Ganaron el streaming y las mujeres

"Estamos muy contentos de que hayan visto la serie, de que le hayan dicho a sus amigos que la vean. ¡Y todavía pueden hacerlo!". Con esas palabras cerró Nicole Kidman su agradecimiento luego de que la historia que protagonizó, Big Little Lies, se llevara el Emmy a Mejor miniserie, y es una frase que no podría definir mejor los tiempos que vive la televisión. Como quedó claro en la noche del domingo, el streaming se ha convertido en la referencia televisiva, incluso por encima de cadenas tradicionales como NBC y CBS, o el gigante de la televisión paga HBO. Si bien no todos los grandes ganadores fueron series originalmente pensadas para ver on demand, sí están todas disponibles en plataformas de este tipo en Estados Unidos, lo que marca una clara tendencia en la forma de ver series.

The Handmaid's Tale, una de las grandes ganadoras de la noche, fue creada originalmente para Hulu, un servicio de streaming creado en 2007 por tres de las cuatro grandes compañías de contenidos de Estados Unidos (Disney, NBC y Fox, CBS no está incluida) que no está disponible en Uruguay. En su país de origen está produciendo material propio desde 2011, una apuesta que en un comienzo era tímida pero que con el correr de los años se ha ido expandiendo fuertemente hasta llegar a lo que es hoy, una de las grandes ganadoras de la noche, muy por encima de Netflix. Hulu logró en esta entrega de los Emmy algo que sus competidoras no podrán arrebatarle jamás: ser el primer servicio de streaming en ganar el premio a Mejor serie dramática.

Por otro lado, Big Little Lies –ganadora a Mejor miniserie– y Veep –Mejor comedia– son productos de HBO, y ambas se pueden consumir a través de HBO GO, la plataforma on demand de la cadena para América Latina. Como dijo Kidman, todavía se pueden ver los episodios a pesar de que haya finalizado su emisión en el canal tradicional.

Quizás la prueba más fuerte de que el streaming comienza a ser el común denominador en este tipo de instancia fue la grilla de nominados en la categoría de Mejor serie dramática. De siete nominados, cuatro eran originales de Netflix y uno de Hulu.

A pesar del embate del streaming, la televisión abierta estadounidense sigue tratando de dar pelea, y el emblema generacional de Saturday Night Live fue un ejemplo de ello. En uno de sus años más políticos, el longevo programa humorístico consiguió nueve premios.

La relevancia de la mujer en las producciones de la industria estadounidense es algo que se viene reclamando y reivindicando desde hace tiempo, y a pesar de que aún falta un trecho muy largo para que las condiciones se equiparen –solo echar un vistazo a los salarios de actores y actrices lo deja en evidencia–, la premiación mostró que el período 2016/2017 tuvo un denominador común: mujeres protagonistas de sus historias, con peso político y emocional, mujeres que se rebelan contra el orden preestablecido.

The Handmaid's Tale es el caso más claro, ya que lo hace desde un punto mucho más evidente al apelar a una tenebrosa distopía. Sin embargo, también lo hace Big Little Lies desde un entorno más casero, igualmente aterrador. Veep, directamente lleva a su protagonista al puesto político más importante de una potencia mundial.

"Lleven a las mujeres al frente de sus series, conviértanlas en las heroínas de sus propias historias", dijo la actriz Reese Witherspoon tras recibir el Emmy a Mejor miniserie por Big Little Lies. Justamente, Witherspoon y Kidman tienen gran responsabilidad en que la noche fuera femenina, ya que cansadas de protagonizar la misma clase de papeles una y otra vez, se unieron para producir la serie que se ajustara a lo que querían reflejar en pantalla. Y les fue muy bien.