El próximo 6 de diciembre el presidente de Paraguay Santiago Peña asume la presidencia pro tempore del Mercosur.

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El mandatario paraguayo no quiere avanzar en el acuerdo entre ambos bloques comunitarios

Las exigencias medioambientales de los europeos chocan con intereses poderosos en el sur latinoamericano y Santiago Peña, el presidente de Paraguay que asumirá la presidencia del Mercosur, advirtió que no habrá novedades en los seis meses que liderará el bloque
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27 de noviembre de 2023 a las 05:03

Las negociaciones comerciales entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur deberían sellarse antes del 6 de diciembre de este año, momento en que el presidente de Brasil Luiz Inacio Lula Da Silva dejará la presidencia pro tempore del bloque que integra su país junto a Argentina, Uruguay y Paraguay.

Por los protocolos establecidos, el 6 de diciembre será el turno de Paraguay de tomar la posta en la jefatura del Mercosur, y el presidente Santiago Peña fue terminante: "Si Lula no lo logra, yo no voy a continuar las negociaciones en el próximo semestre”.

La presidencia del bloque rota cada seis meses entre los cuatro miembros plenos activos. Peña dijo que, durante su gestión, intentará buscar mercados alternativos, que tengan menos exigencias que los europeos. Citó como ejemplos a Singapur y los Emiratos Árabes Unidos, aunque sin aclarar qué gestiones hizo para pensar qué ventajas puede tener para el Mercosur un acuerdo marco con esos países.

Por su parte, la Comisión de la UE, con sede en Bruselas, la capital de Bélgica, no hizo comentarios sobre las declaraciones de Peña. "Seguimos trabajando sobre la base del compromiso asumido a nivel presidencial de concluir las negociaciones antes de fin de año", afirmó Olof Gill, portavoz de Comercio y Agricultura de la Comisión Europea.

Gill se refirió al "intercambio muy constructivo del 14 de septiembre", cuando representantes de ambas partes se reunieron en Santiago de Compostela, España. "Espero poder anunciar la fecha de la próxima reunión de los principales negociadores antes del fin de semana", aseguró, sabiendo que el calendario será otro a partir de que Paraguay tome la presidencia pro tempore.

Por el contrario, un representante del Gobierno alemán parece casi agradecido por la presión de Paraguay. "El ultimátum del presidente de Paraguay es duro, pero necesario", dijo Reinhard Houben, portavoz de política económica del grupo parlamentario liberal, consultado por la agencia de noticias DW. "Más de 20 años deben bastar para aprobar un tratado de libre comercio", agregó.

Las exigencias medioambientales europeas tienen puntos difíciles de zanjar para la estructura productiva y comercial de los miembros del Mercosur, donde los principales productos de exportación provienen de la actividad agropecuaria.

En esos rubros, sobresale la soja y el maíz genéticamente modificados, que no pasan los controles bromatológicos de los socios comunitarios. En cuanto a las carnes rojas, también las exigencias europeas tienen estándares altos, o al menos distintos a otros mercados.

A eso hay que sumar las exigencias respecto de la tala indiscriminada que, para muchos empresarios del Mercosur, es “extender la frontera agropecuaria”, lo cual se da de bruces con el calentamiento global. En ese sentido, Alemania retomó un programa con Brasil a partir de las políticas ambientales del gobierno de Lula.

Fondos de Alemania y Noruega están llegando a Brasil para, precisamente, evitar la desforestación de la Amazonía. Una buena noticia después de que el ex presidente Jair Bolsonaro propiciara la tala indiscriminada para aumentar la producción agrícola ganadera.

En el verano de este año, la UE hizo exigencias adicionales para reforzar la protección del medio ambiente y los Derechos Humanos, lo que generó críticas en Sudamérica. La ministra de Medio Ambiente de Brasil, Marina Silva, destacó los éxitos del actual gobierno de Lula da Silva. La deforestación en el Amazonas se redujo casi un 50% sólo este año. "Por lo tanto, el acuerdo de libre comercio debería firmarse ahora", dijo Silva a DW a mediados de septiembre.

En Europa, son los países con una gran producción agrícola los que critican el acuerdo. Temen que los agricultores europeos se vean obligados a una guerra de precios debido a la competencia. La fuerza política y social de los campesinos y productores agropecuarios europeos tiene generaciones y, además, fondos comunitarios para sostener sus productos. Más caros que los sudamericanos, pero con estándares que los de estas latitudes no pueden cumplir.

El intento de Paraguay de ejercer presión política con un ultimátum no sorprende a Pekka Pesonen, secretario general de las asociaciones de agricultores y cooperativas europeas. "Esto no hace más que confirmar nuestra evaluación de este acuerdo y su impacto en la agricultura. Tal como está ahora, el acuerdo es inaceptable. Esto se refiere al acceso al mercado de algunos productos agrícolas básicos, pero también a la falta de compromisos concretos en materia de clima y sostenibilidad por parte de los países del Mercosur", señala.

Por otro lado, la organización ecologista Greenpeace advirtió de riesgos debido a la prisa. "En lugar de seguir adelante con un acuerdo hecho a medida para las grandes corporaciones, la UE y los países del Mercosur deberían pensar en cómo configurarlo para que la naturaleza y los Derechos Humanos importen más que la destrucción de nuestro planeta para el beneficio privado", declaró Lis Cunha de Greenpeace a DW.

Phil Hogan, Comisario de Comercio de la UE hasta 2020, cree que la UE necesita "diversificarse" para depender menos de países como China o Rusia. "No debemos desaprovechar esta oportunidad. Es un mercado de 270 millones de personas y se negoció durante años", indicó.

Las exigencias que ahora se debaten para la protección del clima y del medio ambiente no deberían ser motivo para dejar que las negociaciones fracasen. Hogan se mostró esperanzado en que pueda alcanzarse un acuerdo antes de finales de año. "Creo que Europa lo necesita y Sudamérica también", aseveró.

El acuerdo Mercosur-UE se enfrenta a semanas clave que definirán su viabilidad o no tras 25 años de negociaciones entre los dos bloques.

Tras una carta enviada desde el Mercosur como respuesta a las exigencias de la UE para abordar los temas ambientales y el ultimátum realizado por el presidente de Paraguay, ambos bloques tienen la oportunidad de pisar el acelerador para cumplir con las fechas establecidas y firmar el acuerdo en diciembre. Demasiado poco tiempo tras un cuarto de siglo de idas y vueltas.

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