Los dos hombres habían sido imputados en setiembre por abandonar una avioneta en un camino rural en la localidad de Morató, en Paysandú. La fiscal Carolina Martínez los acusó de violar el Código Aeronáutico y la Justicia los castigó con prisión hasta este martes, cuando salieron en libertad.
Sin embargo, la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero siempre tuvo la "firme hipótesis" de que estos hombres –un brasileño y un boliviano– mentían al decir que estaban paseando por el continente y se perdieron, y que en cambio habían traído los 392 kilos de cocaína que fueron incautados días después –en una casa ubicada en el barrio Cumbres de Carrasco, en Montevideo. Desde entonces, la brigada antidroga investigó el caso hasta recabar evidencias clave que permitieron acusarlos de narcotráfico.
Este martes, cuando las puertas de la cárcel de Paysandú se abrieron para que salieran en libertad –al terminar de cumplir con la pena impuesta por la Justicia sanducera–, había policías de narcóticos esperándolos para volverlos a detener y trasladarlos a Montevideo para que enfrentaran la nueva acusación, según contaron a El Observador fuentes del Ministerio del Interior.
La fiscalía de Estupefacientes de 1° Turno –que este miércoles logró la imputación con prisión de otros tres uruguayos que traficaban droga a España– logró que la Justicia enviara a la cárcel durante 120 días a los extranjeros como medida cautelar mientras transcurre el proceso penal.
Tanto el brasileño –que piloteó el avión– como el boliviano fueron acusados de un delito de importación de estupefacientes, y ahora serán recluidos en la capital.
Fuentes fiscales aseguraron que los imputados siguen defendiendo su inocencia y manteniendo la versión de que aterrizaron en Uruguay por error. En esta oportunidad, según contaron los informantes, los extranjeros "dijeron que le erraron a las coordenadas en el GPS y que por eso terminaron acá" y que en realidad su objetivo era incluso no salir de las fronteras de Bolivia.
"Pero se pudo determinar que ellos fueron los que trajeron el cargamento", agregaron las fuentes.
La droga había sido incautada el viernes 4 de octubre tras varios allanamientos en casas de Pocitos, además del que se hizo en la propiedad de Cumbres de Carrasco, que es donde se encontró la cocaína distribuida en 370 ladrillos.
El operativo permitió también la detención de cinco bolivianos, quienes fueron imputados enviados a prisión preventiva por 240 días. La fiscal Ferrero logró que la Justicia imputara para dos de ellos un delito de tráfico ilícito de estupefacientes en calidad de depositarios, y para los otros tres el mismo delito pero en modalidad de organización.
Las fuentes del caso aseguraron que la cocaína era boliviana, y que los narcotraficantes estaban analizando cómo enviarla al exterior.
Los bolivianos estaban viviendo en Pocitos: dos en un apartamento de 21 de Setiembre, otro en uno de la calle Echevarriarza, y una pareja en un edificio ubicado en Benito Blanco. Ninguno de ellos, argumentó Ferrero ante la Justicia, pudo demostrar que tenía un trabajo.
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