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El gobierno holandés, Shell y ExxonMobil son responsables de los sismos en un yacimiento de gas
El yacimiento de gas en la provincia de Groningen, en el noreste de Holanda es el más grande de Europa. Sin embargo, más del 75% de este volumen ya se agotó y su extracción desde hace unos años provoca terremotos. El más reciente ocurrió el 22 de mayo y fue uno de los más grandes registrados en el país.
La comunidad viene acusando a la empresa anglo holandesa Royal Duch Shell y a la estadounidense ExxonMobil así como a las autoridades como responsables de los terremotos ocasionados.
Una comisión parlamentaria investigó los sismos provocados por la extracción por parte de las compañías petroleras y concluyó en que ambas, más el gobierno, “ignoraron las necesidades de la gente”.
Según la comisión se trata de “errores sin precedentes del sistema”, tanto en la extracción como en los permisos para continuar con la actividad extractiva. La conclusión, hecha pública este viernes, es que se antepusieron los intereses económicos a las necesidades de los habitantes de la provincia de Groningen.
Las advertencias venían desde tiempo atrás. Las actividades del yacimiento debían haber sido suspendidas porque “generan terremotos en zonas densamente pobladas”, dice el informe
Estos terremotos, algunos de los cuales alcanzaron 3,6 de magnitud en la escala de Richter, empezaron hace muchos años. El ministro de minería Hans Vijlbrief, sin embargo, había transmitido “su frustración” porque las petroleras pudieran suspender la actividad. Vijlbrief manifestó una mirada que no concuerda con el posterior pronunciamiento de la comisión parlamentaria en el sentido de que debe anteponerse la seguridad de los ciudadanos de Groningen.
Poco antes del informe parlamentario, Vijlbrief publicó un artículo en el periódico británico The Guardian en el que advertía: “Si tenemos que cerrar industrias que significarían una amenaza para la seguridad o la salud de las personas, entonces estamos ante un equilibrio muy fino con Groningen”.
En el artículo, Vijlbrief dice que no son sólo los industriales quiénes abogan por la continuidad de explotación del yacimiento. Shell y ExxonMobil fundaron Nederlandse Aardolie Maatschappij (NAM), que administra el campo gasífero sino también el Estado.
Inicialmente el NAM se responsabilizaba de atender las demandas de los vecinos pero en 2017 el gobierno holandés se hizo cargo y asumió que la decisión de sostener la actividad productiva como una cuestión estratégica y que la decisión no es de las empresas sino política.
Los temblores se remontan a 1986, debido a que el gas se extrae de una capa de arenisca asentada a unos tres kilómetros de profundidad. El Real Instituto Neerlandés de Meteorología (KNMI), explica que se crea una diferencia de tensión a lo largo de las fracturas de esa capa, “y en un momento determinado hay un cambio repentino, un sismo”.
Hasta la fecha, se han presentado 267.000 reclamos por daños en los edificios, de las cuales se han atendido 230.000. En 85.000 casos, los inmuebles han sufrido daños en varias ocasiones. El Gobierno no es ajeno a las presiones derivadas de la reducción del flujo de gas de Rusia por parte de sus arcas y de sus socios de la Unión Europea- “Países Bajos tiene una deuda de honor con Groningen y debe a sus habitantes dinero, perspectivas de futuro y atención”, dice el informe parlamentario.
El yacimiento holandés es el mayor de Europa, y su explotación comenzó en 1963. Desde entonces, ha proporcionado más de € 363.700 millones al Estado. Shell y ExxonMobil explotan a medias la veta, y la empresa mixta NAM recibió € 64.700 millones en dividendos para sus accionistas, en cifras confirmadas por el ministerio de Economía.
Según el informe presentado ahora, “la gente no fue escuchada a tiempo, y los ministros del ramo recibieron información inadecuada sobre los riesgos de la extracción”.
“El Congreso tampoco dispuso de todos los datos e incumplió su obligación de representar los intereses de la ciudadanía”. El trabajo señala en particular al primer ministro, Mark Rutte, “por haber subestimado la gravedad del problema durante largo tiempo”. Cuando se dio cuenta, “nada cambió”, añade.
Estudios geológicos indican que, de persistir la actividad extractiva, podría pasarse de “pequeños temblores al gran sismo” estimado en una magnitud de 5, lo cual representaría un grave peligro.
La investigación parlamentaria fue dada a conocer el jueves y dice que el gobierno debe “establecer compensaciones para los moradores” y además determinó que “la producción de gas de la provincia debe terminarse en 2023”.
La compañía NAM advirtió que quiere estudiar a fondo las conclusiones antes de responder. Marjan van Loon, máxima ejecutiva de Shell “saludó” que los parlamentarios se hayan centrado en la gente de Groningen. Desde ExxonMobil, se espera que haya mayor claridad “en el papel y responsabilidades de los encargados de obtener el gas”.
