El Papa Francisco pidió por los pobres y reclamó el fin de la “insensata” guerra en Ucrania

Frente a unos siete mil fieles que desbordaron la basílica y otros tres mil que siguieron la misa a través de las pantallas gigantes colocadas en la Plaza de San Pedro, Francisco, mirando hacia un pesebre, señaló que si bien el símbolo de donde nació Jesús “sirve para acercar los alimentos a la boca y consumirlos más rápidamente", también "puede simbolizar un aspecto de la humanidad: la voracidad en el consumo".

"Porque, mientras los animales en el establo consumen comida, los hombres en el mundo, hambrientos de poder y de dinero, también consumen a sus vecinos, a sus hermanos. ¡Cuántas guerras!”, enfatizó el Pontífice en su homilía de Nochebuena. "¡Y en cuántos lugares, todavía hoy, se pisotea la dignidad y la libertad! Y siempre las principales víctimas de la codicia humana son los frágiles, los débiles", añadió Francisco.

Durante la misa, el Papa se enfocó en la pobreza en la que Jesús eligió nacer. "La primera persona, la primera riqueza, es Jesús. Pero, ¿queremos estar a su lado? Nos acercamos a él, ¿amamos su pobreza? ¿O preferimos quedarnos cómodos en nuestros intereses? Sobre todo, ¿lo visitamos dónde se encuentra, es decir, en los pobres pesebres de nuestro mundo? Allí está presente. Y estamos llamados a ser una Iglesia que adora a Jesús pobre y sirve a Jesús en los pobres", dijo Jorge Bergoglio.

El Pontífice admitió que "no es fácil dejar el tibio calor de la vida mundana para abrazar la belleza desnuda de la gruta de Belén” y pidió a los fieles recordar “que no es realmente Navidad sin los pobres", al tiempo que llamó a que “renazca la caridad”.

En otro tramo de la misa, el Papa Francisco pidió que se termine "inmediatamente" la "insensata" guerra en Ucrania, alertó sobre la escasez de alimentos derivada del conflicto bélico y reclamó también por la paz en Medio Oriente y otras regiones, escenario global que calificó como una ”tercera guerra mundial".

"Que nuestra mirada se llene de los rostros de los hermanos y hermanas ucranianos, que viven esta Navidad en la oscuridad, a la intemperie o lejos de sus hogares, a causa de la destrucción ocasionada por diez meses de guerra", dijo el Papa al dar la bendición "Urbi et Orbi" desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.

En su tradicional mensaje navideño, el pontífice animó a sus fieles a tener "gestos concretos de solidaridad para ayudar a quienes están sufriendo" y pidió que se iluminen "las mentes de quienes tienen el poder de acallar las armas y poner fin inmediatamente a esta guerra insensata".

"Lamentablemente, se prefiere escuchar otras razones, dictadas por las lógicas del mundo", afirmó Francisco, quien también dejó en claro su preocupación por otros conflictos. “Nuestro tiempo está viviendo una grave carestía de paz también en otras regiones, en otros escenarios de esta tercera guerra mundial", recordó.

"Pensemos en Siria, todavía martirizada por un conflicto que pasó a segundo plano, pero que no ha acabado; pensemos también en Tierra Santa, donde durante los meses pasados aumentaron la violencia y los conflictos, con muertos y heridos", enfatizó Bergoglio.

Recordando la tradición católica que ubica en Belén, Palestina, el nacimiento de Jesús, el Papa convocó a sus fieles a pedir que "allí, en la tierra que lo vio nacer, se retome el diálogo y la búsqueda de confianza recíproca entre israelíes y palestinos" para que “en cada uno de esos países se pueda vivir la belleza de la convivencia fraterna entre personas pertenecientes a diversos credos".