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El mundo está ansioso por el trigo y los biocombustibles
Al comienzo de la semana el mercado agrícola alcanzó nuevos topes que no logró sostener. El trigo en Chicago se acercó a los US$ 300 al cerrar el lunes en máximos desde 2012.
Hay un desabastecimiento que viene de la cosecha pasada, Arabia Saudí dio el batacazo comprando 1,3 millones de toneladas y empieza a preocupar el deterioro de los cultivos en Estados Unidos (EEUU), en algunas zonas por exceso de lluvias y en otras, donde ya está implantado, otra vez por sequía.
Además, Egipto compró 180.000 toneladas de trigo ruso, cuyas exportaciones se van achicando por la suba de impuestos a la exportación del gobierno de Putin (en octubre se exportó 26% que en el mismo mes de 2020). El impuesto a la exportación de trigo ruso se ubica en torno de los US$ 70 por tonelada.
Producción de biocombustible
La producción de etanol de maíz está en máximos históricos. Así, el cereal de verano arrancó la semana prolongando la suba de semanas anteriores que luego no confirmó, sosteniendo una estabilidad de altos precios. Pero la semana pasada fue la de mayor elaboración de etanol en la historia de EEUU. Por relaciones de precios dado el alto valor del maíz, en ese país habrá lo que se denomina una “guerra por las hectáreas” entre maíz, soja y trigo en la próxima primavera boreal.
La soja está en el mercado más tranquilo y estable de las últimas semanas. Con un buen avance de la cosecha estadounidense, más allá de alguna demora por lluvias y un buen comienzo de la siembra brasileña, el mercado se mantiene estable y los precios que se ofrecen en Uruguay se ubican entre US$ 440 y US$ 445 para la próxima cosecha.
En oleaginosas, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) reportó para octubre el mayor precio de la historia y la colza es un ejemplo de ello, ya que sostiene un valor del orden de US$ 730 por tonelada al productor.
Termina una etapa de los mercados en la que la presión de la cosecha de EEUU se hace sentir. Las miradas irán a América del Sur donde por ahora La Niña no se ha hecho sentir más que con la semana de fuerte calor del final de octubre, que recortará el rendimiento de trigo y cebada que no alcanzarán tan altos niveles como el año pasado.
Los precios se mantienen altos, como los costos. China prohibió la exportación de fertilizantes en octubre y esta semana Rusia tomó la misma medida. Desde EEUU se advierte faltante de herbicidas, como parte del mismo fenómeno. Los ajustes necesarios para reducir emisiones de gases efecto invernadero se hacen sentir en las cadenas de suministro y una zafra de rendimiento bajo en granos puede resultar en una pérdida grave.
La zafra de invierno está asegurada. La de verano empieza su etapa más intensa de siembra.
