Entre asados y chistes, senadores de la coalición afianzan vínculos en la previa de un presupuesto “complicado”

En las últimas semanas, cuando se supo que dejaría el Senado para asumir al frente del novel Ministerio de Ambiente, el reclamo aumentó. Lo acusaron de “agarrar cualquier cosa con tal de no pagar” la prometida cena. 

“Consíganme un lugar y lo hacemos”, se defendió Peña.

Y este martes cumplió. Durante una de las noches más frías de lo que va del invierno, los senadores del oficialismo se reunieron en La Estacada –en Punta Carretas– para disfrutar del “pollo a la pizza” presentado por Peña –y cocinado por un amigo del legislador–, compartir anécdotas de política y de las otras y “despedir” al anfitrión que concretará en breve su pase al Ejecutivo, y se llevó como obsequio de sus compañeros un cuadro del Senado. 

Camilo dos Santos

La instancia del martes fue la segunda cena de “camaradería” en lo que va del mes entre los senadores de la coalición, que prevén continuar con ese tipo de encuentros. El primero, una semana antes, en Villa Yerúa (Malvín) y con risotto con hongos como menú principal, contó con la presencia del equipo económico liderado por Azucena Arbeleche, que presentó a grandes trazos la situación fiscal del país y las proyecciones a futuro.

Exentas del orden del día que caracteriza la labor parlamentaria, las reuniones buscan “descontracturar” el ambiente y “afianzar los vínculos personales” entre los integrantes de los tres partidos del oficialismo en la Cámara Alta, según contaron varios legisladores a El Observador. 

En particular, los consultados destacaron la oportunidad de los  encuentros en la antesala de la discusión de un presupuesto “complicado” debido a la fragilidad de las cuentas públicas y el mandato de austeridad del gobierno, que planteó no aumentar el gasto.

En el gobierno evalúan que el carácter restrictivo del presupuesto requerirá una bancada “unida” y evitar al máximo las actitudes díscolas.

Los senadores del oficialismo consultados por El Observador coincidieron en que la Rendición de Cuentas, que se votará el próximo martes en comisión y un día después en sala, servirá como “plato de entrada” del debate, ya que pondrá el foco en la herencia de la última administración y el “punto de partida” para el tire y afloje presupuestal. 

Si bien aún no definieron si aprobarán o no el proyecto de Rendición de Cuentas, los senadores oficialistas sí resolvieron que la decisión sea en conjunto como gesto de unidad.

En proceso

Mientras esa discusión avanza en el Parlamento, el Poder Ejecutivo, y en especial el equipo económico, continúa discutiendo el articulado del Presupuesto junto a los ministerios. La Constitución establece que el gobierno debe enviar el proyecto antes de que termine el mes de agosto. A partir de ese momento, cada cámara tiene 45 días para pronunciarse. 

Por su parte, a fines de julio vence el plazo para el acuerdo entre la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) y el Congreso de Intendentes por el porcentaje que les corresponderá a los gobiernos departamentales, que reclaman al menos mantener el monto real de transferencias de Rentas Generales.

Este jueves hubo una reunión entre delegados del Congreso de Intendentes con el subdirector de OPP, José Luis Falero, a quien se lo notificó de las aspiraciones de los gobiernos departamentales.