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El gobierno chino apunta a revivir su corazón industrial
Las autoridades otorgan beneficios para potenciar la economía
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02 de octubre de 2017 a las 05:00
Por Michael Shuman, New York Times
Las plantas industriales de ladrillo que bordean los caminos fueron alguna vez la columna vertebral de esta ciudad. Hoy, son anticuadas, y la región es una de las más aquejadas de la economía china.
A corta distancia en auto, sin embargo, un nuevo parque industrial ofrece razones para estar optimistas.
Liu Qi, presidente de PQI Industrial Technology Group, abrió allí una fábrica de 18 millones de dólares el año pasado, con robots que producen partes para el fabricante automotriz alemán BMW.
La fábrica, y los más de 200 empleos que ha creado, es parte de un plan dirigido por el gobierno de China para rejuvenecer Shenyang, ciudad de 8 millones de habitantes, reemplazando a tambaleantes industrias estatales con modernas empresas de arranque y manufactureras. Si el rejuvenecimiento ocurre, moldeará no solo el futuro de Shenyang, sino también, potencialmente, a toda la economía china.
Hay demasiadas fábricas endeudadas que están perdiendo negocios a medida que el crecimiento de China se desacelera. Si Pekín no revive las comunidades que dependen de estas, Shenyang y regiones similares podrían pesar sobre el progreso económico.
El año pasado, la economía de la provincia nororiental de Liaoning, de la que Shenyang es la capital, se contrajo 2,5%. Todo el noreste del país, donde se ha concentrado mucha industria pesada, corre el riesgo de rezagarse.
Con generosos incentivos e iniciativas, funcionarios en China están tratando de atraer inversiones a la región y modernizar sus industrias.
Shenyang ha creado un fondo de US$ 7 millones para apoyar a las industrias de alta tecnología, prometió un bono de US$ 30 mil para algunas empresas de tecnología y ofreció reducir la tasa impositiva corporativa para empresas de sectores favorecidos.
La fábrica de Liu abrió dentro del Parque Industrial de Fabricación de Equipos China-Alemania, introducido a finales del 2015 para tratar de atraer la producción avanzada en sectores industriales.
El gobierno chino ofrece 30% de descuento en la tierra, regulaciones simplificadas y otras ventajas para las empresas que se establezcan en la instalación. Zhang Yanzan, subdirector del parque, dice que más de 140 fábricas han iniciado, trayendo casi US$ 6.000 millones de inversión.
Las autoridades de la ciudad están tratando de persuadir a los graduados universitarios locales para que inicien empresas en Shenyang al ofrecer subsidios.
En una torre de oficinas hay una incubadora llamada Phoenix Valley, fundada por dos empresarios locales. Se pueden rentar escritorios en una oficina comunitaria por 300 renminbis, o alrededor de US$ 45 al mes.
Tiene más de 100 miembros y pronto abrirá una segunda oficina. Algunos emprendedores son elegibles para vivienda subsidiada, con un alquiler que cuesta aproximadamente US$ 30 al mes.
Pero los programas de Shenyang no son únicos. "Cada provincia y ciudad de China tiene políticas para fomentar la inversión y las empresas de arranque", indicó Zhao Xijun, subdirector de la Escuela de Finanzas de la Universidad Renmin en Pekín. "Si las ciudades del noreste hacen exactamente lo mismo, no podrán competir con las que ya están adelante de ellas".
Liu, el dueño de la fábrica, dijo: "Shenyang todavía tiene un largo camino por recorrer. Es como la hierba que quemas en el suelo. Va a volver a crecer. Solo que no lo ves en el momento".
Las plantas industriales de ladrillo que bordean los caminos fueron alguna vez la columna vertebral de esta ciudad. Hoy, son anticuadas, y la región es una de las más aquejadas de la economía china.
A corta distancia en auto, sin embargo, un nuevo parque industrial ofrece razones para estar optimistas.
Liu Qi, presidente de PQI Industrial Technology Group, abrió allí una fábrica de 18 millones de dólares el año pasado, con robots que producen partes para el fabricante automotriz alemán BMW.
La fábrica, y los más de 200 empleos que ha creado, es parte de un plan dirigido por el gobierno de China para rejuvenecer Shenyang, ciudad de 8 millones de habitantes, reemplazando a tambaleantes industrias estatales con modernas empresas de arranque y manufactureras. Si el rejuvenecimiento ocurre, moldeará no solo el futuro de Shenyang, sino también, potencialmente, a toda la economía china.
Hay demasiadas fábricas endeudadas que están perdiendo negocios a medida que el crecimiento de China se desacelera. Si Pekín no revive las comunidades que dependen de estas, Shenyang y regiones similares podrían pesar sobre el progreso económico.
El año pasado, la economía de la provincia nororiental de Liaoning, de la que Shenyang es la capital, se contrajo 2,5%. Todo el noreste del país, donde se ha concentrado mucha industria pesada, corre el riesgo de rezagarse.
Con generosos incentivos e iniciativas, funcionarios en China están tratando de atraer inversiones a la región y modernizar sus industrias.
Shenyang ha creado un fondo de US$ 7 millones para apoyar a las industrias de alta tecnología, prometió un bono de US$ 30 mil para algunas empresas de tecnología y ofreció reducir la tasa impositiva corporativa para empresas de sectores favorecidos.
La fábrica de Liu abrió dentro del Parque Industrial de Fabricación de Equipos China-Alemania, introducido a finales del 2015 para tratar de atraer la producción avanzada en sectores industriales.
El gobierno chino ofrece 30% de descuento en la tierra, regulaciones simplificadas y otras ventajas para las empresas que se establezcan en la instalación. Zhang Yanzan, subdirector del parque, dice que más de 140 fábricas han iniciado, trayendo casi US$ 6.000 millones de inversión.
Las autoridades de la ciudad están tratando de persuadir a los graduados universitarios locales para que inicien empresas en Shenyang al ofrecer subsidios.
En una torre de oficinas hay una incubadora llamada Phoenix Valley, fundada por dos empresarios locales. Se pueden rentar escritorios en una oficina comunitaria por 300 renminbis, o alrededor de US$ 45 al mes.
Tiene más de 100 miembros y pronto abrirá una segunda oficina. Algunos emprendedores son elegibles para vivienda subsidiada, con un alquiler que cuesta aproximadamente US$ 30 al mes.
Pero los programas de Shenyang no son únicos. "Cada provincia y ciudad de China tiene políticas para fomentar la inversión y las empresas de arranque", indicó Zhao Xijun, subdirector de la Escuela de Finanzas de la Universidad Renmin en Pekín. "Si las ciudades del noreste hacen exactamente lo mismo, no podrán competir con las que ya están adelante de ellas".
Liu, el dueño de la fábrica, dijo: "Shenyang todavía tiene un largo camino por recorrer. Es como la hierba que quemas en el suelo. Va a volver a crecer. Solo que no lo ves en el momento".
