El miércoles a las 9:30 las puertas del ascensor de la cancillería se abrieron en el sexto piso y el embajador Álvaro Moerzinger notificó que había llegado. El día anterior le avisaron que debía presentarse en la sede ministerial porque el canciller Rodolfo Nin Novoa quería hablar con él, dijeron a El Observador fuentes de cancillería.
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