El peso del apellido

Fin de una larga lucha por reanimar al viejo partido de gobierno
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22 de abril de 2017 a las 05:00
Pedro Bordaberry anunció su retiro de la actividad política al cabo de su período como senador, el 15 de febrero de 2020. Será el fin de una carrera azarosa, en la que, con suerte dispar, intentó el rescate de su partido, el Partido Colorado, en la peor hora de su larguísima historia.

Bordaberry a veces pareció actuar más que nada para reivindicar a su familia, opacada por la larga sombra de un dictador. Los hijos no suelen ser responsables por los hechos de sus padres; pero los prejuicios, más poderosos que la razón, lo colocaron siempre bajo sospecha.
"Estoy en contra de la disolución de las Cámaras y del golpe de Estado de 1973, pero no voy a condenar a mi padre por medio voto más", dijo en una entrevista en 2006. Y luego lo acompañó cuando marchó a la cárcel.
Pedro Bordaberry, un abogado que pronto cumplirá 57 años, es nieto de Domingo Bordaberry: hijo de inmigrantes vascos, legislador del Partido Colorado, productor rural de vanguardia, activista gremial, adversario del Batllismo e impulsor del Ruralismo de Benito Nardone ("Chicotazo").

Juan María Bordaberry –hijo de Domingo y padre de Pedro– fue senador del Partido Nacional entre 1963 y 1965 debido a la alianza que Nardone estableció con los blancos.

Volvió al redil en 1969 cuando asumió como ministro de Ganadería y Agricultura del gobierno colorado. El presidente Jorge Pacheco Areco pretendió su reelección en los comicios de 1971, mediante una reforma constitucional que se plebiscitó junto a la elección general.

La reforma, que recogió la adhesión del 30% de los votantes, no fue aprobada, por lo que resultó electo Juan María Bordaberry, delfín de Pacheco. Durante el gobierno de Bordaberry las Fuerzas Armadas derrotaron al aparato militar de la guerrilla del MLN-Tupamaros.

Luego, en sociedad con el presidente, dieron un golpe de Estado. Bordaberry, ultra católico y ultra derechista, gobernó hasta el 12 de junio de 1976, cuando fue depuesto.
Pedro Bordaberry inició su actividad política formal tardíamente, en 2000, al ser designado subsecretario de Turismo del gobierno de Jorge Batlle. Luego fue titular de esa cartera y en marzo de 2002 asumió como ministro de Industria y gestionó el Ministerio de Deporte y Juventud en forma interina.
La grave crisis económico-financiera que se extendió entre 1999 y 2002 fue la razón fundamental por la que el Partido Colorado, gobernante habitual desde los orígenes de Uruguay, sufriera en las elecciones de 2004 la peor derrota de su larga vida: apenas 10,34% de los votos.

Entregó el gobierno a una coalición de izquierda que en cierta forma sustituyó el papel de los colorados; y pasó a marchar como furgón de cola del Partido Nacional, su rival de siempre, al que no ha logrado desplazar como principal en la oposición.

Sin embargo muy poco después, en las elecciones municipales del 8 de mayo de 2005, la candidatura del joven Pedro Bordaberry en Montevideo, que obtuvo el 26%, significó un gran renacimiento moral para los colorados, pese a la holgada victoria del frenteamplista Ricardo Ehrlich.

En 2006 comenzó a crear su propio sector dentro del Partido: Vamos Uruguay, que desafió los antiguos liderazgos de Jorge Batlle y Julio Sanguinetti. En las elecciones internas de 2009 derrotó con mucha holgura a sus rivales: el ex vicepresidente Luis Hierro y el diputado José Amorín.

Después, como Alejandro Atchugarry no aceptó completar la fórmula, ofreció la candidatura a la Vicepresidencia a Hugo De León, una figura legendaria del fútbol pero ajeno a la actividad política profesional.

En octubre de 2009 ambos obtuvieron el 17,02% de los votos válidos, siete puntos porcentuales más que en 2004 aunque muy detrás del Frente Amplio y el Partido Nacional.

Bordaberry, ya senador, fue electo secretario general del Partido, cargo que convirtió en rotativo, y realizó una completa oposición al gobierno de José Mujica desde una perspectiva ideológica liberal-conservadora.
Demostró ser un legislador dedicado, combativo y harto solvente en un Parlamento más bien gris. Volvió a triunfar con comodidad en las elecciones internas de junio de 2014 y luego completó la fórmula electoral con Germán Coutinho, por entonces intendente de Salto.
Le fue mal en las elecciones nacionales de octubre: 12,89% de los votos, el segundo peor registro histórico del Partido, en parte por la fortaleza del Frente Amplio, en parte porque el candidato nacionalista Luis Lacalle Pou ofrecía un perfil similar.

En esa derrota contrajo grandes deudas que pagó a su costa, de su familia y de algunos amigos. Fue por entonces que planeó lo que anunció esta semana: dejar la actividad política y dedicarse a la abogacía y a la empresa rural.

Vendrán otros a retomar la improbable tarea de devolverle vida al viejo Partido Colorado, convertido casi en una caricatura de lo que fue.

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