Fútbol > Artilleros en el aurinegro
Gol, una búsqueda compleja
En los últimos 10 años Peñarol contrató 44 delanteros y apenas cuatro brindaron los resultados esperados
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29 de enero de 2017 a las 05:00
El grado de idolatría en los clubes queda reflejado por el simple número de una camiseta. Durante muchos años la 9 tuvo peso propio en Peñarol. Asociada al nombre de Fernando Morena, era la predilecta de chicos y grandes.
Pasado el tiempo los hinchas se identificaron con la 10 de Pablo Bengoechea. Pasó a ser un símbolo en la institución. Y pocos fueron los que osaron correr el riesgo de ponérsela.
Hasta llegar a los tiempos más recientes de Antonio Pacheco que popularizó el logo: Tony8.
Hoy se vive otra realidad. Pocos son los jugadores que se mantienen años con la misma camiseta. Se perdió el poder de identificación. Pero al margen de ello, lo claro es que el delantero que se ponga la aurinegra está obligado a convertir, caso contrario jugará con la tribuna en contra.
En los últimos tiempos la apuesta a los goleadores se transformó en una especie de karma en el club. Las pruebas son evidentes: en 10 años desfilaron 44 delanteros. La mayoría, sin pena ni gloria.
Las apuestas fueron de toda índole. En la mayor parte de los casos los dirigentes se dejaron seducir por los goles que los delanteros anotaron en otras instituciones. Otros fueron incorporados a sugerencia de entrenadores que buscaron lo que no tenían en el plantel. Y hasta hubo apuestas del presidente Juan Pedro Damiani que, como lo expresó, se sacó "un gusto personal" con la llegada de determinados jugadores.
El tema es que en 10 años Peñarol apostó a un promedio de algo más de cuatro delanteros por temporada con pocos resultados.
No todas fueron pálidas. También existieron aquellos que dejaron su huella y lograron el cometido por el que fueron contratados.
No todas fueron pálidas: Zalayeta, Forlán, Olivera y Jonathan dejaron su huella.
En ese sentido se debe destacar a Marcelo Zalayeta, Diego Forlán, Juan Manuel Olivera y Jonathan Rodríguez, éste último producto genuino de la cantera mirasol. Y de todos los que vinieron del exterior el argentino Alejandro Martinuccio que, además del aspecto deportivo, generó ingresos ya que hicieron un buen negocio.
Ese es otro detalle a tener en cuenta. Son pocas las oportunidades de las que disponen los delanteros formados en el club. Generalmente se apuesta por jugadores consolidados, a pesar de que las experiencias no resultaron buenas, en lugar de esperar y tener paciencia con un jugador del club.
Claro, hay que ver el contexto. Peñarol no es un club sencillo. Hay que ganar siempre. La gente presiona. La camiseta pesa más que la de cualquier equipo. Entonces, dentro de ese marco, no es sencillo respaldar a un jugador de las inferiores que necesita un tiempo de adaptación. Los entrenadores, salvo que tengan espalda ancha o se encuentren en un proceso ganador, prefieren no arriesgar el puesto.
Las urgencias y necesidades no brindan tiempo. En Peñarol no se espera, se tiene que ganar. Por eso es habitual que se apueste a contratar delanteros ya hechos.
La última aparición descollante de las formativas fue Jonathan Rodríguez. Debutó en la temporada 2013/2014. En poco tiempo fue citado a la selección mayor y se lo signó como el sustituto ideal de Luis Suárez que había recibido un duro castigo de la FIFA.
Jonathan duró poco en Uruguay. Fue transferido a Portugal.
Para encontrar otro delantero formado en el club que medianamente haya rendido hay que remontarse a 2009/2010 con Cristian Palacios.
Las apuestas a los jugadores del exterior resultaron pocos productivas. El argentino Alejandro Martinuccio es de los pocos que se salva de la quema. Llegó por intermedio del presidente Damiani, que realizó una apuesta que le salió redonda porque brindó réditos deportivos y económicos. Pero la lista de fracasos es extensa: Murillo (Colombia), Toledo (Argentina), Luque (Argentina), Mauro Fernández (Argentina), Jonathan López (Argentina), Mejía (Colombia), Fabio Moreno (Colombia).
