Carlos Menem, un hombre audaz que no se ponía colorado fácilmente, comentó el 31 de enero de 1998 en el exclusivo Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, que el Mercosur pronto tendría su moneda común. “Estamos siguiendo los pasos de la Unión Europea”, dijo, muy suelto, el presidente argentino. “Pero lo que llevó a Europa casi 50 años, nos llevaría una décima parte de ese tiempo”. Los funcionarios brasileños y otros representantes sudamericanos presentes quedaron pasmados. La moneda común solo existía en la imaginación de Menem.
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