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Flores anunció que volvían fiestas pero dio marcha atrás en pocas horas; decreto lo inhabilitaba
El presidente Luis Lacalle Pou comunicó el 24 de marzo en conferencia de prensa su decisión de suspender "todo tipo de fiestas", una medida implementada a través del decreto 90/021. Si bien la normativa fijó el 12 de abril como fecha inicial en que caían las restricciones, luego ante el avance de la pandemia el gobierno resolvió aplazar las disposiciones, y algunas como la suspensión de distintos espectáculos públicos y los eventos sociales siguen vigentes hasta ahora.
Pero este miércoles el Comité Departamental de Emergencia (Cecoed) comunicó que resolvió la habilitación del funcionamiento de los salones de fiestas. La decisión fue tomada luego de casi tres meses de total inactividad y comunicada durante la tarde por la intendencia departamental en su sitio web.
Sin embargo, sobre las 20 horas de este, el gobierno departamental resolvió dar marcha atrás con la resolución tras una nueva reunión del Cocoed.
Fuentes de Presidencia consultadas por El Observador señalaron que la prohibición para organizar fiestas y eventos sociales sigue vigente desde la promulgación del decreto 90/021. Las fuentes señalaron que el Cecoed no tiene potestades para habilitar el retorno de los salones de fiestas.
El intendente de Flores Fernando Echeverría confirmó a El Observador que la resolución quedó por el camino. Según dijo, hubo un "error" en las consideraciones que llevaron al primer anuncio.
Gerardo Sánchez Listur, coordinador del Cecoed de Flores, dijo en la tarde de este miércoles a El Observador que tomaron la decisión de habilitar los salones "valorando muchas cosas" y entendieron "que se debía dar un afloje", aunque con la estricta fiscalización de los cuidados correspondientes. La propuesta era aplicar un aforo del 30% de los locales y un máximo de 60 personas.
"Nuestro departamento es muy chico y había necesidad de tomar alguna medida porque hay mucha gente sin trabajo", argumentó con base en que el Cecoed tiene las potestades para tomar esa decisión, aunque en realidad el gobierno lo advierte como privativo del Poder Ejecutivo.
Sánchez Listur además argumentó que la situación sanitaria de Flores permite este tipo de flexibilizaciones. "Nosotros tenemos menos casos que, por ejemplo, la gente que trabaja por día en el Grupo de Artillería y conviven todos los días 200 y pico de personas", expresó. Actualmente, Flores es el departamento con menos casos activos del país (162) y el promedio de casos nuevos diarios es de 10,86, aunque sigue en zona roja en el índice de Harvard que mide la cantidad de contagios cada 7 días por 100 mil habitantes.
Para lograr salir de la zona roja, el índice debe ser inferior a 25. En Flores es de 40,97. Durazno y Rivera obtienen mejores resultados que Flores en esta medición, con 29,06 y 16,45 respectivamente. La vacunación en el departamento céntrico es mejor que el promedio país: el 70.84% de la población tiene una dosis y el 48.58% dos dosis.
De todas formas, Sánchez Listur indicó que serían rigurosos con la fiscalización. El equipo está conformado por la Policía de Flores, la Dirección de Salud departamental y la Intendencia. El coordinador del Cecoed afirmó que salen "casi todas las noches" a fiscalizar.
Cuando todavía consideraban que podían dar la habilitación, el funcionario dijo que la pauta era que todos los salones deberían contar primero con la autorización del Cecoed. Allí, el organismo departamental afinará los protocolos específicos para cada local. En Flores, estaba previsto que un solo local pueda reunir a 60 personas, que se trababa de un salón de fiestas donde se organizan casamientos.
Javier Abal, presidente de la Asociación de Salones de Fiestas de Uruguay (ASFU), había opinado que la decisión de reanudar la actividad era "impecable". Si bien la cantidad de personas que podían volver a trabajar era "poca" -debido a la baja densidad de población del departamento- consideraba "bueno que puedan comenzar a trabajar" y eso era lo "importante".