La gran apuesta fue a goleadores de otras tiendas. Sin ir más lejos, en la pasada temporada se trajo a todos los artilleros del campeonato: Gastón Rodríguez, Junior Arias, Luis Urruti y Nicolás Dibble. Y hasta el colombiano Murillo. Ninguno logró dar la talla. El futuro espera por Cavallini.
Hoy opina: Juan Manuel Olivera
La camiseta de Peñarol pesa como la de cualquier cuadro grande donde se tiene la responsabilidad de ser protagonista. No hay mucho margen de error y hay que rendir todos los fines de semana. Un grande no te da margen a tener dos partidos consecutivos malos.
Los grandes contratan mucho porque tienen la posibilidad económica de hacerlo, porque los sueldos son mejores y van cambiando. Los que funcionan se quedan y los que no pasan.
En lo personal, el primer pasaje de la Libertadores no fue muy importante. Si bien era un equipo en el que tal vez no era goleador, de repente se me destacó por otra cosa, la entrega, algún gol que otro clave. Sí el año que fui goleador encontré una racha importante. Va todo en el equipo que te agarre, algunos son más ofensivos que otros.
Era consciente de lo que aportaba para el grupo, así me lo hacía ver el cuerpo técnico. No recuerdo si pasaba muchos partidos sin convertir.
Los de la cantera sufren el hecho de que les traen constantemente jugadores que se destacan en otros cuadros, y se ven relegados. Si es difícil en un cuadro menor, imaginate en un grande con todas las responsabilidades que tenés.
Lo ideal es tenerle paciencia al futbolista. Cuando uno contrata lo hace tras haberlo visto al jugador y sabe lo que da. Si el jugador no va con el esquema del entrenador se hace más difícil. Además, un 9 vive de las chances que le genera el equipo y a veces no pasa solo por el delantero. El tema es que en un grande te esperan dos o tres partidos, no seis meses.
2007/2008
Colombianos
Se realizó una apuesta a colombianos. Llegó el volante Valentierra pero la gran movida fue por Leonardo Fabio Moreno. Además de Petete Correa, Paulo Pezzolano y Nasa.
2008/2009
Vuelve Bueno
Se produjo el retorno de Carlos Bueno luego de haberse ido con problemas. Contrataron a Richard Núñez, Braian Rodríguez, Ramiro Bruschi, y Abel Hernández.
2009/ 2010
Buena apuesta
Peñarol realizó una inversión por el argentino Alejandro Martinuccio y la apuesta salió bien. Esa temporada también se sumaron Diego Alonso y Silvio Bosco Frontán.
2010/2011
Juan del gol
Se sumaron Cristian Mejía, Mauro Guevgeozian, Rodrigo Pastorini, Juan Manuel Olivera y Jonathan López. De todos los nombrados el único que brindó réditos fue Olivera.
2011/2012
Siete delanteros
Esa temporada se sumaron Jorge Zambrana, Maxi Pérez, Santiago Silva, Marcelo Zalayeta, Rodrigo Mora, Fabián Estoyanoff y Cristian Palacios que había ido a préstamo a otro club.
2012/2013
Invierten en Núñez
Se realizó un esfuerzo para comprar a Carlos Núñez. Volvió Olivera y se contrató a Sebastián Gallegos, Mauro Fernández y Nicolás Ramírez, que jugó un partido.
2013/2014
Sin pena ni gloria
Se apuró la vuelta de Urretaviscaya y el Lolo Estoyanoff. No salió bien. Se incorporó Gabriel Leyes. A mitad de año vino el argentino Javier Toledo que pasó sin pena ni gloria.
2014/2015
Jonathan
En la primera parte del año explotó Jonathan Rodríguez, que fue citado a la selección y luego fue transferido. Se sumaron: Affonso, Albarracín, Luque y Diego Ifrán.
2015/2016
El sueño de Diego
La llegada de Diego Forlán conmovió al país. El delantero cumplió el sueño de coronarse campeón con Peñarol. Jugó con Zalayeta, Maxi Rodríguez, Murillo, Ifrán, Affonso y Rossi.
2016/2017
Equipo nuevo
El club sorprendió contratando más jugadores. A saber: Gastón Rodríguez, Junior Arias, Dibble, Luis Urruti, Gabriel Ávalos y Juan Martín Boselli. En lo que va de 2017 apostó más a defensas que delanteros y solo llegó Lucas Cavallini.
