En Uruguay se plantan 6.158 hectáreas con variedades de uvas tintas. De ese total, 0,52% corresponde a Malbec, la cepa que Argentina desarrolla como su vino bandera, y por la que es reconocida en todo el mundo. A pesar de la cercanía, la producción en este lado del río es testimonial. Sin embargo, el paladar de los uruguayos admite con gusto este tinto corpulento y seductor, de gran cuerpo y con taninos dulces, que puede entrar en la categoría del Tannat –por su intensidad-, pero que no tiene la astringencia del emblema uruguayo.
Las experiencias en las bodegas uruguayas con el Malbec son mínimas. A modo de ejemplo, se encuentra el vino que elabora dentro de su línea Alta Reserva la bodega Giménez Méndez; el que produce la bodega Irurtia en su línea Km. 0 Reserva; y la utilización de la bodega Pizzorno, para elaborar el corte con Tannat.
Malbec es una variedad que se adapta muy bien al clima seco, algo que en Uruguay no se da casi nunca en época de vendimia, lo que viene a explicar que en Mendoza, Salta y en territorios patagónicos de la Argentina se pueda desarrollar con gran potencial.
A pesar de la casi inexistencia del Malbec en Uruguay, mañana miércoles 17 de abril, el sommelier Daniel Arraspide organiza en el boliche “La Carola, tapas y vinos”, un evento adonde se degustarán cuatro vinos elaborados con la cepa, junto a cuatro platos gourmet. La excusa es la celebración a nivel mundial del día del Malbec.
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