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El edificio en pleno Centro que fue el "palacio de la pasta base", tenía casas de masaje ilegal y ahora se llenó de vecinos
–¡Pah! No tengo ni idea, la verdad –dijo un vecino que salía a pasear el perro del edificio ubicado en Andes 1342.
–Algo escuché una vez, que el dueño estaba preso en Estados Unidos, pero cuando yo llegué ya estaba así –respondió otra vecina.
Ambos viven en el edificio ubicado exactamente en una esquina de Andes y 18 de Julio que ahora luce con la fachada y los vidrios limpios, una recepción con mobiliario impecable, portería eléctrica, iluminación, cámaras de seguridad.
Como si allí nada hubiese ocurrido.
El Observador volvió a la esquina céntrica exactamente 16 años después de una nota publicada en este medio, el 12 de setiembre de 2007, que se tituló "El 'Palacio de la Pasta Base' ya tiene nueva jefa de ventas'".
El último párrafo de la noticia decía: "Su interior, sin luces en los pasillos y venido a menos, asusta por la oscuridad. De noche, gritos y peleas son frecuentes. Ningún desconocido podrá poner un pie en el umbral sin ser increpado".
Aunque los habitantes del renovado edificio no tienen "ni idea" o "algo escucharon", los comerciantes con más años en la cuadra se acuerdan perfectamente de la época en la que durante varios años los apartamentos del entonces edificio Royal estuvieron ocupados de forma ilegal, "se vendían drogas", "trabajaban prostitutas", "habían casas de masajes".
En 2014 la Policía ya había desalojado a varias personas que estaban ocupando los apartamentos y el caso llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque algunas familias pedían extender el plazo para irse.
Un comerciante de la cuadra recordó que tuvo la oportunidad de comprar uno de los apartamentos a US$ 3 mil. "Les daba la plata y me quedaba con el apartamento. Así no más. Pero, no tenía luces, ni andaba el ascensor, era cualquier cosa eso. Ahora es otra cosa", contó.
Otra comerciante de la zona trabaja en la avenida 18 de Julio hace 30 años y desde su puesto de revistas lo vio todo: cómo se vendían las drogas, cómo los ocupantes se peleaban, cómo robaban al comercio de turno que alquilaba el local de abajo, cómo tiraban objetos y agua por las ventanas a las personas que esperaban el ómnibus en la parada que está ubicada casi en la entrada del edificio.
Después, contó, la Policía, de forma paulatina, sacó a todas las personas que vivían allí y el edificio se remató. El dueño del kiosko lindero dijo que la fachada estuvo tapiada durante un año, mientras se limpió y se remodeló para que deje de ser el "Royal" y sea el actual edificio "City Tower".
Aunque ninguno de los comerciantes recuerda con exactitud en qué año el edificio dejó de ser "un mundo" de tráfico, prostitución y peleas, algunos calcularon que el exRoyal "se recuperó" entre 2014 y 2015.
16 años antes
El edificio ubicado en Andes 1342 era una "cueva de delincuentes de poca monta y centro de distribución de estupefacientes", según el relato de El Observador en 2007.
Néstor Vivas, el expropietario del edificio, había caído preso en Estados Unidos y fue condenado a cadena perpetua en Miami. Vivas había sido detenido en Uruguay por narcotráfico en 1994 y al poco tiempo de su detención la Justicia estadounidense solicitó su extradición para enjuiciarlo en ese país por sus vínculos con la mafia de la cocaína con base en Miami. Después de ser extraditado, la administración del edificio siguió en manos de un abogado contratado por Vivas.
Pero, el edificio quedó sin control por los ocupantes ilegales. Según consignó la nota en 2007, "el principal negocio que se instaló
allí a partir de 1997, fue el de casas de masajes ilegales".
El 4 de setiembre de 2007 la Policía antidrogas logró entrar al edificio y llegó al quinto piso, donde vio a una mujer y su hijo vendiendo pasta base, a plena luz del día y ambos fueron detenidos.
Pero los intentos por desocupar el edificio venían desde hacía años. En 2004, la Policía había realizado varios operativos para desalojar a los ocupantes.
“Fue difícil la tarea porque es tierra de nadie. El problema en ese entonces fueron las casas de masajes, muchas de ellas o la gran mayoría, metidas allí en forma ilegal. Imagine usted la situación”, relató en 2007 un efectivo de la Seccional 1a. que participó en aquellos operativos. “Desde los apartamentos de enfrente, ubicados por 18 de Julio, principalmente, se veían hombres y mujeres desnudos y todo lo demás”, agregó.
El último párrafo de la noticia en 2023 dice: "Su interior, con pasillos iluminados y mobiliario nuevo, de colores claros, parece el de un edificio más, donde allí no pasó nada".
