Fue el 6 de noviembre. Apareció de repente y se multiplicó. En blanco y negro, despojada de sofisticaciones, de luces duras y de textos, la imagen habló con esa contundencia que solo puede tener el silencio que se acentúa con los años. El maestro Tabárez parado, abrazando el retrato de Juan Pablo Recagno, con la falta y el vacío agarrándose de las arrugas de su rostro. Y a esa fotografía –que tuvo más de cinco mil adhesiones– le siguieron varias más, una por día, todos los días, en una cuenta regresiva que continúa y que pretende seguir hasta 2020. Paola Dalto, Emiliano Brancciari, Horacio “Tato” López, Laura Canoura, Claudio Invernizzi, Claudia Amengual, Fernando Cabrera; todos, como el Maestro y otros tantos más, son parte de un proyecto fotográfico que desde hace algunas semanas está movilizando a las redes y que tiene un fin claro: recuperar la memoria y reconstruir la verdad y la justicia. Se titula Imágenes del silencio.
El proyecto tiene varias aristas y etapas. La primera es la que se puede ver en cada una de sus redes. Cada día, desde el mencionado 6 de noviembre, las cuentas (de Instagram, Twitter y Facebook) publican un retrato en el que un referente de un área en particular sostiene el cartel de uno de los 196 detenidos desaparecidos en dictadura que se cuentan oficialmente en el país. A veces son figuras del deporte, otra veces de la cultura y, en algunos casos, nombres que aunque para el gran público suenen desconocidos, representan la voz de algún sector definido. La idea es seguir con la publicación hasta el próximo 20 de mayo, día en que la Marcha del silencio cumple 25 ediciones.
“Queríamos que la persona que sostuviera los retratos tuviese conocimiento de a quién estaba sosteniendo. Buscamos salir de la idea del desaparecido, hacerlo carne. Trabajamos una serie de textos sobre cada uno de ellos, y en audio, en el momento de la sesión de fotos, se los presentamos a los retratados. En esos audios colaboran Juan Maldonado y Graciela Escuder, que son los que hacen la locución durante la Marcha del silencio”, explica el fotógrafo Pablo Porciúncula, que junto a Annabella Balduvino, Ricardo Gómez, Cecilia Vidal, Elena Boffetta y Federico Panizza compone el grupo que encabeza el proyecto.
“Buscamos que cada una de esas personas fuera un referente de un sector, que el abanico fuera lo más amplio posible. No fue nada fácil confeccionar la lista, y no deja de ser arbitraria, pero es nuestra visión de lo que sería un abanico plural de la sociedad”, dice, en tanto, Gómez.
Imágenes del silencio no surgió de la nada. Tiene antecedentes y varios. El primero es un proyecto que, para la Marcha del silencio número 20, este mismo grupo sacó adelante. Se trató de un trabajo de corte más documental en el que se involucraron 38 fotógrafos y que al final se expuso en la fotogalería del Centro de Fotografía de Montevideo en el Parque Rodó. Y el espíritu físico y expositivo de aquel proyecto también está en Imágenes del silencio, porque además de esta cuenta regresiva en redes, la idea es del grupo es que en mayo del año que viene las fotografías se expongan en una serie de estructuras creadas especialmente para la ocasión, que se puedan pegar en algunos muros de la ciudad y que, más tarde, se presenten en una nueva fotogalería del CDF, esta vez en el barrio de la Unión.
Ellos dicen que la reacción los sorprendió. Que no esperaban tanta repercusión. Que desde que se publicó el primer retrato, no han parado de llegar mensajes felicitándolos e incluso pidiendo para ser retratados. Cuentan que hasta una obra de teatro en Brasil pidió permiso para utilizar y referenciar uno de los videos que prepararon cuando estaban por lanzar las plataformas. Con Imágenes del silencio, sus impulsores lograron una de las metas primordiales del arte: movilizar.
“Como en cualquier otro hecho artístico, uno tiene siempre la esperanza de poder conmover al espectador de alguna manera. Y siempre decimos que si lográbamos que solo una persona lo sintiera, ya era un éxito. Ver que tanta gente en las redes está siendo tocada por el proyecto y que alguien que está acostumbrado a estar en contacto con esta temática igualmente se siente removido, es fuerte. Es la confirmación de que estamos aportando algo para poner este tema una vez más arriba de la mesa”, cuenta Gómez.
Y en efecto, poner a los desaparecidos en dictadura bien arriba en la agenda es lo que estas fotografías quieren lograr. Por fuera de las discusiones partidarias, Imágenes del silencio pretende aferrarse a la característica más humana del hecho, a la cuestión de que en 2019 aún hay familias que no saben qué fue de sus hijos, padres, madres, hermanos y hermanas.
“El gran problema es que esto pasó y que fue un Estado el que realizó estas desapariciones. Esas familias merecen las respuestas, pero también todos los uruguayos nos merecemos que esto no pase nunca más. Aunque mucha gente diga que ya fue o que hay que dar vuelta la página, es algo que no puede volver a suceder. Por supuesto que todo es político en la vida, pero esto trasciende a lo político-partidario. No puede haber nadie que lo justifique. Y para que no vuelva a suceder hay que recordar, hacer memoria”, remarca Balduvino, que desde hace tiempo trabaja y está involucrada en temas de memoria y pasado reciente.
“Este es un proyecto que, ojalá, algún día podamos decir 'misión cumplida, esto no se da más'”, concluye.
*Esta nota se publicó originalmente el 21 de noviembre de 2019
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá