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El fútbol uruguayo será el emporio de las emociones, ¡pónganle marketing!
Tres descensos, el campeón del Torneo Clausura, el campeón del Uruguayo, tres cupos para la Copa Libertadores, tres para la Copa Sudamericana, 120 partidos, las semifinales y las finales, un clásico –pueden jugar hasta cuatro si Nacional clasifica a la final–, seis fechas entre semana, las polémicas por la implementación del VAR para las finales, un cabeza a cabeza entre los grandes en la Tabla Anual, la posibilidad que Peñarol conquiste el tricampeonato en el torneo local o que Nacional lo impida. La propuesta se lee encantadora. Apasionante. Atrapante. Y lo es desde todo punto de vista.
Este sábado, con el estreno del Clausura, se inicia un concentrado con lo más emocionante que puede ofrecer el fútbol uruguayo para la versión del torneo local, incluso cuando esta competencia aparece descalificada a nivel internacional por su escaso protagonismo en la agenda de la Conmebol.
Con la visión de otras ligas de primer mundo y con otras herramientas de marketing, que todavía no utiliza la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), en estos días los especialistas se hubiesen encargado de promocionar a través de redes sociales o de publicidad tradicional que los hinchas tienen por delante 99 días (desde este sábado hasta el 22 de diciembre, fecha fijada para el último partido de la temporada, si definen en tres finales) de una experiencia única y llena de emociones.
Podrían haber programado un gran lanzamiento con los capitanes de los 16 equipos.
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O una presentación formal, para que los hinchas se pudieran entusiasmar con el programa de fútbol que tiene el torneo local hasta fin de año.
Podrían haber lanzado una promoción de entradas para ver una determinada cantidad de partidos a un buen precio.
Hubieran ofrecido el fútbol como espectáculo y con entorno de show, que es en lo que se transformó el deporte en el mundo entero.
Y no estarían exagerando nada si le dicen al hincha que lo invitan a disfrutar de las emociones como pocas veces sucede en el fútbol local. Apenas estarían poniendo en cartel y a la vista de los espectadores, lo que puede ser capaz de ofrecer el fútbol uruguayo, en un país donde lo que pasa dentro de una cancha de fútbol es capaz de transportar a los niveles más increíbles de la pasión. Y es injusto reducirlo todo a pensar en Nacional y Peñarol. La final del Intermedio, entre Liverpool y River Plate vendió 7.000 entradas, y generó una expectativa en los hinchas de esos equipos como hacía años no alcanzaban. Allí quedó a la vista un capital de pasión que, bien canalizado, sería una multiplicación de oportunidad para ofrecer atractivos a los espectadores. Sin embargo, la realidad de la AUF todavía lo impide.
A nadie se le ocurrió potenciar la pasión del hincha y asociarla con una campaña que sea capaz de promover expectativa.
Por el contrario, lo que tendrá que sufrir el hincha es la adversidad de encontrarse ante la situación de que su equipo jugará un día de semana (miércoles o jueves), al menos seis fechas de las 15 del Torneo Clausura, y los hinchas de los finalistas se van a encontrar ante el contrapeso de tener que pagar hasta 18 entradas (15 del Clausura y tres finales) para ver a su equipo en 14 semanas.
La recta final del Campeonato Uruguayo recién empieza y están a tiempo de intentar algo. Porque, además de los cupos a las copas, los títulos, los descensos, las finales, el clásico, el VAR, la Tabla Anual está apretada como nunca: entre el primero (Cerro Largo) que tiene 43 puntos y el décimo (Wanderers) 27, hay 15 puntos y en las 15 fechas jugarán 45.
Si un día el fútbol uruguayo se da cuenta del potencial que tiene entre sus manos, incluso pese al descrédito que existe en torno a su mala organización, y le pone algunas pizcas de las estrategias de primer mundo, habrán descubierto que al ritmo de las emociones tienen mucho para crecer.
