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Ganó la presidencia del sindicato de domésticas hace años, la expulsaron y ahora volvió a ganar
Laura Rivero no ha pasado desapercibida dentro del sindicato de trabajadoras domésticas. En 2017 su presencia comenzó a causar alboroto en la interna. Rivero, trabajadora de Cerro Largo, ganó las elecciones y rompió con la hegemonía de conducción montevideana del sindicato.
A partir de ese momento se sucedieron varios altercados e inconvenientes que tuvieron como fin su expulsión y alejamiento del cargo. Pero la historia no terminó ahí. Insistente, pidió la intervención del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) que luego de varias instancias terminó dándole la razón. Con esa victoria a cuestas, años después se presentó otra vez en las elecciones gremiales y las volvió a ganar.
Las disputas internas comenzaron en el mismo momento en que la lista de Rivero obtuvo el triunfo en abril de 2017 por dos votos. Inmediatamente la lista perdedora quiso impugnar el resultado.
Un par de meses después Rivero asumió la presidencia. Al año siguiente pidió que se efectuara una auditoría de los números del sindicato. Ante eso, recibió un telegrama que le solicitaba la renuncia al cargo por “faltas graves al estatuto y conductas inapropiadas”. Rivero fue suspendida por seis meses y pidió la intervención del MEC.
En marzo de 2019 se efectuó una asamblea del sindicato de trabajadoras domésticas en la sede del PIT-CNT. Tras gritos y discusiones Rivero fue expulsada del sindicato.
En noviembre de 2019 el ministerio concluyó que Rivero debía ser reincorporada al sindicato. A partir de allí, comenzó a preparar su vuelta.
Participó de una asamblea de afiliadas al sindicato y allí solicitó que se realizaran elecciones. Se efectuaron el 27 de noviembre pasado.
La única lista que se presentó fue la que encabezó Rivero. Obtuvo el 75% de los votos y ganó. Con ese resultado volvió a la presidencia del sindicato –cinco años después de su primer triunfo- acompañada por Mariela Burlon como secretaria general.
La nueva directiva se compone por trabajadores de Rocha, Fray Bentos, Rivera, Bella Unión, Tacuarembó, Treinta y Tres, Melo y Montevideo.
El sábado 10 de este mes asumieron sus cargos. Fue en la casa del sindicato en Montevideo. Ese día se presentaron con Fernando Ferreira, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT y un abogado. En el lugar había integrantes de la dirección anterior.
“Nos estaban esperando como atrincheradas. Le dijimos que queríamos cambiar la cerradura y que se retiraran para hacerlo. Si no lo hacían dijimos que íbamos a ir a la policía porque estaban usurpando el local. Después de un rato entendieron”, contó Rivero a El Observador.
“La casa estaba en condiciones lamentables. Encontramos alimentos que fueron donados al sindicato por instituciones y estaban amontonados a punto de vencerse. Algunos ya estaban vencidos”, relató.
“Eso no puede pasar. Habiendo tantas ollas populares, merenderos o trabajadoras domésticas con problemas”, indicó.
Años atrás había 300 domésticas afiliadas al sindicato. En las últimas elecciones votaron 105. La afiliación bajó bastante. El sindicato mantiene sus 10 filiales que están en Montevideo, Canelones, Maldonado, Florida, Fray Bentos, Dolores, Bella Unión, Rivera, Tacuarembó y Melo.
El 14 de enero está previsto realizar una asamblea nacional de afiliadas en Tacuarembó.
Rivero será presidenta durante dos años. “Es poco tiempo para trabajar, pero vamos a hacer todo lo posible para salir adelante”, señaló.
“Lo principal es que la directiva es un grupo conformado por trabajadores de todos los partidos políticos. El objetivo es trabajar por las trabajadoras, por los derechos, evitando hace política partidaria adentro del sindicato”, afirmó.
“Así se deben hacer las cosas. No mezclamos política con sindicato. Ese es el objetivo que nos pusimos”, complementó.
