Primero fue con el canciller Francisco Bustillo. Luego con el presidente Luis Lacalle Pou. Una semana después con el embajador uruguayo en Naciones Unidas, Carlos Amorín. En cada uno de esos encuentros, que tuvieron lugar en octubre, la voz de los países árabes que integran la poderosa Liga Árabe sonó fuerte y clara: procuraban un cambio en los criterios de votación del gobierno uruguayo en Naciones Unidas cuando se trataran los múltiples temas vinculados a la cuestión palestina y consecuentemente un retorno a la conducta histórica de Uruguay en ese foro internacional.
A pesar de las reiteradas solicitudes y de las advertencias sobre las posibles derivaciones comerciales que el mantenimiento de esta política podría provocar, la administración de Luis Lacalle Pou no consideró como suficientes los argumentos de los árabes y mantuvo el patrón de votación que había tenido en 2021 en Nueva York.
El 11 de noviembre, la Cuarta Comisión (Política Especial y Descolonización) trató seis resoluciones de las cuales Uruguay se abstuvo en cinco y votó favorablemente en una.
“Operaciones del Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente”; “Asistencia a los refugiados palestinos”; “Prácticas israelíes que afectan a los derechos humanos del pueblo palestino en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental”; “El Golán sirio ocupado” y “Los asentamientos israelíes en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental, y en el Golán sirio ocupado” fueron las cinco resoluciones en las que la diplomacia uruguaya se abstuvo.
La resolución “Bienes de refugiados de Palestina y rentas devengadas por ellos” fue apoyada por Uruguay.
Una fuente de cancillería dijo a El Observador que la abstención en cinco resoluciones y el voto favorable en una se explica en función de la importancia que Israel le adjudica a cada una de ellas.
En los días previos a la votación, la embajadora palestina en Uruguay, Nadya Rasheed, fue recibida por la Dirección General de Asuntos Políticos de la cancillería en donde le dejaron en claro que la decisión final era del presidente.
La diplomática palestina dijo a El Observador que se sentían "decepcionados" con el voto de Uruguay.
"Aunque respetamos la posición de Uruguay, no podemos evitar sentirnos decepcionados. En conjunto con el Grupo Árabe de 22 países, de manera positiva y diplomática, le pedimos a Uruguay que se alineara con el derecho internacional, la legitimidad y el consenso internacional cuando se trata de Palestina. Esta ha sido la posición histórica de Uruguay. Después de las últimas votaciones el pasado viernes en la ONU, sentimos que nuestro llamado no fue considerado", dijo Rasheed.
Además señaló que les resultaba "difícil de entender" la abstención en votos vinculados con los derechos humanos.
"Por ejemplo, solo mirando una de las resoluciones, 165 países votaron a favor de la asistencia a los refugiados palestinos. Uruguay se abstuvo una vez más, como lo hizo el año pasado por primera vez en una resolución de este tipo. Nos resulta muy difícil entender la posición de Uruguay al respecto; especialmente cuando es ampliamente conocido el fuerte valor que el pueblo uruguayo otorga a los derechos humanos. Sabemos que Uruguay no tiene una posición neutral sobre los derechos humanos, que es fuerte y de principios. Palestina no puede ser la excepción. Palestina reitera, como lo hizo la comunidad internacional con 165 votos a favor, que los derechos de los refugiados es una cuestión de derecho internacional, de derechos humanos y de responsabilidad humanitaria", afirmó.
En tanto, desde la Embajada de Israel no quisieron hacer comentarios.
Opinión consultiva a la Corte Internacional de Justicia
A la resolución “Prácticas israelíes que afectan a los derechos humanos del pueblo palestino en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental” se le incorporó un párrafo que expresaba el requerimiento palestino de hacer una opinión consultiva a la Corte Internacional de Justicia.
La diplomacia uruguaya argumentó durante la justificación del voto por qué no compartía la iniciativa y, en consecuencia, “no dudaba en no apoyar”, a pesar de que considera las consultas legales al a CIJ como “un instrumento valioso para el sistema internacional y el desarrollo del Derecho Internacional Público”.
El embajador Amorín alegó razones de forma y fondo. En primer lugar dijo que la solicitud fue presentada “con muy escasa anticipación y sin haberse llevado a cabo una amplia y necesaria discusión por parte de la membrecía”.
Además consideró que esta propuesta resulta “por demás contraproducente al agregar un elemento de tensión innecesario” que no contribuyen al logro de soluciones de fondo en el conflicto.
Tal como ha argumentado Israel, el diplomático uruguayo señaló que “el camino para alcanzar una solución sólida y duradera para la situación que atraviesa la región pasa necesariamente por reanudar el diálogo, disminuir tensiones y aumentar la confianza de forma de permitir a las partes avanzar en la resolución del conflicto a través de negociaciones bilaterales directas”.