Exámenes de diagnóstico de cáncer de mama todavía están un 40% por debajo de los niveles prepandemia

Un relevamiento que hizo la Cátedra de Oncología Clínica de la Facultad de Medicina de la Udelar, al que accedió El Observador, constata que el número de mamografías estuvo durante el primer semestre de este año un 40% por debajo de las cifras que deberían estar según la tendencia estadística previa a la pandemia. Y por consiguiente “hace probable que los cánceres de mama se terminen diagnosticando de manera más tardía, lo que, dentro de algunos años es factible que redunde en un incremento de las muertes por esta causa”, advierte la oncóloga y profesora Lucía Delgado, una de las responsables de la investigación.

Este miércoles se conmemora el día internacional para la prevención del cáncer de mama, el tumor maligno más frecuente y que, a la vez, es la principal causa de muerte por cáncer entre las mujeres. Cada día —al menos hasta el primer año de la pandemia inclusive— se detectan en Uruguay cinco nuevos casos de esta enfermedad. Y cada día, según el Registro Nacional del Cáncer, dos personas fallecen por esta patología.

Cuando se controlan los factores de riesgo conocidos, como evitar el consumo de alcohol, llevar una vida saludable, hacer ejercicio físico, no fumar, las chances de padecer un cáncer de mama podrían reducirse “como máximo” en un 30%, explica la oncóloga Delgado. De ahí que los estudios de diagnóstico precoz son clave (incluso la normativa laboral uruguaya permite a las mujeres ausentarse del día de trabajo para hacerse el chequeo sin perder salario, y se exonera del pago de la tasa moderadora para la mamografía de tamizaje a las mujeres de 50 a 69 años).

Porque si un cáncer está en una fase primaria, solo concentrado en el seno, a los cinco años casi la totalidad de los pacientes tratados sobreviven a la enfermedad. Si ya se extiende a los ganglios linfáticos, la tasa de sobrevivencia cae al 86%. Y cuando se disemina por el cuerpo (metástasis) esa tasa se reduce todavía más hasta el 29%.

Por eso el relevamiento de la Cátedra de Oncología Clínica señala que la reducción de los exámenes de diagnóstico es una señal de alerta (incluso cuando ese 40% de baja de las mamografías sea inferior al pico de 66% registrado cuando se cortó la presencialidad asistencial durante la emergencia sanitaria).

La Unidad de Mastología del Hospital de Clínicas presentó en las jornadas académicas de fin de setiembre otra investigación que concluye que las pacientes derivadas a esa unidad, para su tratamiento, se redujo en un 16,6%. Y aunque los datos no son extrapolables a todo el sistema, dado que solo aborda un nicho específico, arrojan una advertencia: casi se duplicaron los cánceres de mama en estados avanzados (estado tres o más en una escala que llega hasta el cinco).

Delgado cuenta que la situación no fue peor porque se elaboraron pautas de diagnóstico y tratamiento oncológico durante la pandemia covid-19.

El ser humano vive cada vez más, pero la buena noticia trae consigo algunos complejos cambios: la sociedad envejece, aumenta el gasto en salud y las enfermedades no transmisibles pasan a ser la nueva epidemia. El cáncer escala dentro de las principales causas de muerte, siendo ya la segunda en el país. Por eso en este día de prevención del cáncer de mama (que incluso afecta a hombres, aunque sea mayor su incidencia en mujeres), los oncólogos insisten en los chequeos y el cambio de los hábitos posibles.