Un grupo de futbolistas y entrenadores uruguayos en Centroamérica, muchos de ellos con sus familias, quedaron varados en medio de la pandemia por el coronavirus e iniciaron acciones ante las embajadas para gestionar su regreso al país.
Las medidas de prevención y restricciones adoptadas por los gobiernos de los países en los que estaban trabajando, entre ellas los cierres de los aeropuertos, los dejaron sin vías para retornar al país por sus propios medios y ahora esperan que la cancillería uruguaya les dé una solución.
El pasado domingo el Ministerio de Relaciones Exteriores, en coordinación con otros seis ministerios, lleva adelante el operativo “Todos en casa”, para repatriar a los uruguayos que han quedado varados en distintas partes del mundo por causa de la pandemia.
Como ejemplo, tal como informó El Observador, mencionó lo que ocurre con quienes viajaron a hacer estudios de grado o posgrado y tenían previsto retornar en estas fechas, o a quienes salieron por turismo y no pueden volver porque se cancelaron vuelos o las aerolíneas dejaron de operar.
Los futbolistas que están en Centroamérica y que se quedaron sin actividad, y sin trabajo, por el coronavirus antes de finalizar sus contratos esperan que el gobierno los considere dentro de esas categorías y puedan retornar al país, como cientos de uruguayos en otras partes del mundo.
“Estamos esperando y buscando contactos en Uruguay para que nos puedan venir a buscar”, dijo a Referí José “Rulo” Varela, quien jugó en Alianza de El Salvador hasta que a mediados de marzo se terminó el torneo por la propagación del coronavirus. “Acá hay varios uruguayos. Yo estoy con el arquero Rafael García que está con su familia, y con Maximiliano Freitas. En otros clubes están el Polillita (Ruben) Da Silva, el Rayo (Jonathan) Ramírez, Joaquín Verges y Waldemar Acosta”, contó.
Los futbolistas y entrenadores hicieron una lista que fue presentada a la embajada con los nombres y datos de cada uno y de sus familiares, entre ellos algunos niños. En total, son 16 uruguayos lo que integran la nómina.
“Cuando aún se podía estar en la calle, me apuré y fui hasta la embajada uruguaya en San Salvador, estuve hablando con el embajador, le conté cuántos uruguayos éramos, le pregunté por la posibilidad de volver a Uruguay de alguna forma, porque todavía en ese entonces estaba cerrado el aeropuerto, pero algunos vuelos de pasajeros operaban de pasada”, contó Varela.
“Después, se cerró de forma definitiva el aeropuerto, nos pidieron que hagamos una lista y que mandáramos un mail a la embajada, para que de ahí fuera a Uruguay. Se mandó todo, supuestamente están en conocimiento de la gente de acá, de Centroamérica, y le estaban buscando la vuelta para ver si nos podían venir a buscar”, agregó el delantero.
En una situación parecida están los uruguayos que militaron en el fútbol hondureño, cuyo campeonato también fue paralizado por la pandemia, si bien, a diferencia de Honduras, donde se lo dio por concluido y hubo un campeón, aún consideran que pueda continuarse.
Fernando Araújo, el exentrenador de Rampla Juniors que hoy dirige a Deportivo Vida, contó a Referí que él y sus dos colaboradores, Augusto Camejo y Gastón Berriel, más el futbolista Mathías Techera están a la espera de una respuesta desde Cancillería.
El DT dijo que acudió al consulado uruguayo para notificar su situación y la de sus compañeros. “Nos hemos comunicado con Cancillería y gente de Uruguay y estamos a la espera de una respuesta para viajar”, indicó.
La información que tiene este grupo, en base a los detalles que les brindó el club y su agencia de viajes, es que hasta el 20 de abril no se abriría el aeropuerto para vuelos comerciales.
Por su parte, Varela también estuvo en contacto con Ramiro Martínez, el entrenador de Real España de Honduras, club en el que hay otros cuatro uruguayos: Pablo Nicolás Pírez, Matías Soto, Santiago Correa y Delis Matías Vargas.
“También estamos buscando la posibilidad de juntarnos todos en alguna ciudad y que surja la chance de que nos puedan venir a buscar”, conto el exatacante de Juventud de Las Piedras.
Tanto Varela como Araújo indicaron que por el momento están “tranquilos” pero, sin nada por hacer por la suspensión del fútbol, a la espera del regreso a su país para estar con sus familias.
“Acá decretaron una cuarentena de 30 días obligatorios sin salir a la calle, una especie de toque de queda en el que solo pueden andar las personas que trabajan en trabajos indispensables que no pueden parar”, contó el Rulo. “Solo se puede ir al supermercado y puede hacerlo un integrante de la familia y si te paran en la calle tenés que explicarles, porque si no te llevan y te ponen en cuarentena en otros lugares”, agregó.
Araújo, por su parte, sigue viviendo en el hotel al que llegó hace 10 meses en las afueras de la ciudad de Las Ceibas, al igual que los otros tres uruguayos de su equipo que juegan en la liga del país de 9,3 millones de habitantes.
“Estamos aislados y evitamos salir a la calle para evitar contagios. Es una situación que está bastante controlada, hay muy pocos casos en la ciudad en la que estamos nosotros”, comentó.
“Pero se complica un poco por el tema de la alimentación, porque estamos fuera de la ciudad y hay toque de queda. De las 8 de la mañana a las 17 es el momento en que te podes movilizar, pero tampoco te permiten, en el horario establecido para circular, entrar a la ciudad. En ese sentido estamos complicados”, dijo el entrenador.
Varela señaló que en El Salvador, con sus 6,3 millones de habitantes, la situación “está muy tranquila”.
“El presidente ha manejado muy bien todo”, dijo sobre Nayib Bukele, el mandatario de 38 años que se viralizó en estos días por las medidas que tomó contra el coronavirus. “Cuando esto estaba en Europa, ya había empezado a tomar medidas de precaución. Hasta este martes solo había tres casos. Se han manejado muy bien, por ejemplo, los supermercados están todos bien abastecidos. En ese sentido, todo está bien”, comentó el floridense.
En esa situación, los dos uruguayos esperan un pronto retorno para ellos y sus compañeros.
“Estamos bien pero con la ansiedad y el nerviosismo de estar acá, lejos de la familia. Si bien estamos en comunicación con ellos, estamos preocupados, no es lo mismo estar allá”, dijo Araújo. “Así que esperamos poder solucionar este tema”, agregó.
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