Guillermo Domenech defendió el proyecto de prisión domiciliaria ante las críticas de Crysol

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Expresos políticos cuestionan la "ferviente defensa de terroristas estatales" de Cabildo

Guillermo Domenech aseguró que Líber Seregni aceptó en el Club Naval un "régimen especial" para los militares.
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17 de noviembre de 2021 a las 07:22

Varias organizaciones vinculadas a expresos políticos y de defensa de los derechos humanos fueron al Parlamento este martes a pedir que los legisladores rechacen el proyecto de ley de Cabildo Abierto que establece que la prisión sea domiciliaria en forma preceptiva para los casos de los condenados mayores a 65 años de edad, y que beneficia directamente a las personas actualmente presas por delitos de lesa humanidad. 

El presidente Crysol (una asociación de expresos políticos), Gastón Grisoni, recordó ante la Comisión de Constitución y Legislación del Senado  que los liderados por Guido Manini Ríos han sido en los últimos tiempos "fervientes defensores públicos de los terroristas estatales procesados por la Justicia", por lo que resulta evidente que el propósito de su iniciativa es permitir un alivio importante de sus condiciones de reclusión. 

Todo esto, sostuvo, ante la "imposibilidad material de promover una ley de amnistía para ellos". 

En su visión, los condenados por este tipo de delitos no actuaron como simples ciudadanos, sino que eran funcionarios policiales, militares o asimilados, y lo hicieron aprovechando el poder coercitivo del Estado. "Su condición de delincuentes es un rango distinto al resto de los condenados por crímenes similares", afirmó. 

Grisoni recordó que los aludidos se levantaron en armas contra la democracia en 1973, dos años después que las organizaciones contra las que fueron convocados a actuar habían sido desarticuladas. 

El referente de Crysol dijo respetar los dos pronunciamientos populares que, en 1989 y en 2009, rechazaron la derogación de la ley de Caducidad pero, según dijo, en un sistema democrático la calidad de las leyes es definida por el Poder Judicial. En ese marco, recordó que en octubre de 2009 la Suprema Corte de Justicia se pronunció por la inconstitucionalidad de esa ley al respecto del caso de Nibia Sabalsagaray. 

Un tercer elemento a considerar para Grisoni es que las personas a las que se pretende otorgar de manera preceptiva la prisión domiciliaria "no se encuentran cumpliendo su condena en las horrendas condiciones que caracterizan al sistema penitenciario uruguayo". Todos, señaló, están alojados en condiciones "envidiables" y que cumplen con el principio artiguista de "clemencia para los vencidos"

Grisoni optó por enumerar los 200 desaparecidos que dejó el proceso cívico-militar, los 200 asesinados, los más de 25 mil ciudadanos que pasaron por las prisiones secuestrados y torturados y los varios miles que fueron obligados al exilio. 

"Los responsables de la dictadura, los involucrados en ella, los que implementaron la política necesaria para aplicar el proyecto de los 'malla oro' de la época, deben ser juzgados y condenados por la Justicia, por necesidad histórica de afirmación democrática y de garantías de no repetición de estos hechos", concluyó. 

Con Seregni de testigo

La posición de Crysol generó la reacción del cabildante Guillermo Domenech, que aludió a los grupos de "cobardes" que ya en 1966 habían decidido, por las armas, robar, secuestrar, torturar y asesinar a ciudadanos indefensos. Ese, dijo, fue le origen de "los polvos que generaron los lodos de una represión que nosotros no avalamos". 

Domenech sostuvo la tesis de que en 1985 se pactó en Uruguay una "amnistía recíproca" , de la que "fue testigo el propio general Seregni, que señaló haber aceptado en el Club Naval un régimen especial para los militares". 

El senador cabildante dijo que le duelen por igual las muertes de Vladimir Roslik y de María Claudia García de Gelman que las de Pascasio Báez y Jaime Orosa García, asesinados por la guerrilla. Pese a eso, "me parece inaceptable que quienes se han beneficiado de políticas de amnistía e indemnizaciones hoy nos vengan a decir que no podemos aplicar para otros contendientes de ese enfrentamiento una política de reconocimiento de derechos humanos". 

Para Domenech, la actitud de los expresos políticos "no contribuye en nada" a la pacificación del Uruguay. "Los responsables de aquellos atropellos a los derechos de cientos de personas tienen que hacerse responsables y también hacer un mea culpa por haberle generado al país una ola de dolor como no hay antecedentes en su historia". 

El legislador de Cabildo Abierto fue más allá y consideró que el planteo de Grisoni es absolutamente desenfocado. "Me da tristeza que personas que, presumo, tuvieron algún grado de responsabilidad en hechos tan lamentables hoy quieran ensañarse con sus ocasionales adversarios". 

"Muchos no vivieron ese proceso. Yo nací en 1953, así que sí lo viví", apuntó la senadora nacionalista Graciela Banchi, que llamó a "cuidar algunas formas", al mostrarse molesta con la apelación a los "malla oro" por parte de Crysol, al ser esta una expresión del presidente Luis Lacalle Pou. 

"No tiene nada que ver con el problema que estamos tratando de dilucidar". Un problema que, remarcó, afecta a todo el país desde hace mucho tiempo. "En mi caso, me arruinaron la juventud los dos bandos". 

Bianchi sostuvo que, si se volvía a hacer una referencia a alguna expresión propia de Lacalle Pou, "no le quepa ninguna duda que voy a reaccionar. Nunca le tuve miedo a ninguno de los dos bandos, así que conmigo no pueden". 

El frenteamplista Enrique Rubio se permitió discrepar con el planteo. "No encuentro que haya un copyright de determinadas expresiones relativas a empresarios que tienen poder económico en el país", sostuvo. 

El senador opositor aprovechó para hacer una precisión. "No existe documentación de ninguna especie que avale que el general Seregni pactó una aministía recíproca en el Club Naval, y lo dice alguien que se opuso al Pacto del Club Naval". 

Su correligionaria Liliam Kechichian también cuestionó que "se ponga en boca del general Seregni cosas que nadie puede atestiguar". Allí, discprepó con Banchi en la existencia de dos bandos. 

"Estamos hablando de terrorismo de Estado" dijo, al referirse que Grisoni, referente de Crysol, "era un joven que militaba conmigo" y que resultó encarcelado pero que "nunca vio un arma ni en fotos, porque su único pecado fue pensar diferente. Por eso pagó un precio muy alto". 

 

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