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Investigación identifica 60 cepas que causan leptospirosis en el país
En un trabajo pionero para el país, un equipo de investigadores multidisciplinario aisló –a partir de animales infectados– la bacteria leptospira en los bovinos. Y al analizar la orina de casi 1.000 animales de establecimientos de todo el país se halló que aproximadamente el 20% porta alguna variedad de la referida bacteria.
Durante tres años un equipo de investigadores de la Dirección de Laboratorios Veterinarios (Dilave) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), de la Universidad de la República (Udelar) y del Instituto Pasteur logró detectar por primera vez las cepas patógenas de la bacteria leptospira que circulan en Uruguay. A partir de identificar aquellos posibles predios contaminados, se logró aislar la lepstopira para ponerle “nombre y apellido” a 60 cepas, se explicó a El Observador.
La investigadora y responsable del Laboratorio de la Unidad Mixta Pasteur e INIA, Leticia Zarantonelli, dijo que las vacunas están formuladas con bacterias inactivas, por lo que su composición resulta fundamental para ejercer una efectiva respuesta protectora para los bovinos. “Si bien en Uruguay se sabía que había leptospirosis porque se diagnostica a través de la presencia de anticuerpos en los animales afectados, hasta ahora al no haber habido aislamiento no se tenía contacto con las bacterias que causan la enfermedad. El gran desafío fue ir en búsqueda de muestras para lograr aislar la bacteria y poder caracterizarla. Lo importante es que las vacunas comiencen a contener las variedades que están circulando y causando la enfermedad, para que sean más efectivas al proteger el ganado”, explicó.
La investigadora resaltó que más allá del interés de que la zoonosis esté controlada en los animales, dado su impacto positivo en la economía al evitar que vacas contaminadas aborten o que terneros jóvenes mueran, también interesa que no haya impacto en los trabajadores que actúan con los bovinos.
La leptospirosis es una de las zoonosis más extendidas a nivel mundial. La infección aguda puede causar en terneros septicemia y alta mortalidad, y en vacas desencadena abortos, nacimiento de crías débiles, mastitis y disminución o falta de leche materna después del parto.
En el caso que la infestación sea crónica, redunda en la disminución de la eficiencia reproductiva del rebaño y aumento del intervalo entre partos, por lo que su aparición tiene un alto impacto en el área veterinaria y de salud animal.
“El uso de buenas vacunas para controlar la leptospirosis en los animales, en definitiva, repercute en la salud animal, en la producción y también en la salud pública”, afirmó la profesional.
Una de las zoonosis más extendidas en el mundo
En el ser humano la infección se puede adquirir a través del ambiente contaminado o directamente a partir del contacto con la orina de animales infectados.
Según apunta el informe, el trastorno generado puede generar signos clínicos severos y, aunque la leptospirosis responde bien al tratamiento con antibióticos, “si no es diagnosticada y tratada adecuadamente puede ser mortal”.
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Si bien existen vacunas para el control preventivo en animales, la variabilidad antigénica resulta de una gran diversidad de cepas variantes, lo que impone un desafío para la formulación de vacunas que incluyan las variedades que circulan en diferentes regiones.
“Esta bacteria es eliminada en la orina de los animales y tiene la capacidad de que una vez infectados, si las defensas de los bovinos dan batalla a la infección inicial y logran controlarla –en una vaca adulta, por ejemplo–, la bacteria después se localiza en los riñones y es eliminada mediante la orina. Esto permite perpetuar el ciclo de la bacteria en el ambiente, con la contaminación de animales jóvenes, otros animales o al propio hombre”, señaló Zarantonelli.
