La Digebia trabaja en coordinación con otras direcciones del MGAP.

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Fuego e incautación: ¿qué pasa con las cosas que no pueden entrar al país?

La Dirección Nacional de Bioseguridad tiene hornos pirolíticos en los que se queman, bajo un protocolo de destrucción de residuos, los elementos que se incautan por suponer un riesgo sanitario para el país
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20 de junio de 2022 a las 05:04

Alimentos, plantas, semillas,  especias, animales, específicos veterinarios y artesanías hechas con materiales de origen vegetal o animal sin tratar son algunos de los elementos que en los pasos de frontera son controlados —y en muchos casos incautados—, ya que pueden atentar contra el estatus sanitario del país.

Es la Dirección General de Bioseguridad e Inocuidad Alimentaria (Digebia) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) la encargada de llevar el control de barreras sanitarias para garantizar ese estatus.

El MGAP tiene un área de gestión de residuos en Dilave.

Todos los elementos de origen vegetal o animal son controlados por las barreras sanitarias, ya que pueden contener residuos, enfermedades, bacterias e incluso huevos de insectos que supongan un riesgo sanitario para el país.

Los elementos que se incautan –no los animales– se destruyen en un horno pirolítico, aunque en algunos casos se analizan en laboratorios y son devueltos a sus dueños, informó a El Observador Virginia Guardia, directora de la Digebia. Las incautaciones se incineran siguiendo un protocolo de gestión de residuos en coordinación con la Dirección Nacional de Aduanas. El MGAP cuenta con uno de estos hornos en la División de Laboratorios Veterninarios (Dilave) y también hay uno en el Aeropuerto de Carrasco y en otros pasos de frontera.

La Digebia se encarga de trabajar con Barreras Sanitarias.

Las incautaciones que se pueden devolver

En algunos casos, las incautaciones son devueltas.

“Cuando el viajero manifiesta que lo incautado tiene un valor muy importante nos comunicamos con la autoridad sanitaria competente, que puede ser Servicios Ganaderos o Servicios Agrícolas”, explicó la directora. En estos casos, los elementos, por ejemplo una artesanía que contiene cuero o madera sin tratar, se llevan a la Dilave y allí se hace una evaluación de riesgo y se ve si se le permite el ingreso o no y si requiere una fumigación; en ese caso, se le comunica al dueño de lo incautado qué empresas están autorizadas por el MGAP para fumigar ese elemento. Es el particular quien debe hacerse cargo de los gastos de esa fumigación para que se libere lo incautado.

Los animales que se incautan por pasaje ilegal se destinan a organizaciones de cuidado animal. Guardia contó que hace un tiempo se incautaron en un paso de frontera unos reptiles pequeños que alguien intentaba ingresar al país los que fueron trasladados a la reserva Talice. Para permitir el ingreso de mascotas, estas deben contar con un certificado sanitario y el permiso necesario.

Para cuidar las barreras sanitarias el MGAP trabaja con una visión de cadena. Se analizan los riesgos que puedan tener los alimentos, así como los específicos veterinarios que puedan afectar a los animales o a las plantaciones que luego se destinan a consumo. Es por eso que, por ejemplo, se controla el ingreso de agroquímicos o productos para aplicar en ganado. Esto también se hace para cuidar la imagen del país como agroexportador, porque, por ejemplo, en ganadería no se utilizan las hormonas de crecimiento debido a una exigencia de los mercados internacionales, y si esa regla se quebrara, se podría afectar la imagen del mercado uruguayo.

Al destruir las incautaciones en un horno pirolítico se disminuye el riesgo de que atenten contra la seguridad sanitaria del país.

Lo que se puede y lo que no

Los productos que tienen el ingreso controlados son de diferentes tipos y orígenes. 

Dentro de la categoría de origen animal se incluyen todos los animales vivos de cualquier especie, así como insectos, ácaros, carne de cualquier especie en cualquier estado o envase, productos envasados al vacío y embutidos, chacinados, lácteos y huevos frescos de aves o de reptiles, enteros o sus partes en polvo. También se controlan los componentes de animales como sangre, suero o plasma de cualquier especie animal (frescos o en polvo), tripas y vísceras de cualquier especie, cueros o pieles (frescos, secos o salados), pelos, astas o cornamentas, pezuñas, lana sucia, crines o cerdas, huesos, semen de cualquier especie, embriones de cualquier especie y plumas de aves frescas. Además, se controla el ingreso de productos apícolas y productos manufacturados con partes de origen animal (como decoración, por ejemplo). 

En la categoría de origen vegetal se incluyen frutas y vegetales secos o deshidratados, así como flores, yemas, raíces, hojas, tallos, follajes frescos, polen, bulbos o tubérculos. También frutos secos sin tostar o con cáscara, semillas, granos crudos, tabaco sin elaborar o productos vegetales acondicionados al detalle en envases superiores a 500 g (, por ejemplo té o especias).

Además se controla el ingreso de muebles de madera, leña, fibras textiles vegetales sin procesar, arena o tierra.

Hay incautaciones que se queman y otras que no.

La lista completa se puede ver aquí.

En DIlave hay un horno pirolítico, también hay uno en el Aeropuerto de Carrasco.

Barreras Móviles

La Digebia cuenta con un equipo llamado Barreras Móviles, que se encarga de controlar algunos pasos de frontera terrestre o zonas aledañas por las que podría entrar mercadería del exterior de forma ilegal, por ejemplo alimentos. 

Cuando un vehículo ingresa con alimentos, por ejemplo, frutas o verduras, y esas son incautadas, se trabaja en conjunto con la Dirección General de la Granja (Digegra), para analizar lo incautado, y si no supone un riesgo sanitario la mercadería es donada, por ejemplo a comedores.

La dirección tiene tres áreas de trabajo: la bioseguridad, la inocuidad alimentaria y las barreras sanitarias. En esa última área, la dirección se encarga de controlar que no ingresen al país productos no certificados que puedan suponer un riesgo para la salud de las personas o los animales. En ese marco, se prohíbe traer del exterior alimentos sin certificado fitosanitario, productos veterinarios, también semillas, tierra o plantas que puedan ser un factor de riesgo.

Para cuidar la bioseguridad, la Digebia trabaja en conjunto con otras direcciones del MGAP, como la de Servicios Ganaderos, Servicios Agrícolas o de la Granja. En el marco del trabajo sobre inocuidad alimentaria la Digebia se encarga de estar al tanto de las diferentes exigencias de los mercados.

Es un tema de educación

Guardia explicó que es importante educar a la población sobre este tema, ya que Barreras Sanitarias no se dedica a incautar elementos, sino a cuidar la seguridad sanitaria, resaltó. Según dijo, hay dos desafíos, uno es que la población sepa cuáles son los elementos que tienen ingreso controlado, y por otro, que se sepa cuáles son los riesgos que se corren por ingresar elementos sin seguridad. 

Virginia Guardia (izquierda) dirige la Digebia.

“Los controles se hacen son se diferente índole y mejorables, pero existen. Hay un desafío enorme, que es que la gente tome conciencia de lo que no se puede traer. Creo que es una educación a largo plazo la que se necesita, pero es una forma de disminuir los riesgos”, indicó.

Digebia también tiene un servicio de "Barreras Móviles".

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