Por primera vez desde la renuncia en bloque hace un año del episcopado chileno por el encubrimiento de abusos sexuales, el papa Francisco nombró a dos nuevos obispos como auxiliares de la arquidiócesis de Santiago, según informó este miércoles el Vaticano. El sumo pontífice está focalizado en la limpiar a la Iglesia de ese país, que es uno de los más afectados de toda Latinoamérica por los abusos a menores que se comprobaron.
Los dos elegidos son Carlos Eugenio Irarrázaval Errázuriz, actual párroco de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Santiago y ex director de Radio María, y el salesiano ítalo-argentino Alberto Ricardo Lorenzelli, de 53 años, quien ha pasado buena parte de su vida al servicio del Vaticano, pero conoce Chile ya que fue inspector de la congregación salesiana en ese país de 2012 a 2018.
Fuentes religiosas explicaron que Irarrázaval se vinculó a la conocida parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Santiago de Chile en el año 2011 un año después de que estallaran las denuncias contra el cura Fernando Karadima, poderoso emblema de esa parroquia y protagonista de los escándalos que sacaron a la luz la cultura del abuso en el clero de Chile.
En setiembre del año pasado Francisco expulsó del sacerdocio a Karadima, la mayor condena dentro de la Iglesia católica. El caso estalló en enero de 2018 durante una polémica visita del papa a Chile. Tras haber escuchado a las víctimas, el pontífice convocó a todos los obispos chilenos al Vaticano en mayo de 2018 para realizar tres días de introspección. Como consecuencia, todos los obispos implicados en el escándalo dimitieron.
La Justicia chilena tiene abiertos actualmente 166 casos de denuncia de abuso sexual en contra de miembros de la Iglesia, que involucran a 248 víctimas, de las cuales más de cien eran menores de edad en el momento de los hechos.
La iglesia chilena fue condenada además a indemnizar con 450.000 dólares a tres víctimas de abusos sexuales perpetrados por el exsacerdote Karadima.
El residente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), Miguel Cabrejos, anticipó que cada diócesis tendrá antes de junio de 2020 un departamento encargado de atender las denuncias de abusos cometidos por miembros de la Iglesia Católica, en cumplimiento con las últimas directivas del papa Francisco.
Cabrejos, arzobispo de Trujillo en Perú y también presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), señaló en un comunicado que el sumo pontífice ha pedido "importantes tareas" en relación con los abusos a menores, entre ellas la obligación de reportar a sus superiores directos cualquier denuncia creíble.
"Hay grupos que critican duramente al papa. Nosotros, como pastores, creemos que América Latina tiene una deuda con el Santo Padre, una deuda pastoral y espiritual. Francisco es el primer papa latinoamericano y necesita un gran apoyo por todo lo que está haciendo al frente de la Iglesia", afirmó el religioso peruano.
Fuente: AFP Y EFE
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