreu como protagonista. En la hora le bajó una pelota de cabeza a Martinuccio que encaró rumbo al arco de Olveira y remató cruzado. La pelota se perdió afuera.

Al finalizar el partido el Loco encaraba rumbo al vestuario cuando giró y se encaminó a la terna. Cualquier podía pensar que protestaría nuevamente por el gol anulado. Lejos de eso estuvo. Con el puño cerrado saludo a todos y se retiró.

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