Pasado el tiempo los hinchas se identificaron con la 10 de Pablo Bengoechea. Pasó a ser un símbolo en la institución. Y pocos fueron los que osaron correr el riesgo de ponérsela.
Hasta llegar a los tiempos más recientes de Antonio Pacheco que popularizó el logo: Tony8.
Hoy se vive otra realidad. Pocos son los jugadores que se mantienen años con la misma camiseta. Se perdió el poder de identificación. Pero al margen de ello, lo claro es que el delantero que se ponga la aurinegra está obligado a convertir, caso contrario jugará con la tribuna en contra.
En los últimos tiempos la apuesta a los goleadores se transformó en una especie de karma en el club. Las pruebas son evidentes: en 10 años desfilaron 44 delanteros. La mayoría, sin pena ni gloria.
Las apuestas fueron de toda índole. En la mayor parte de los casos los dirigentes se dejaron seducir por los goles que los delanteros anotaron en otras instituciones. Otros fueron incorporados a sugerencia de entrenadores que buscaron lo que no tenían en el plantel. Y hasta hubo apuestas del presidente Juan Pedro Damiani que, como lo expresó, se sacó "un gusto personal" con la llegada de determinados jugadores.
El tema es que en 10 años Peñarol apostó a un promedio de algo más de cuatro delanteros por temporada con pocos resultados.
No todas fueron pálidas. También existieron aquellos que dejaron su huella y lograron el cometido por el que fueron contratados.
No todas fueron pálidas: Zalayeta, Forlán, Olivera y Jonathan dejaron su huella.
En ese sentido se debe destacar a Marcelo Zalayeta, Diego Forlán, Juan Manuel Olivera y Jonathan Rodríguez, éste último producto genuino de la cantera mirasol. Y de todos los que vinieron del exterior el argentino Alejandro Martinuccio que, además del aspecto deportivo, generó ingresos ya que hicieron un buen negocio.
Ese es otro detalle a tener en cuenta. Son pocas las oportunidades de las que disponen los delanteros formados en el club. Generalmente se apuesta por jugadores consolidados, a pesar de que las experiencias no resultaron buenas, en lugar de esperar y tener paciencia con un jugador del club.
Claro, hay que ver el contexto. Peñarol no es un club sencillo. Hay que ganar siempre. La gente presiona. La camiseta pesa más que la de cualquier equipo. Entonces, dentro de ese marco, no es sencillo respaldar a un jugador de las inferiores que necesita un tiempo de adaptación. Los entrenadores, salvo que tengan espalda ancha o se encuentren en un proceso ganador, prefieren no arriesgar el puesto.
Apuesta a juveniles
Las urgencias y necesidades no brindan tiempo. En Peñarol no se espera, se tiene que ganar. Por eso es habitual que se apueste a contratar delanteros ya hechos.
La última aparición descollante de las formativas fue Jonathan Rodríguez. Debutó en la temporada 2013/2014. En poco tiempo fue citado a la selección mayor y se lo signó como el sustituto ideal de Luis Suárez que había recibido un duro castigo de la FIFA.
Jonathan duró poco en Uruguay. Fue transferido a Portugal.
Para encontrar otro delantero formado en el club que medianamente haya rendido hay que remontarse a 2009/2010 con Cristian Palacios.
Apuesta a extranjeros
Las apuestas a los jugadores del exterior resultaron pocos productivas. El argentino Alejandro Martinuccio es de los pocos que se salva de la quema. Llegó por intermedio del presidente Damiani, que realizó una apuesta que le salió redonda porque brindó réditos deportivos y económicos. Pero la lista de fracasos es extensa: Murillo (Colombia), Toledo (Argentina), Luque (Argentina), Mauro Fernández (Argentina), Jonathan López (Argentina), Mejía (Colombia), Fabio Moreno (Colombia).
Apuesta a goleadores
La gran apuesta fue a goleadores de otras tiendas. Sin ir más lejos, en la pasada temporada se trajo a todos los artilleros del campeonato: Gastón Rodríguez, Junior Arias, Luis Urruti y Nicolás Dibble. Y hasta el colombiano Murillo. Ninguno logró dar la talla. El futuro espera por Cavallini.
