Enfermera de Universal denunció violación grupal por parte de compañeros de trabajo

Su relato es que el 13 de diciembre se presentó en la casa de uno de los agresores para asistir al asado mensual que tenían y que a la vez, era el último de ese año. Allí todo transcurrió con normalidad, hasta que fue a ayudar a otro de los denunciados quien estaba sirviendo comida en la cocina. En ese momento, se sirvió un vaso de cerveza y lo ayudó. Cuando se lo terminó, quiso abrir una botella nueva, pero apareció el dueño de casa y le dio el resto que quedaba en otra botella diferente que ya estaba abierta. 

Luego cuenta que al beberla la sintió extraña. Después de eso, el recuerdo de la denunciante se difumina hasta que siente que en un cuarto oscuro varios hombres abusaban de ella mientras les pedía que pararan, según afirmó ante las autoridades médicas. 

Lo único que recuerda, expone, es la voz de uno de ellos preguntando qué estaba pasando mientras la manoseaba. La imagen siguiente es otro guardándole la ropa interior de ella en el bolsillo trasero del pantalón mientras le decía que se quedara quieta. Acto seguido, se debatieron qué hacer con ella. El dueño de la casa exclamaba con preocupación que la novia –que también trabaja en la Sociedad– estaba por llegar. 

No recuerda cómo terminó encima de su propio auto manejando en dirección a la casa de su abuela y terminó chocando y con su auto en la banquina. Llamó al seguro y fue a su destino. 

Al principio no recordaba lo que había pasado, pero varias compañeras que estaban presentes en el asado le contaron que no tenía control sobre su propio cuerpo y terminó en una habitación con varios hombres. A raíz de eso, los recuerdos fueron volviendo y fue al médico. Según contó ella a las autoridades de la Sociedad, radicó la denuncia el 21 de diciembre en Solymar. 

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Cuando se asistió en su mutualista, le encontraron lesiones en las mamas, la vulva y las extremidades. Contó que solo tomó dos vasos de cerveza y le dio una pitada a un cigarro de marihuana, pero nunca había tenido el efecto que tuvo esa noche, por eso es que sospecha que le metieron algo en la bebida. 

En enero, 15 funcionarios escribieron una carta entregada a la Dirección Técnica de la Sociedad Médica Universal repudiando lo sucedido. El texto, al que accedió El Observador, expone: "Mediante la presente, las y los abajo firmantes manifestamos nuestro más firme repudio a los actos perpetrados en la persona de nuestra compañera. Declaramos nuestro completo apoyo y compromiso para con ella. Si bien los eventos que condenamos tuvieron lugar fuera de las instalaciones de la institución, los individuos acusados tienen como nexo natural su pertenencia a la mutualista donde tienen su espacio de encuentro cotidiano y donde asimismo eligieron a su víctima, aprovechándose del común vínculo laboral con ella".

"En ese sentido, entendemos que la normal concurrencia de los acusados a la institución genera una situación permanente de incomodidad, rechazo y tensión entre nosotras y nosotros. Por lo tanto, les solicitamos que pongan en consideración la situación planteada para tomar las medidas pertinentes que aminoren este malestar, en la espera del correspondiente dictamen judicial. Confiamos en la seriedad y el compromiso con los derechos humanos por parte de la institución", cerraron. 

En diciembre, la fiscal de 3^o Turno de Ciudad de la Costa, Cristina Falcomer, fue notificada verbalmente de un caso de violación en grupo en una cena de fin de año. Sin embargo, El Observador no pudo confirmar el número de indagados judicialmente por el caso, dado que tras la notificación a Falcomer comenzó un debate sobre si debería ser ella quien asumiera el caso, porque como la denunciante reportó el caso algunos días después de lo sucedido, había que analizar si le correspondía en el marco del régimen de turnos de trabajo que tiene la Fiscalía. Pese a eso, El Observador sí confirmó que frente a la Sociedad Médica, la denunciante señaló a seis personas. 

La reacción de la mutualista

Consultado al respecto, el gerente general de la Sociedad, Alfredo Invernizzi, dijo a El Observador que el asesor legal del centro les transmitió que no pueden tomar ninguna acción contra los denunciados hasta que se pronuncie la Justicia.

Luego, la gerente técnica, Gabriela Sequeira, acotó que notaron que algo estaba sucediendo porque la joven se ausentó de su puesto laboral. La convocaron para ver qué le había sucedido y ella contó lo que había vivido. Aún no había radicado la denuncia policial y –según dijo Sequeira– "se la acompaña en el proceso" y posteriormente la hizo. 

En ese momento, ella se certificó y aún no se ha reintegrado a trabajar. Más allá de eso, pidió que se la cambiara de sección y horario y desde la gerencia se le concedió. 

Sequeira e Invernizzi coincidieron en que, como el clima dentro de la institución estaba "un poco tenso" –en palabras de ella– les "sugirieron" a los señalados que se tomaran la licencia anual reglamentaria. Uno de ellos ya se reintegró y el resto continúan de licencia. 

"Dentro de los denunciados hay algunos que dicen que no estaban (....) algunos han negado absolutamente todo (...) Nosotros tuvimos conversaciones con ellos y estamos viendo la forma en que podemos actuar sin vulnerar también los derechos de la gente. Podemos terminar pagando nosotros si después alguna sanción se entiende que es abusiva cuando no hubo nada. Estamos a la espera y atentos a lo que resuelva la Justicia para actuar en consecuencia", señaló, por su parte, Invernizzi.

En ese sentido, agregó: "Todavía no podemos hacer otra cosa, estamos atados de pies y manos porque esto por ahora es una denuncia por algo que pasó fuera de la institución. No tenemos jurisdicción, por decirlo de alguna manera. Si es verdad es lamentable. Lo estamos siguiendo atentamente y estamos esperando que la Justicia resuelva para nosotros actuar en consecuencia".