Florit evaluó renunciar cuando el gobierno declaró la esencialidad

En agosto de 2015, cuando el gobierno declaró la esencialidad en la educación, el consejero de Primaria electo por el Poder Ejecutivo, Héctor Florit, pensó en renunciar, pero no lo hizo porque finalmente evaluó que manteniéndose en el cargo podía colaborar en "encontrar caminos para evitar la crispación".

En una entrevista concedida a El Observador TV, Florit recordó aquel 24 de agosto. Señaló que se enteró de la decisión del gobierno unas horas antes de que se anunciara públicamente, pero en un primer momento le costó creer que la información que le había llegado fuera cierta. "Primero no lo creí. Pensé que era una mala información o una deformación de una decisión que se iba a tomar", dijo.

Cuando finalmente escuchó a la ministra de Educación, María Julia Muñoz, anunciando la medida, dijo que inmediatamente pensó en renunciar por no estar de acuerdo con la decisión.

Entonces se comunicó con la maestra Teresita Capurro, en ese entonces consejera del Codicen en representación de los docentes, y con Fernando Pereira, presidente del PIT-CNT y funcionario de Primaria, para evaluar los pasos a seguir. A ambos los calificó de amigos y dijo que compartió con ellos "la preocupación y la angustia".

"Le pedí a los compañeros que me ayudaran a tomar la decisión, no en función de lo personal, sino en función de cómo ayudar al gobierno, pero también a los compañeros del sindicato, fundamentalmente de magisterio, a encontrar caminos para evitar la crispación", señaló.

Florit es uno de los pocos jerarcas de la ANEP que ha permanecido durante los tres gobiernos del Frente Amplio. En el primer gobierno de Tabaré Vázquez fue consejero del Codicen, en la administración pasada asumió la dirección general de Primaria y en la actual es consejero de dicho consejo desconcentrado.

"Encontrar una salida (a aquella circunstancia) era muy importante", dijo en la entrevista. Por esta razón, después de consultarlo y evaluarlo, finalmente decidió no presentar la renuncia y colaborar con tal objetivo. "Creímos que lo mejor era permanecer", expresó.

Sin embargo, la que sí renunció en aquel entonces a su cargo en el Codicen fue Capurro. Lo hizo por estar en desacuerdo con la medida adoptada por el Poder Ejecutivo que finalmente no llegó a ser aplicada.

Para Florit, el estado de crispación en la enseñanza es dañino porque obstaculiza el proceso de aprendizaje. "No es solamente un conflicto como en cualquier otro sector laboral. Es un estado de ánimo que dificulta enormemente el vínculo de enseñanza y aprendizaje de los niños", expresó.

En este sentido, el jerarca manifestó que hay muchas investigaciones sobre el tema y todas concluyen lo mismo: el malestar docente influye en el aprendizaje. Agregó que el malestar puede ser producto de las transformaciones en los conocimientos, las nuevas configuraciones familiares o el nuevo rol de los docentes, pero también muchas veces está ocasionado por los conflictos laborales. Esto genera que "su tarea profesional se vea profundamente menoscabada", sostuvo.