El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) propuso instaurar un régimen de importación de pollo trozado con base en una cuota, es decir con un límite mensual, con el objetivo de solucionar el diferendo existente en el sector avícola.
Tras un cambio que sucedió a inicios de este año, cuando dejó de regir un límite para el ingreso de carne aviar (para pollo entero) desde Argentina (60 toneladas mensuales) y Brasil (120 toneladas), la solicitud de permisos por parte de firmas importadoras y el otorgamiento de los mismos se hizo más fluido y eso ambientó reclamos de los fazoneros, distribuidores e industrias locales, incluso hubo una "camionada" de protesta al inicio de noviembre, desde el Palacio Legislativo a la sede del ministerio.
Teniendo como marco una secuencia de reclamos, reuniones y hasta una asamblea avícola extraordinaria en San Jacinto (con participación de actores de los sectores público y privado), a fines de noviembre se dejaron de otorgar permisos, no obstante se advirtió sobre otra "camionada de protesta", con destino a la Torre Ejecutiva, en caso que se vuelva a otorgar un permiso de importación.
Hasta inicios de enero el ingreso de pollo trozado al país continuará, dado que se están aprovechando los permisos otorgados antes del parate, que tienen una vigencia para su uso de 60 días.
Daniel Pereyra, vocero de los fazoneros, en su momento señaló que la libre importación, sobre todo de supremas, lejos estuvo de generar un efecto positivo para el consumidor, dado que el precio de la suprema nacional y el de la importada prácticamente no tienen diferencia.
La propuesta antes mencionada fue expuesta este miércoles, en la sede del ministerio, donde se desarrollaron tres reuniones en las que participaron el ministro y el subsecretario del MGAP, Fernando Mattos e Ignacio Buffa, respectivamente, también el director nacional de la Granja, Nicolás Chiesa y el presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Conrado Ferber.
Las reuniones, por separado, se realizaron con representantes de la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra), con las empresas importadoras y con integrantes de la Coordinadora para la Defensa de la Cadena Avícola, entidad creada a inicios de noviembre y en la que participan fazoneros, distribuidores e industrias.
Fuentes del sector agroindustrial avícola consultadas por El Observador remarcaron que fue una muy buena reunión, que hay voluntad del ministerio para encontrar una solución que permita sostener la estrategia de crecimiento del sector, continuando con la apertura de mercados y que el ministro reconoció que mientras no se logren abrir mercados de alta exigencia hay que ser muy cuidadosos con la apertura de las importaciones.
También se señaló que Mattos insistió en que no se quiere perjudicar al sector y que se va a seguir trabajando juntos para su desarrollo, tanto el MGAP como el INAC, en los diferentes proyectos en los que se vienen coordinando acciones y cooperando.
Sobre acotar el volumen de importaciones, no se definió nada concreto y se seguirá trabajando para definir en los próximos días mecanismos que protejan a la cadena avícola nacional, se señaló.
Para esas fuentes, quedó claro que no se puede permitir un volumen de importaciones como los que se registraron en el segundo semestre de este año, porque se pone en riesgo todo el trabajo que se viene realizando, no permite la necesaria planificación que el ciclo productivo avícola requiere y no es posible proyectar inversiones ni mantener los niveles de empleo en el sector.
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