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El inglés al que todos aman odiar
Tan divertido como controversial, así es el ácido humorista británico Ricky Gervais, quien regresa a la conducción de los premios Globos de Oro
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31 de octubre de 2015 a las 05:00
La única garantía que el comediante Ricky Gervais ofrece es que no todos disfrutarán tanto su conducción de los próximos Globos de Oro como él. Esa aclaración, hecha a través de su cuenta de Twitter seguida por más de 10 millones de usuarios, contiene la idea general que se esconde detrás del humor de humorista británico: tómalo o déjalo.
Gervais fue el maestro de ceremonias de los premios entregados por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood entre 2010 y 2012. El próximo 10 de enero volverá a pararse ante un auditorio lleno de celebridades y estrellas de cine y televisión que se reirán, genuina e incómodamente, mientras el comediante lanza sus dardos verbales burlándose de Hollywood en una de las primeras entregas de estatuillas que anteceden a los Oscar.
"La Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood me avisó que si insulto a alguno de ellos o alguno de ustedes u ofendo a algún espectador o causo cualquier tipo de controversia, definitivamente me invitarán el año próximo también", bromeó Gervais sobre su labor consecutiva como conductor, durante la ceremonia de 2012.
Y aunque ese año durante su monólogo de apertura el británico se burló sin tapujos sobre la orientación sexual de Jodie Foster y la reputación de Kim Kardashian, tras la premiación comunicó que no lo volvería a hacer. "Es como un salto en paracaídas. Lo disfrutás realmente en retrospectiva, cuando te das cuenta que no te moriste y fue una cosa bastante increíble de hacer", escribió entonces en su blog.
Tras la partida del británico, la dupla de comediantes conformada por Tina Fey y Amy Phoeler, exintegrantes de Saturday Night Live, se encargó de las tres siguientes premiaciones, con un estilo de humor menos frontal al de Gervais, aunque, hay que admitirlo, más exitoso. En su segundo año como conductoras, en 2014, la ceremonia fue la entrega más vista en la última década de los Globos de Oro.
Sin embargo, durante su primera instancia como anfitrionas, en 2013, las comediantes no dejaron de aludir a la sombra de Gervais que había atemorizado a los asistentes en las ediciones anteriores. "Este año no haremos comentarios ofensivos porque sino te obligan a volver a conducir dos veces más", anunciaron, al mismo tiempo que explicaron que Gervais no estaría en la ceremonia ya que "no forma más parte de la industria del espectáculo".
Chiste aparte, si existe un adjetivo para describir a la figura de Gervais sería prolífico. Desde que explotó en la televisión británica con su serie The Office (2001), el británico de 54 años ha alimentado un curriculum que incluye trabajos como actor, guionista y productor en cine (indepdendiente y hollywoodense), televisión (dramas, comedias y hasta realities), radio, así como la escritura de especiales de stand-up y varios libros. En 2016 estrenará en Netflix una comedia sobre dos periodistas que fingen la cobertura de una guerra, que estará protagonizada por él y Eric Bana.
Ateo declarado ("Gracias a Dios que me hizo ateo", dijo al terminar los Globos de Oro de 2011), defensor acérrimo de los derechos de los animales y con una risa entre malvada e infantil extremadamente contagiosa, Gervais es un comediante tan exitoso como repleto de detractores.
Mientras hay quienes celebran su intención durante los Globos de Oro de sacar a flote los aspectos más nocivos del negocio del cine y la televisión mientras conduce una ceremonia que celebra a la industria, sus críticos ven esa estrategia como un mecanismo burdo para llamar la atención (y de paso, asegurar buenos ratings y cierta tracción viral para la ceremonia). De hecho, es probable que los Oscar estén buscando lo mismo para la edición 2016 de sus premios al haber convocado nuevamente a Chris Rock, cuya conducción en 2005 fue muy criticada.
Pero si hay algo que no se le puede criticar a Gervais es su manejo brillante de la incomodidad en terceros. Bastará con ver la transmisión de los Globos de Oro para comprobarlo. Tanto Gervais como las cámaras estarán preparadas para enfocarse sobre algunas de las personas más célebres del mundo y recordarle a la audiencia que, al fin y al cabo, también son personas capaces de avergonzarse.
Gervais en cuatro obras
The Office. La serie cocreada por Gervais y su frecuente colaborador, Stephen Merchant, definió la comedia televisiva con su estilo documental y su manejo de la incomodidad y la risa sin, justamente, usar una pista grabada de una audiencia riéndose. Sin The Office no existirían la adaptación homónima estadounidense con Steve Carell ni la multipremiada Modern Family.
Extras. Igual de recomendable que The Office, en su siguiente serie Gervais interpretó al poco exitoso actor Andy Millman. En la búsqueda de un poco de fama como intérprete, Millman termina sufriendo los desmanes y locuras de estrellas como Kate Winslet, Ben Stiller y Samuel L. Jackson, interpretando a exageradas y malvadas versiones de ellos mismos.
The Ricky Gervais Show. Una de las facetas menos conocidas del comediante es, tal vez, una de las más brillantes. Gervais junto a Merchant mantienen discusiones en un programa de radio sobre grandes temas (la medicina, las artes, la filosofía ) junto a su amigo en común Karl Pilkington, un productor de radio que tienen sus propias teorías disparatadas sobre el mundo. Llegó a ser el podcast más descargado de la historia.
Globos de oro. Aunque no es una obra en sí, la recopilación de sus tres monólogos como conductor de los Globos de Oro (disponible en YouTube) es un hilarante repaso por lo más destacado de la industria de esos años, así como una prueba de que no hay celebridad con la que Gervais no se atreva a meterse.
