El papa Francisco viajará a Argentina el próximo año, después de las elecciones presidenciales, y no descarta hacerlo también a Uruguay, según declaró el propio pontífice a una publicación española.
“Puedo confirmar que la Argentina está en programa. Veremos si se puede hacer, una vez que pase el año electoral. Terminadas las elecciones, se puede hacer”, declaró Jorge Bergoglio, sin dar fechas concretas, en una entrevista que publica este viernes la revista española Vida Nueva.
“En estos momentos, sólo pienso en la Argentina, y quizás Uruguay. Ya hubo varios intentos antes, pero las elecciones frustraron la visita”, añadió Francisco al medio religioso ibérico.
Además, y al ser consultado sobre su agenda de viajes más allá de los ya anunciados oficialmente, reveló que podría viajar a Kosovo, pero a ningún país grande de Europa “hasta que no termine con los pequeños”.
Francisco había adelantado hace unos meses que tenía intención de viajar la Argentina y que posiblemente incluiría a Uruguay en su visita, pese al esfuerzo físico que demandará esa gira.
Las especulaciones, ahora confirmadas, indicaban que el Papa concretaría ese viaje luego de las elecciones argentinas del 25 de octubre y de la asunción del nuevo gobierno el 10 de diciembre, cuando se cumplan 40 años del retorno a la democracia en la Argentina con la asunción de Raúl Alfonsín.
El Observador informó el pasado 1° de junio sobre la posible visita a Uruguay. Fuentes de la Santa Sede explicaron que el papa ya había manifestado la intención de visitar Argentina y que no quieren que el anuncio esté condicionado a los resultados electorales. Y también que la llegada sería en 2024 posterior al ciclo electoral. Si bien ese año habrá comicios en Uruguay, al no tratarse de una autoridad nacida en este país no había incidencia alguna.
La planificación de la llegada se maneja con cautela. Mucho más en Uruguay, donde la fugaz visita del papa Juan Pablo II a la ciudad de Melo, en mayo de 1988, derivó en la película El baño del papa. En la ficción se recrea cómo el pueblo se prepara durante mucho tiempo para recibir a más de 50.000 turistas, pero que, llegado el momento, acaba siendo un descalabro.
“Estamos trabajando en Kosovo, pero no está definido”, aseguró.
Francisco, de 86 años y con dos internaciones hospitalarias en el corriente año, se encuentra estos días en Lisboa, donde participa en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que culminará el próximo domingo con una misa a la que se espera asistirán un millón de fieles.
Debido a sus dificultades para caminar por los dolores en una rodilla, se desplaza en una silla de ruedas y sólo pocos metros caminando con ayuda de un bastón.
En la entrevista con Vida Nueva, el papa reveló también que estudia designar “un representante permanente para servir de puente” entre Rusia y Ucrania para encontrar vías de solución a la guerra.
Confirmó que cardenal Matteo Zuppi, que ya visitó Moscú, Kiev y Washington con ese objetivo, lo hará próximamente a Beijing, para integrar a las autoridades chinas en ese esfuerzo.