Guaidó busca nueva fórmula para tumbar a Maduro y presionará con paros gremiales

El propio Guaidó, así como los gobiernos de Estados Unidos, Colombia, Argentina, Ecuador y Paraguay, entre otros, esperaban la anunciada sanción del líder chavista Nicolás Maduro, que nunca llegó. De esta forma, y pese a la prohibición de salir del país -que incumplió el 23 de febrero cuando cruzó a Colombia en el intento frustrado de ingreso de ayuda humanitaria- Guaidó retornó sin problemas y no fue detenido como todo hacía prever. Y esa actitud de Maduro sorprendió a todos. 

Pero Guaidó atribuyó a contradicciones internas el silencio oficial que se mantuvo desde su llegada.

"Están ahogados en contradicciones. No tienen cómo responder al pueblo de Venezuela", dijo a la prensa al ser interrogado sobre cómo explica que no se haya producido alguna reacción de parte de Maduro al recibimiento que tuvo, con concentraciones de decenas de miles de sus seguidores en Caracas y otras ciudades.

Sin embargo, al no haber logrado el ingreso de la ayuda, que era su principal promesa, la oposición busca ahora una nueva estrategia para intentar que Maduro abandone el poder y lograr así el llamado a elecciones.

Paros escalonados

En un nuevo desafío al chavismo, el líder opositor mantuvo este martes una reunión con sindicatos de la administración pública, a los que planteó ir hacia un gobierno de transición. Y luego de ese encuentro con sindicalistas Guaidó anunció un paro escalonado en la administración pública como otra medida de presión contra el régimen de Maduro, al que considera ilegítimo y dictatorial.

"Vamos hacia un paro escalonado en la administración pública definitivamente, propuesto por los sindicatos", dijo en una rueda de prensa tras reunirse con representantes de varios gremios en Caracas.

"Producto de esta reunión, vamos a construir las capacidades para no seguir colaborando con la dictadura, para que los empleados públicos no se vean obligados a cooperar nunca más ni ser obligados a nada", prosiguió.

Guaidó anunció que desde este miércoles el Parlamento, de mayoría opositora, comenzará a sostener reuniones con las más grandes centrales de trabajadores, que agrupan más de 600 sindicatos, para coordinar acciones que se irán comunicando progresivamente.

"Sabemos que van a empezar las amenazas, la persecución", dijo tras criticar que el país tenga hoy "indicadores de guerra" como una contracción del Producto Interno Bruto de más del 50 % y una inflación que superó los 2.000.000 % el año pasado.

El líder del antichavismo se reunió esta jornada con sindicalistas de la Cancillería, la estatal eléctrica Corpoelec, compañías telefónicas y petroleras.

"La presión apenas comienza, la movida social ahora es que va a la calle", señaló sin dejar de recordar que la "lucha" de los trabajadores es anterior a la tensión política pues solo el año pasado los gremios encabezaron el conflicto laboral más extendido en la historia del país que significó decenas de protestas.

 

 

Con AFP y EFE