"En un grande te esperan tres partidos, no seis meses"
Hoy opina: Juan Manuel Olivera
La camiseta de Peñarol pesa como la de cualquier cuadro grande donde se tiene la responsabilidad de ser protagonista. No hay mucho margen de error y hay que rendir todos los fines de semana. Un grande no te da margen a tener dos partidos consecutivos malos.
Los grandes contratan mucho porque tienen la posibilidad económica de hacerlo, porque los sueldos son mejores y van cambiando. Los que funcionan se quedan y los que no pasan.
En lo personal, el primer pasaje de la Libertadores no fue muy importante. Si bien era un equipo en el que tal vez no era goleador, de repente se me destacó por otra cosa, la entrega, algún gol que otro clave. Sí el año que fui goleador encontré una racha importante. Va todo en el equipo que te agarre, algunos son más ofensivos que otros.
Era consciente de lo que aportaba para el grupo, así me lo hacía ver el cuerpo técnico. No recuerdo si pasaba muchos partidos sin convertir.
Los de la cantera sufren el hecho de que les traen constantemente jugadores que se destacan en otros cuadros, y se ven relegados. Si es difícil en un cuadro menor, imaginate en un grande con todas las responsabilidades que tenés.
Lo ideal es tenerle paciencia al futbolista. Cuando uno contrata lo hace tras haberlo visto al jugador y sabe lo que da. Si el jugador no va con el esquema del entrenador se hace más difícil. Además, un 9 vive de las chances que le genera el equipo y a veces no pasa solo por el delantero. El tema es que en un grande te esperan dos o tres partidos, no seis meses.
Los delanteros incorporados temporada a temporada
2007/2008
Colombianos
Se realizó una apuesta a colombianos. Llegó el volante Valentierra pero la gran movida fue por Leonardo Fabio Moreno. Además de Petete Correa, Paulo Pezzolano y Nasa.
2008/2009
Vuelve Bueno
Se produjo el retorno de Carlos Bueno luego de haberse ido con problemas. Contrataron a Richard Núñez, Braian Rodríguez, Ramiro Bruschi, y Abel Hernández.
2009/ 2010
Buena apuesta
Peñarol realizó una inversión por el argentino Alejandro Martinuccio y la apuesta salió bien. Esa temporada también se sumaron Diego Alonso y Silvio Bosco Frontán.
2010/2011
Juan del gol
Se sumaron Cristian Mejía, Mauro Guevgeozian, Rodrigo Pastorini, Juan Manuel Olivera y Jonathan López. De todos los nombrados el único que brindó réditos fue Olivera.
2011/2012
Siete delanteros
Esa temporada se sumaron Jorge Zambrana, Maxi Pérez, Santiago Silva, Marcelo Zalayeta, Rodrigo Mora, Fabián Estoyanoff y Cristian Palacios que había ido a préstamo a otro club.
2012/2013
Invierten en Núñez
Se realizó un esfuerzo para comprar a Carlos Núñez. Volvió Olivera y se contrató a Sebastián Gallegos, Mauro Fernández y Nicolás Ramírez, que jugó un partido.
2013/2014
Sin pena ni gloria
Se apuró la vuelta de Urretaviscaya y el Lolo Estoyanoff. No salió bien. Se incorporó Gabriel Leyes. A mitad de año vino el argentino Javier Toledo que pasó sin pena ni gloria.
2014/2015
Jonathan
En la primera parte del año explotó Jonathan Rodríguez, que fue citado a la selección y luego fue transferido. Se sumaron: Affonso, Albarracín, Luque y Diego Ifrán.
2015/2016
El sueño de Diego
La llegada de Diego Forlán conmovió al país. El delantero cumplió el sueño de coronarse campeón con Peñarol. Jugó con Zalayeta, Maxi Rodríguez, Murillo, Ifrán, Affonso y Rossi.
2016/2017
Equipo nuevo
El club sorprendió contratando más jugadores. A saber: Gastón Rodríguez, Junior Arias, Dibble, Luis Urruti, Gabriel Ávalos y Juan Martín Boselli. En lo que va de 2017 apostó más a defensas que delanteros y solo llegó Lucas Cavallini.
