El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou despidió este jueves a la selección uruguaya de rugby sobre silla de ruedas que viaja este sábado a San Pablo para competir en el Sudamericano de quad rugby.
El presidente fue recibido por el equipo de quad rugby, liderado por Juancho de Posadas, surfista que quedó en silla de ruedas al ser golpeado por una ola hace varios años, y que escribió un libro sobre su recuperación.
En el encuentro también estuvo -y aparece en la foto junto a ellos- Gustavo Zerbino, sobreviviente del accidente de Los Andes.
Los Criollos jugarán entre lunes y miércoles próximos en el Centro de entrenamiento paralímpico de Brasil contra Argentina, Brasil A y Perú.
En otra serie se enfrentarán Paraguay, Chile, Colombia y Brasil B.
Los dos mejores de cada grupo clasificarán a semifinales.
La selección celeste está integrada por Rodrigo Rivero, Leandro Maneiro, Nicolás Berretta, Christian García, Gonzalo Diorio, Juan de Posadas, Agustín Serrano, Agustín Ferreira, Tiago Dos Santos y Fernando Mattio, y es dirigida por Alejandro Lemes.
El presidente estuvo acompañado de una larga comitiva, integrada por el secretario nacional de Deportes, Sebastián Bauzá, el coordinador del áerea de Deporte Federado, Eduardo Uolla, el director de proyectos especiales, Alejandro Sagasti y el asesor presidencial en la SND, Gonzalo Etcheverry.
Los partidos, que no se juegan con pelota ovalada como en el rugby tradicional, constan de cuatro cuartos de ocho minutos de tiempo neto. El balón se puede pasar para adelante y hay 40 segundos para completar un ataque. A su vez, un jugador debe regatear o pasar la pelota al menos una vez cada 10 segundos.
Todos los jugadores tienen una discapacidad motriz en las cuatro extremidades, usan silla de ruedas para trasladarse y juegan a este deporte en sillas de ruedas especiales.
Los Criollos están integrados por deportistas cuadripléjicos, con parálisis cerebral o amputados en alguna parte de las cuatro extremidades. Cada jugador tiene una clasificación funcional que le da un puntaje conforme a su discapacidad. El rango va del 0,5 al 3,5 y los entrenadores deben poner en cancha y hacer los cambios a un equipo de cuatro jugadores que no sume más de 8 puntos de hándicap. El quadrugby tiene algo de rugby pero también de básquetbol y handball. Se juega en 20 por 40 metros, en cuatro tiempos de ocho minutos cada uno, con 40 segundos de posesión para intentar llegar a la línea de fondo y marcar un try que vale un punto, con 12 segundos para pasar al campo rival e imposibilidad de volver al propio campo (zona) y con una pelota de vóleibol que se puede picar.
"El rugby le ha cambiado la calidad de vida a todas estas personas, pero mucho más allá de lo físico. Escuchar sus relatos conmueve. También ver cómo evolucionan en el juego. El tiempo te hace dejar atrás el primer choque de ver a alguien en silla de ruedas porque la silla de ruedas la dejás de ver. Son personas que aprendieron a vivir de nuevo. Personas que lo primero que querían, tras sufrir lo que sufrieron, era volver a caminar y después se convencieron que lo que querían era ser felices y seguir viviendo. Hay un par de chicos que dijeron que antes de accidentarse no eran felices pero que ahora sí lo son", contó el entrenador.
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